LECCIÓN 7  (regresar al índice)

LA CLAVE PARA ENTENDER LA BIBLIA


PARA ESTUDIO: Juan 5:37-47; 16:12-15; Hechos 8:26-35; 17:10-12; Santiago 1:22-25.
LECTURA DEVOCIONAL: Efesios 6:10-20.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Juan 5:39.

PROPÓSITO

    Que los alumnos en la Escuela Dominical acepten y practiquen las enseñanzas de la Biblia.

BOSQUEJO:
I.       ILUMINACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO (Juan 16:12-15).
II.     INTERPRETACIÓN POR EL ESTUDIO BÍBLICO (Hechos 17:10-11)
III.    VOLUNTAD DE RECIBIR SU PALABRA (Santiago 1:11-25)


IDEA PRINCIPAL
       La clave para entender la Biblia es dejarse guiar por el Espíritu Santo.  Debemos leerla todos los días y aceptar cada enseñanza sin alterar ningún precepto.  Sólo así recibiremos mensajes frescos del Espíritu Santo a través de las Sagradas Escrituras.

OCASIÓN

    La historia de la vida y ministerio de Jesús la escribió Juan, como en el año 90 d. C., después de regresar de Éfeso en destierro a la isla de Patmos.  En Hechos, Lucas nos da la historia de la Iglesia primitiva, con consejos y relatos de eventos que nos ayudan como trasfondo para el estudio bíblico.  Ahora, del libro de Santiago hemos sacado el lazo que une a la fe y las obras.  Esto nos ayuda a comprender mejor la Biblia.

    Los cristianos en la ciudad macedonia de Berea eran personas con mentes abiertas para aprender más de las Escrituras.  Ellos no sólo tenían ardiente deseo de estudiar la Palabra de Dios, sino que también deseaban vivir sus vidas de acuerdo con ella.  Santiago enfatizó la necesidad de actuar, y no sólo escuchar el mensaje.

EXPOSICIÓN DE LA LECCIÓN

    Dios mandó a Felipe que fuera al sur, hasta el camino que va a Gaza, y lo puso en contacto con una caravana de la corte de Etiopía.  Felipe encontró a un joven príncipe que iba leyendo el Libro de Isaías, pero no podía entenderlo.  Por eso, Dios envió a Felipe para ayudarlo a comprender las Escrituras.

    También Pablo les había dicho a los efesios que tomaran la armadura de Dios para poder resistir las asechanzas del diablo.  Cada una de esas armas tenía que ver con la Verdad y la Espada de la Palabra de Dios.

    ¿Cómo podremos comprender las Escrituras y aplicarlas en nuestras vidas cotidianas?  Primero necesitamos la guianza del Espíritu de Verdad, claridad en nuestras mentes para escudriñarlas, y un deseo ardiente de hacer lo que Dios nos manda en ellas.

I.    ILUMINACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO (Juan 16:12-15).

Jesús sabía muy bien cómo sus discípulos erraban fácilmente.  Por eso les habló de la obra del Espíritu Santo de convencer y de enseñar, y que por Su medio obtendrían el poder para tratar con el pecado.  Por supuesto, por muchos años el Espíritu de Dios ya había estado guiando a sus siervos, pero era necesario que Él descendiera de una manera más plena.  Debemos dar gracias a Dios que nos ha dado sabiduría y entendimiento para comprender las Escrituras.  Los discípulos aún no estaban preparados para recibir toda la verdad; pero cuando el Espíritu Santo descendió sobre ellos, sus mentes espirituales fueron abiertas para comprender.  Es así como Él les reveló todos los libros del Nuevo Testamento para que sirvieran para provecho nuestro.  Así es también con nosotros, cuando recibimos el bautismo con el Espíritu Santo y sus efectos santificadores; nuestras mentes espirituales son abiertas para comprender mejor las cosas de Dios.  El Espíritu nos da a entender todas las cosas que son del Padre y del Hijo, porque los Tres son Uno.  Sin embargo, estas palabras del versículo 13 no amparan ninguna pretensión de revelación que no esté de acuerdo con las Escrituras mismas.  Porque Dios jamás revela dos cosas que se contradigan entre sí.  La guianza que el Espíritu nos da en las cosas de la vida siempre está de acuerdo con su Palabra.  Si una orden no está de acuerdo con las Sagradas Escrituras, no es guianza del Espíritu Santo.


PREGUNTAS PAR DISCUTIR

1.    ¿Por qué razones Jesús no les dio a sus discípulos todas las enseñanzas que tenía en Su plan, según Juan 16:12 -13?

2.    ¿Podremos seguir recibiendo revelaciones del Espíritu Santo en nuestros días?  ¿Cómo podemos saber si es el Espíritu Santo quien nos está guiando y no algún espíritu de error?


II.    INTERPRETACIÓN POR EL ESTUDIO BÍBLICO (Hechos 17:10-11)

    Algunas personas que no han tomado tiempo para estudiar tratan de excusarse diciendo que el estudio no es necesario para aprender de Dios, porque el estudio es un esfuerzo humano, y la sabiduría de los hombres es como locura para Dios.  Pero debemos ser sinceros y reconocer que ésa es sólo una excusa o pretexto.  La Biblia está llena de ejemplos de hombres de Dios que estudiaban las Escrituras, y aun tenemos la declaración de Jesús: “Erráis ignorando las Escrituras”.  Todos sabemos que es necesario estudiar a fondo la Biblia para entender cuál es la voluntad de Dios.  Berea fue un lugar donde verdaderamente los creyentes se dedicaron a estudiar la Biblia.  Era una ciudad como a 80 kilómetros de Tesalónica, en el mismo golfo.  En Tesalónica, Pablo y Silas discutieron con los judíos la Palabra de Dios.  Unos creyeron y otros no; pero la vida de Pablo y su compañero estuvieron en gran peligro.  Al llegar a Berea las cosas cambiaron.  Estos creyentes sinceramente se dedicaron a estudiar las Escrituras para ver si lo que los apóstoles decían era verdad.

    Es precisamente lo que necesitamos hacer todos: escudriñar las Escrituras para comprobar si lo que nos llegan a predicar o enseñar es verdadero o no.  Porque muchos pueden llegar a nosotros enseñándonos un versículo de la Biblia mal interpretado, pero cuando estudiamos a fondo todas sus palabras, nos damos cuenta de cuál es el error y cuál es la verdad.

    Entonces, además de descansar en la iluminación del Espíritu Santo, también debemos hacer nuestra parte en usar nuestro entendimiento para estudiar las Escrituras.


PREGUNTAS PARA DISCUTIR

1.    ¿Cómo podemos ayudar a otros a que reciban la Palabra, la escudriñen, la crean y la vivan?

2.    ¿Estamos haciendo toda nuestra parte en examinar las Escrituras, o estamos recibiendo sólo lo que nos dicen de ellas?

3.    ¿Por qué aparecen muchos enseñando doctrinas equivocadas que aparentan tener base bíblica’


III.    VOLUNTAD DE RECIBIR SU PALABRA (Santiago 1:11-25)

Un capricho nuestro puede muy bien cerrar nuestro entendimiento para no entender lo que enseñan las Escrituras.  Cualquiera puede usar su tiempo para rebuscar versículos en la Biblia que le den material para polémicas doctrinales; pero eso no edifica a nadie, sólo arma contiendas, y por lo mismo, no puede ser de Dios; porque en los hijos de Dios sólo reina el amor y no la contienda.  Cuando leemos la Biblia debemos olvidar doctrinas humanas y estar listos a recibir todo aquello que Dios quiera enseñarnos de Su voluntad.  Mientras nuestra actitud de estudio bíblico sea denominacional o separatista, no podemos sacar de su Palabra el provecho que Dios quiere que saquemos.  Es también necesario que estemos listos a poner por obra todo lo que Dios nos enseñe por Su Palabra.  Si oímos o leemos la Biblia sólo por una costumbre, o sólo para gozar del prestigio de ser lectores de ella, de poco nos sirve.  De nada sirve que una iglesia tenga un libro de doctrina, un reglamente de disciplina o un estatuto interno, si esto queda sólo en los libros.  Lo mismo es con la Biblia.  De nada sirve si una iglesia profesa creer en la Biblia, si no la practica.  Este es un punto donde todos los creyentes debemos tener cuidado.  Si la Biblia contiene preceptos, es para que vivamos por ellos; y si rehusamos humillarnos ante ellos, y no obedecemos, estaremos en peor condición que los incrédulos, porque “la fe sin obras es muerta”.

    Para que la Palabra de Dios sea provechosa en nuestras vidas, son necesarias tres cosas: primero, que el Espíritu Santo nos ilumine para entenderla; segundo, que tengamos suficiente voluntad de recibirla tal como es; y tercero, que estemos listos a poner en práctica cada una de sus enseñanzas, sean pequeñas o grandes a nuestro juicio.


PREGUNTAS

1.    ¿En qué aspectos son los creyentes desobedientes a la Palabra de Dios?  ¿Hay algo en usted que debe ser corregido?  ¿En su iglesia?

2.    ¿Podrá ser salva una persona que oye la exhortación de la Palabra de Dios y no la obedece?  ¿Por qué no?  ¿Podrá alcanzar perdón si se arrepiente después?  ¿Por qué?


PARA MEDITAR

1.    El que obedece a Dios con un corazón de amor y conciencia pura, encontrará bendición eterna.

2.    Se dice que, en cuanto a la relación con la sinagoga, había cuatro clases de personas:  a) los que entraban, pero no obraban, b) los que obraban pero no entraban, c) los que entraban y obraban.  c)  los que ni entraban, ni obraban.

3.    El culto familiar jamás debe terminar sin un sentir del toque del Espíritu de Dios con su iluminación, el calor y el gozo de obedecerle.


ILUSTRACIÓN

¿CÓMO DEBE LEERSE LA BIBLIA?

    Lea la Biblia no como un periódico, sino como una carta familiar.  Si encuentra un racimo de fruta celestial, alcáncelo y aprovéchese de él.  Si encuentra una promesa en sus páginas, haga de caso que es cheque y cámbielo.  Si aparece una oración, aprópiese de ella y sáquele sus beneficios.  Si es un ejemplo de santidad y abnegación, pídale a Dios que le dé lo mismo a usted.  Y si la verdad resalta de sus palabras, pida la sabiduría de Dios que irradie como luz en toda su vida.  La Biblia es suya; no pierda la oportunidad de aprovecharla.

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