LECCION No. 5
 TESTIMONIO DE LA OBRA DE CRISTO
 (TEMPERANCIA)


PARA ESTUDIO: Juan 4:43 - 5:1-47.
LECTURA DEVOCIONAL: Juan 10:31-38.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Juan 5:36.
 

LECTURAS DIARIAS

Lunes: Juan 4:46-54.
Martes: Juan 5:1-9.
Miércoles: Juan 5:10-18.
Jueves: Juan 5:19-24.
Viernes: Juan 5:30-38.
Sábado: Marcos 1:40-45.
Domingo: Juan 10:31-38.
 

PROPOSITO

 Saberlo para nosotros mimos y testificar a otros que Cristo puede hacernos moral y espiritualmente completos en él; y que puede transformar a toda persona que se rinda a él.
 

INTRODUCCION

 Un milagro en Galilea y otro en Jerusalén fueron pruebas más amplias de la deidad de Cristo.  Después de obrar maravillosamente en los corazones de los samaritanos en Sicar, retornó a Galilea, y específicamente a Caná, en donde había hecho su primer milagro.  Como vemos en el pasaje, el noble era oficial de la corte del rey.  Pertenecía a Herodes Antipas, que era el rey de Galilea en ese tiempo.  Capernaum estaba a la orilla al norte del mar, en la ruta que llevaba a Siria y Asia Menor.  Jesús vivió allí mayor parte de su ministerio.  Quedaba como a 40 ó a 50 kilómetros de Caná.

 No sabemos el período que pasó entre la sanidad del hijo de este noble y su regreso a Jerusalén para atender probablemente la fiesta de la Pascua, pero era como al final de su primer año de ministerio.  Pasando por los pórticos que rodean Betesda, vio un hombre que necesitaba su ayuda.  El estanque estaba al noreste del templo.  En los días de Jesús había cinco pórticos llenos de inválidos, ciegos, cojos, paralíticos y otros enfermos.  En la actualidad hay 24 gradas que le permiten a uno bajar hasta donde está el estanque, el cual tiene 12 pies de ancho y 55, de largo.
 

EXPOSICION DE LA LECCION

 Cuando aquel noble le pidió a Jesús que fuera para sanar a su hijo, lo hizo con muestras de agonía.  ¿Por qué le respondió Jesús: "Si no viéreis señales y prodigios, no creeréis?  Su agonía lo había conducido a pedirle ayuda como obrador de milagros; y él no negó que esperaba ver un milagro a la voz de Jesús.  ¿Sería la respuesta de Jesús sólo para este hombre o sería para los demás también?  Es claro que se refirió a todos, porque los verbos los dijo en plural, no en singular.  Jesús sanó al muchacho, pero no fue necesario ir a donde él estaba.  Seguramente Jesús quería que la súplica del hombre noble fuera de una naturaleza más profunda, y no sólo porque hiciera un milagro físico.  El propósito de Cristo es mucho más que confortar el dolor del cuerpo; él sana el alma del pecado.

 En caso del hombre imposibilitado que vio Jesús en el estanque de Betesda, él no esperó ninguna súplica, sino que al verle en necesidad se acercó para sanarle.  Había tanta necesidad física como espiritual.  Se cree que ese hombre era paralítico, pero con una clase de parálisis que es resultado del pecado.  La continuidad de su sufrimiento era a causa de la continuidad de su pecado.  Jesús tenía interés en sanar la depravación moral de los hombres.  El hecho de que este milagro de sanidad tuvo lugar en el día séptimo, se convirtió en un paso para la crucifixión.  Los judíos dijeron que se estaba violando el descanso del séptimo día.  Lo que Jesús les quiso dar a entender en Juan 5:17, es que Dios no se agrada de ningún descanso mientras haya algún hombre lleno de sufrimiento.  Tampoco puede sentir un verdadero descanso el Señor actualmente, mientras haya tanta maldad y pecado.
 

I.  PODER DIVINO POR SU PALABRA
    (Juan 4:46-50)

 Vrs. 46-50.  Caminando por varias aldeas y pueblos de Galilea, Jesús llegó a Caná, donde había transformado el agua en vino.  El noble era oficial de la corte del rey de Capernaum, que estaba a orillas del lago o mar de Galilea.  No sabemos si él tendría interés en algo más significativo que la sanidad física de su hijo, pero Jesús sí quería que él mirara sus propias necesidades internas.  Su hijo estaba ya para morir y era necesario conseguir ayuda.  Aquel oficial quería que Jesús fuera a su casa y sanara a su hijo, así como lo estaba haciendo con muchos otros.  Pero Jesús quiso primero darle a entender que su fe debía ser más grande; no era bueno esperar ver un milagro para creer en Jesús.  Muchos en nuestros días también desperdician sus vidas en el mundo, hasta que Dios les atrae por medio de alguna cosa o algún evento sobrenatural.  No debemos esperar sufrir algún castigo o presenciar algún evento espectacular para creer en Dios.  El pueblo necesitaba aprender esto también; necesitaban tener más fe.  El hombre noble pensó que era necesario que Jesús fuera y tocara a su hijo para que éste fuera sano (Juan 4:49).  Con sus palabras, Jesús primero preparó la fe de este hombre para que aumentara, y que luego creyera muy firmemente.  En efecto, con sólo decirle: "Ve, tu hijo vive" él creyó y se fue satisfecho y contento.  De modo que primero debe haber fe, y después viene el milagro.  ¡Qué maravilloso es el hecho de que al regresar el noble a su casa, sus sirvientes le salieran a encontrar para darle las buenas nuevas de que su hijo estaba sano!  Al mismo tiempo que Jesús dijo: "Tu hijo vive", él quedó completamente sano.  Las palabras de Jesús fueron pronunciadas desde unos treinta kilómetros de distancia.  La fiebre le dejó, y el muchacho quedó bien.  ¿Cómo sucedió todo?  Se ejercitó la fe sin ninguna señal, y el resultado fue la victoria.
 

PREGUNTAS

1.  ¿Cómo ve usted que se reforzó la fe del noble?  (Juan 4:47-50?

2.  ¿Cómo prueba Dios nuestra fe cuando llegamos a él con una necesidad urgente?  ¿Por qué es que nuestra fe muchas veces no es suficiente para que el Señor nos haga algo que en realidad él tanto quiere y desea hacer.
 

II.  PODER DIVINO POR SU PRESENCIA
     (Juan 5:1-9)

 Vrs. 2-4.  Jesús retornó de Galilea a una fiesta, probablemente la de la Pascua.  La puerta de las ovejas era seguramente la puerta por donde traían los animales al templo para ser sacrificados.  Los pórticos o portales los construyeron para dar albergue a los pobres y enfermos que venían al estanque para conseguir su sanidad.  la palabra "Betesda" significa "Casa de Misericordia".  El estanque recibía las aguas de una fuente.  La presencia del ángel se conocía sólo por la revuelta del agua, lo cual tenía virtud por misericordia de Dios.  En efecto, el verdadero Betesda es Jesús.  El es la Fuente abierta para lavar el pecado y toda inmundicia (Zacarías 13:1); a él se puede venir a toda hora para sanidad del alma y vida eterna.

 Vrs. 5.-9a.  Como el hombre había estado imposibilitado por 38 años, la gente sabía que para que disfrutara de salud una vez más, era necesario un milagro.  Cuando Jesús le preguntó si quería ser sano, él respondió algo así como quien dice "Bueno, yo sí quiero ser sano, por supuesto, pero ¿qué esperanza tengo después de tantos años de estar así y no tener quién haga ni la menor cosa por mí".  El mandamiento de Jesús que hizo recibir su salud fue de tres partes: "Levántate, toma tu lecho, y anda".  Jesús le mando hacer las cosas que ciertamente no podía.  El tenía que confiar y obedecer a las palabras de Jesús; y efectivamente así lo hizo.  Aquel hombre fue sano. Más tarde, al encontrarse con Jesús en el templo, reconoció que había sido sanado tanto del cuerpo como del alma; y el mandamiento que recibió fue el de no pecar más.  Después de recibir la sanidad de Dios, es necesario apartarnos de todo pecado.  La sanidad es sólo un instrumento de Dios para nuestra salvación.  De no ser así, el milagro mismo tiene poco valor.
 

PREGUNTAS

1.  ¿Por qué cree usted que Jesús primero le preguntó al hombre si quería ser sanado?

2.  ¿En qué formas podemos ayudar nosotros en nuestros días a aquellos que están en necesidad material y espiritual?

3.  ¿Discuta qué clase de inmoralidad le pudo haber causado la parálisis a aquel hombre a quien Jesús sanó?

4.  ¿Qué tipos de pecados pueden dañar nuestra salud física y emocional y espiritual?

5.  ¿Cuál es la relación de la temperancia con la vida física y espiritual de un individuo?
 

III.  PODER DIVINO EN SU PERSONA
      (Juan 5:17-18)

 Vrs. 17-18.  Mientras los judíos buscaban oportunidad para matar a Jesús porque había hecho el milagro en el día sábado, él declaró que la obra del Padre era también su propia obra.  De esta manera se mostró igual con el Padre.  Después de los primeros seis días de la creación, se nos dice en la Biblia que Dios reposó.  Sí, él reposó de su obra creadora, pero jamás ha descansado de preservar y gobernar lo que formó.  Nada puede existir ni cumplir con la finalidad para lo cual fue hecho, si no recibe constantemente de la mano divina la energía de su poder.  Así Jesús les dijo que él también actuaba de la misma manera; Gobernaba, sosteniendo, vigilando y salvando a esta parte importante de la creación: el hombre.  Ahora los judíos decían tener dos razones para matar a Jesús: sanar en día de reposo y haber dicho blasfemias, haciéndose a sí mismo igual a Dios.  Por cualquiera de esos dos pecados un hombre debía morir, según la ley (Levítico 24:11,14,16; Números 15:32).  Jesús se igualó a Dios en un sentido del que nadie puede hablar de sí mismo. Romanos 8:32 menciona a Jesús como "su propio Hijo".  Dios era el propio Padre de Jesús, y él jamás contradijo a ninguno de ellos al acusarle de hacerse igual a Dios.
 

PREGUNTAS

1.  ¿Cómo beneficia a nuestra vida el sentido espiritual del descanso de Dios después de la creación.

2.  ¿Cuáles son las evidencias del descanso espiritual en nuestra vida, y en qué sentido siempre deben permanecer activas.
 

PENSAMIENTO DE LA LECCION

1.  No puede haber descanso para Dios mientras la humanidad sufra.

2.  Millares de personas sufren constantemente los resultados desastrosos del licor, tabaco y otras drogas.  Mientras eso suceda no puede haber descanso para Dios; él tiene mucho que obrar.  ¿Estamos haciendo algo nosotros para combatir esos vicios?

3.  Hay tantos jóvenes y señoritas al borde de la muerte física, mental y espiritual en nuestros días; pero tan pocos padres viniendo a la iglesia para clamar: "Señor, desciende antes que mi hijo muera".
 

 ILUSTRACION

SANIDAD DEL ALMA Y DEL CUERPO

 Raúl Mejía González era su nombre.  Desde su juventud se entregó a los placeres de este mundo, llegando a ser una víctima del licor y de demonios.  La mañana del 13 de febrero de 1916, tuvo visiones de demonios y figuras horrorosas; y al día siguiente trataron de asegurarle para siempre en el infierno.  En sus propias palabras: "¡Yo estaba perdido! Mi vida se apagaba poco a poco; mas en el momento en que una legión de condenados se apoderaba de mí, tuve miedo; y haciendo un esfuerzo sobre humano, clamé a Dios con toda la fuerza de mis pulmones.  Le pedí perdón por mis pecados.  En aquel instante la visión desapareció y yo salté de la cama y traté de huir".

 Esa era la condición a la cual le había conducido el licor, hasta que llegó y le contó al misionero don Guillermo Stanton lo que le pasaba.  El le dijo: "Aquí está usted con Jesús, y donde manda él, no manda Satanás".  Oraron y don Raúl recibió a Cristo en su corazón.  Es así como con toda libertad escribió después estas palabras:

  "Es hermoso decir: Ya no soy lo que fui.
  Hoy me impulsa el amor de Jesús; Sus
  palabras ya oí, y hoy ansío morir
  Abrazado por siempre a su cruz.

     CORO

  A mis pies el infierno se abrió
  Y clamé con el alma a Jesús;
  Y al instante el infierno cambió
   En la hermosa visión de una cruz.
 
 

SUGERENCIAS PARA EL MAESTRO

PREPARACION
 Para exhibir consiga un cuadro de Jesús sanando al paralítico en el estanque de Betesda.  Puede dibujarlo en la pizarra a todo color si desea.  Pida que alguno cuenta estas dos historias de sanidad.
 

PRIMERAS PALABRAS
 Supongamos que usted tiene un amigo que ha tratado de ser cristiano, pero siempre cae y se levanta otra vez.  El es un cojo espiritualmente hablando.  ¿Qué clase de ayuda y consejo le podría dar a este amigo?  Nuestra lección de hoy nos muestra como hizo Jesús para ayudar a las necesidades físicas y espirituales.
 

LECTURA BIBLICA
 Lean de manera antifonal.
 

DESARROLLO DE LA LECCION
 Que la persona asignada cuente la historia de sanidad correspondientes a esta lección.  Si le parece bien, dele a los alumnos papel y lápiz para que escriban las respuestas a las siguientes preguntas.

1.  ¿Qué necesitaban el noble y el cojo para poder ser sanados por Jesús?

2.  ¿Cuál fue la recompensa que recibió cada uno de los dos?

3.  ¿Cómo demostraron el poder de Cristo estos milagros?

4.  ¿Por qué estaban tan ansiosos los judíos de matar a Jesús?
 

CONCLUSION
 ¿Está usted completo espiritualmente en Cristo?  Si así lo desea y tiene fe, puede llegar a serlo, creyendo en él de todo corazón.  Es mejor no mantenernos cojos, siendo que Cristo está listo a sanarnos.