LECCIÓN 4  (regresar al índice)

REFORMAS ENTRE EL PUEBLO DE DIOS


PARA ESTUDIO: II Reyes 18:1-6; 23:21-25.
LECTURA DEVOCIONAL: Salmo 8:4-13.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Isaías 55:7.

PROPÓSITO

    Buscar la dirección de Dios para contribuir a reformar espiritualmente la Iglesia y la sociedad, con el fin de edificar el Reino de Dios.

BOSQUEJO

I.       REINADO DE UN REY JUSTO (II Reyes 18:1-8)
II.     REFORMAS DE EZEQUÍAS (II Reyes 18:4-6)
III.    RESULTADOS DE UN PACTO RENOVADO (II Reyes 23:21-25)


IDEA CENTRAL

1.    Muchas veces las consecuencias del pecados ya no pueden resolverse.
2.    El éxito en la vida cristiana depende de tres factores importantes:
a.    Que leamos constantemente la Palabra de Dios, y que la pongamos por obra.
b.    Que estemos dispuestos a buscar a Dios siempre.
c.    Que siempre estamos en disposición de obedecer a Dios.


EXPOSICIÓN DE LA LECCIÓN

    Ezequías reinó del año 716 al 686 a. C., y Josías del año 640 al 609 a. C.  Cuando Ezequías llegó al trono, el reino estaba lleno de idolatría en Judá.  Israel había caído y estaba cautivo en Asiria.  También Judá estaba pagando impuestos a Asiria (II Reyes 16).  Pero al reinar Ezequías, se le puso fin a la idolatría; el Templo fue limpiado y también terminó la servidumbre a Asiria.  La nación fue animada a andar en los caminos de Dios.

    Lo malo es que al reinar Manasés, el hijo de Ezequías, les trajo gran angustia.  Manasés fue más malo de lo que alguien puede imaginarse; y la idolatría nuevamente cobró vigor, al grado de que, aunque hubo un nuevo avivamiento bajo el reinado de Josías, Dios siempre permaneció firme en su decisión de enviarlos también al cautiverio.  Esas son las consecuencias del pecado persistente de jugar con Dios.

I.    REINADO DE UN REY JUSTO (II Reyes 18:1-8)

Casi siempre la Biblia, al describir el reinado de una persona, lo compara con el de otra nación para dar una idea exacta de la época en que reinó.  En el caso de Ezequías, se nos dice que comenzó a reinar en el tercer año de Oseas, rey de Israel.  Oseas fue el último rey de Israel, pues la nación fue invadida y él llevado en cautiverio.

Lo más importante que se da como introducción es que Ezequías “hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su Padre”.  ¿De cuántos de nosotros podría decir Dios que hemos hecho lo recto delante de Él, conforme a todas las cosas que había hecho el rey David?

PREGUNTAS PARA MEDITAR

1.    ¿Cómo se explica el hecho de que Ezequías haya sido un hombre recto, si su padre había sido un rey malo?

2.    ¿Cómo había sido la vida espiritual de David?

3.    ¿Habrá también entre los creyentes imágenes que deben ser quitadas y quebradas?


II.    REFORMAS DE EZEQUÍAS (II Reyes 18:4-6)

La idolatría de Judá había llegado a adquirir tan grandes proporciones, que se pueden contar varias formas de ella que Ezequías eliminó.  Exterminó los bosques en los lugares altos, porque en ellos se realizaban terribles prácticas idolátricas, como la prostitución ritual entre las sacerdotisas de Asera y los hombres depravados.  También quebró las imágenes porque éstas eran objeto de la adoración que solamente merece Dios.  En la actualidad, las imágenes de los santos del catolicismo son objeto de idolatría, y son una infracción abierta del segundo mandamiento y de muchísimos pasajes de las Sagradas Escrituras.

Ahora, nos llama más la atención el hecho de que Ezequías hizo pedazos la serpiente de bronce que había levantado Moisés en el desierto, porque después de siglos aún continuaban quemándole incienso.  Una vez un sacerdote católico romano me dijo que ellos adoraban a las imágenes porque Dios así se los había mandado cuando le dijo a Moisés que levantara la serpiente en el desierto, y que todos los que “la adoraban” serían salvos.  En realidad, ésa es una contradicción a lo que dicen las Escrituras.


III.    RESULTADOS DE UN PACTO RENOVADO (II Reyes 23:21-25)

Al morir Ezequías, reinó en su lugar su hijo Manasés.  Éste fue muy malo y reinstauró toda la idolatría que su padre había destruido.  Después de él reinó su hijo Amón, y éste también fue malo, hasta que fue asesinado a los dos años de su reinado.  Finalmente, tomó el reino su hijo Josías, quien era sólo un niño de 8 años de edad.  Este niño era muy tierno de edad, sin embargo, hizo lo recto delante de Dios, y fue un buen rey, siguiendo los consejos del sacerdote Hilcía.  Cuando tenía 18 años, tuvo lugar el prominente hallazgo del Libro de la Ley, y ese evento fue la causa principal de una serie de reformas bastante efectivas efectuadas por Josías, especialmente en la eliminación de la idolatría y de los sacerdotes idolátricos.  Es en el marco de estas reformas que tuvo lugar un gran avivamiento, cuando los judíos celebraron nuevamente la Pascua.

El hallazgo del libro fue el paso importante, pues comenzaron a leerlo y a seguirlo al pie de la letra.  Ahora el rey mandó que celebraran la Fiesta de la Pascua, tal como se había mandado en los días de Moisés.  Desde el tiempo de los jueces se había descuidado la celebración de esa fiesta, y esta vez se celebró con gran júbilo. Era como el tiempo de renovación que se experimenta cuando hay servicios de avivamiento.

El avivamiento tuvo grandes efectos en las vidas diarias de los judíos.  Fueron combatidos todos los encantadores, brujo, adivinos y supersticiosos; y todas las abominaciones fueron quitadas.

    Cuando el Espíritu Santo visita a los creyentes, también saca de ellos toda inmundicia.  Entonces se terminan chismes, mundanalidades, carnalidades, crueldades y todas aquellas cosas que no conviene que estén en las vidas de los creyentes.


PREGUNTAS PARA DISCUTIR

1.    ¿En qué consistió el éxito de las reformas de Josías?

2.    ¿Cuál fue la autoridad a seguir para realizar las reformas espirituales y sociales en el pueblo?

3.    ¿Necesitamos reformas radicales en nuestras vidas cuando estamos alejándonos de los principios de pureza y humildad?

4.    ¿Cuál es el fruto del Espíritu según Gálatas 5:22-23?


PARA MEDITAR

1.    Toda reforma espiritual genuina siempre comienza cambiando completamente las vidas de los individuos.

2.    Lo que los cristianos necesitamos no son nuevos métodos y organizaciones, aunque éstas son útiles, sino un nuevo deseo de que el Espíritu Santo queme todas nuestras impurezas.

3.    Para que un avivamiento comience, es indispensable que los creyentes estemos dispuestos a humillarnos delante de Dios y estar deseosos de que Dios cambie de veras nuestras vidas.

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