LECCIÓN No. 13  (regresar al índice)

LA IGLESIA QUE VUELVE A LA VIDA

PARA ESTUDIO: II Corintios 2:5-11; 2:5-8; 2:9-11; 5:17-21; 6:1-2; 6:14-18; 7.
LECTURA DEVOCIONAL: II Corintios 7:2-16.
TEXTO PARA MEMORIZA: Corintios 5:17.

PROPÓSITO

 Examinar los aspectos fundamentales de la iglesia que ha sido restaurada.

INTRODUCCIÓN

 El apóstol Pablo deseaba que la iglesia que estaba en Corinto fuera restaurada.  En I Corintios el apóstol les señaló duramente los diversos pecados que estaban cometiendo.  Además de mostrarles la enfermedad, también les recetó la medicina para curar el mal que estaban padeciendo.  Les dijo que la única cabeza de la iglesia es Cristo, y a Él se le debe seguir con integridad.  Pidió que se corrigieran los diversos desórdenes y abusos que se cometían dentro y fuera de la Iglesia.  Corrigió muchas doctrinas equivocadas que los corintios habían adoptado del mundo pagano.

Algunos corintios cuestionaban la autenticidad del apóstol.  Él, además de I Corintios, les escribió otras cartas con mensajes sumamente duros, no sólo para defender su apostolado, sino para seguir atacando al pecado.  Esto nos enseña una lección: el pecado necesita ser atacado fuertemente y sin tregua.

 Por lo que leemos en II Corinitos, los escritos del apóstol Pablo tuvieron el efecto deseado.  Los corintios aceptaron la exhortación y se arrepintieron de sus pecados.  Esto, por supuesto, llenó de alegría al apóstol Pablo.  Cuando la iglesia entera se reconcilia con su Señor, resurge a una nueva vida en Cristo.

Del ejemplo del apóstol Pablo aprendemos que el trabajo pastoral es velar por la pureza de la iglesia.  Se debe tratar con mucho amor a los hermanos; pero nunca se deben tolerar los pecados.
 

I.  LA RESTAURACIÓN DE LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA (II Corintios 2:5-11)

A.  RESTAURANDO AL CAÍDO (II Corintios 2:5-8)

Los corintios decidieron actuar contra el pecado.  El hombre mencionado en I Corintios 5, que vivía con su madrastra fue puesto en disciplina.  No sabemos cuál fue el método que utilizaron para disciplinarle, pero el principio se aplica en nuestros días.  Cuando un hermano de la iglesia peca, lo recomendable es seguir los pasos que se mencionan en Mateo 18:15-18 para restaurarle.  En el caso del hermano de Corinto, no era necesario seguir en orden todos los pasos mencionados en Mateo porque el pecado lo estaba cometiendo delante de toda la iglesia, incluso, delante los paganos.  Por eso era necesario quitarle sus privilegios y ponerlo en disciplina en forma inmediata.  ¡Cuántas personas hoy en día ocupan puestos en la iglesia sin ser dignos de ellos!

La disciplina aplicada al hermano de Corinto, tenía como meta restaurarlo; por supuesto si él aceptaba ser corregido.  Por lo mismo debía ser aplicado con firmeza y con amor.  En este caso, la disciplina cumplió su propósito.  La persona se arrepintió y recibió el perdón divino.  Ahora que ya había sido perdonado por Dios, le tocaba a la iglesia hacer su parte.  En el versículo 7, el apóstol Pablo pide a los hermanos de la iglesia a que lo perdonen y lo consuelen para que no sufra más tristeza.  De hecho cuando un hermano cumple con el período de disciplina que se le impuso, se le debe restaurar con amor (v. 8).  Esta confirmación debe ser delante de toda la iglesia.  Todos deben orar por él.  Se le debe restaurar en sus privilegios.  Por supuesto, debe haber seguridad que la persona se ha arrepentido verdaderamente.

B.  RECIBIENDO AL QUE HA SIDO RESTAURADO  (II Corintios 2:9-11)

Una parte de la obediencia de la iglesia, es perdonar y recibir al hermano que ha sido restaurado (v. 9).  Recordemos que la iglesia es como un hospital donde hay muchos enfermos que están recuperándose de su enfermedad.  El perdón se debe hacer en presencia de Cristo (v. 10), porque es Él quien perdona primero.  La razón se expresa en el versículo 10: para que Satanás no gane ventaja sobre la iglesia, destruyendo a la persona que Cristo ha salvado.


PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

1.  ¿Cómo restauramos nosotros a los caídos?

2.  ¿Qué hacemos para demostrarles a las personas restauradas que les hemos perdonado?
 

II.  LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS MIEMBROS DE UNA IGLESIA RESTAURADA
 

A.  MIEMBROS CON VIDAS NUEVAS (II Corintios 5:17-21)

V. 17.  Cuando una persona se arrepiente de sus pecados o se reconcilia con nuestro Señor Jesucristo, todo lo que hay en su vida es nueva.  El individuo tiene nuevos hábitos, nueva forma de pensar, nuevas metas, nuevas amistades, nueva vida, y otras características que se pueden añadir.  (Maestro: Piense en otras características).  Vea Colosenses 3:1-13, y observe el listado de cosas que se deben dejar y las que se deben adoptar.  Sobre todo, debemos dar los frutos del Espíritu Santo (Gálatas 5:22-26).

Si bien es cierto que el hombre debe arrepentirse de sus pecados, Pablo dice que el resultado de la nueva vida depende la obra de Dios a favor de los hombres:

a.Él reconcilia al hombre consigo mismo a través de Cristo (v. 18).

b.No toma en cuenta los pecados (v. 19)

c.Envía a sus siervos a anunciar el mensaje de reconciliación (v. 20).

d.Dios justifica al hombre a través de la muerte de Cristo (v. 21).  Esto quiere decir, que declara justo al hombre como si nunca hubiera pecado.

B.  MIEMBROS QUE RECIBEN LA GRACIA DE DIOS (II Corintios 6:1-2)
V. 1.  “... no recibáis en vano la gracia de Dios”.  “En el sentido cristiano, gracia es el amor espontáneo de Dios, aunque inmerecido, para el hombre pecaminoso, revelada supremamente en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo.  La gracia es un elemento fundamental del evangelio” (Diccionario Bíblico Beacon, p. 314).  Debemos recibir la gracia de Dios por las razones que se mencionan en el versículo 2: a) Dios nos ha hablado en el tiempo apropiado.  b) Aunque merezcamos que Dios esté contra nosotros, está a nuestro favor: quiere socorrernos.  c) No sabemos cuánto tiempos vamos a vivir sobre la tierra.

Los hombres, por su dureza de corazón, dejan los asuntos de su vida espiritual para días posteriores.  Pero Dios dice que nos ha hablado en el tiempo exacto, y por eso debemos recibir la gracia.  La gracia de Dios también exige pureza de vida.  No se puede permanecer en el evangelio y al mismo tiempo haciendo cosas inmorales.  Debemos buscar la santidad.

C.  MIEMBROS SEPARADOS DEL MUNDO PECAMINOSO (II Corintios 6:14-18)
“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos...” , (v. 14).  El versículo en sí tiene dos aplicaciones importantes.


APLICACIÓN No. 1

La primera aplicación dice que los cristianos no deben casarse con mujeres paganas, ni las cristianas deben casarse con hombres paganos o inconversos.  Las preguntas retóricas de los versículos 14 al 16, dan las razones, pidiendo la respuesta “No.

1.  No hay compañerismo entre la justicia y la injusticia, (v. 14).
2.  No hay comunión entre la luz y las tinieblas (v. 14).
3.  No hay ningún acuerdo entre Cristo y el diablo, (v. 15).
4.  No existe ninguna parte compartida entre el creyente con el incrédulo, (v. 15).  Los creyentes van al cielo; mientras que los incrédulos van al infierno de fuego.
5.  No hay ningún acuerdo entre el templo de Dios (nosotros) y los ídolos, (v. 16).  Nuestro cuerpo es templo y morada de Dios; mientras que los ídolos son moradas del diablo y de sus demonios.

Por las razones anteriormente mencionadas, se nos da un mandamiento: “Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y Yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas dice el Señor Todopoderoso” (II Corintios 6:17-18).


APLICACIÓN No. 2

La otra aplicación de II Corintios 6:14-18, es que la iglesia y sus miembros no deben tener alianza con ningún grupo liberal o con sectas falsas.

Actualmente, muchos grupos están trabajando para impulsar un ecumenismo, donde todas las religiones paganas y cristianas, estén unidas en igualdad de condiciones y privilegios.  Pretenden que en esta unidad haya cristianos evangélicos, católicos, budistas, mormones, brujos y otros movimientos de la nueva era.

En este sentido II Corintios 6:14-18, nos advierte a no unirnos con ninguno de estos grupos.  Al contrario, Dios nos manda a que salgamos de en medio de ellos, y que no toquemos lo inmundo.  Como premio, Dios promete lo siguiente:

1.  Promete habitar en medio de nosotros (II Corintios 6:16b).
2.  Promete que será nuestro Dios (6:16c).  Sólo cuando le obedecemos es nuestro Dios.
3.  Él nos recibirá como pueblo propio, (6:16d, 7c).
4.  Dios será nuestro Padre, (6:18).


D.  MIEMBROS QUE SE CUIDAN DE TODA CONTAMINACIÓN (II Corintios 7)

 “Así que amados puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (II Corintios 7:1).  Hay muchas clases de contaminaciones, tales como: fornicación, vicios, adulterios, envidias, ideas equivocadas, abrigar malos pensamientos, mentiras, malicias, avaricia, participar en los chistes blasfemos de los inconversos, etc.  (Maestro, piense con sus alumnos en otras clases de contaminación).

Por supuesto que para evitar ser contaminado por cosas mundanas es necesario consagrarnos al Señor, y obedecer su Palabra.  Además, tenemos que buscar la entera consagración, porque esa es la voluntad de Dios.  Sólo así estaremos capacitados para derrotar al pecado.

El versículo anterior expresa un resultado de lo que Pablo anteriormente enseñó.  Las promesas nos deben motivar a vivir una vida santa delante de Dios.

II Corintios 7:2-16, expresan la felicidad de Pablo por la actitud positiva de los corintios que se arrepintieron de sus pecados.  De esto aprendemos una lección: la iglesia debe ser estimulada cuando corrige las cosas que no funcionan bien.  Pablo es el máximo ejemplo.


PREGUNTAS PARA DISCUTIR

1.¿Cómo se le debe tratar a un hermano o hermana, que por algún pecado se le puso en disciplina?

2.¿Qué cosas nuevas debe haber en la vida de una persona que está en Cristo?

3.¿Qué debería hacer la iglesia para evitar que los cristianos se casen con gente incrédula?

4.¿Cuál es la base bíblica que manda a la iglesia a no hacer alianzas con grupos liberales?  ¿Por qué?


CONCLUSIÓN

1.  La iglesia debe aplicar la disciplina cuando sea necesaria.
2.  La iglesia tiene la oportunidad de ser restaurada cuando ha cometido errores.
3.  Se debe tratar con mucho amor a los hermanos; pero nunca se deben tolerar los pecados.
4.  Una parte de la obediencia de la iglesia, es perdonar y recibir al hermano que ha sido restaurado.
5.  Cuando una persona se arrepiente de sus pecados o se reconcilia con nuestro Señor Jesucristo, todo lo que hay en su vida es nueva.
6.  La gracia es un elemento fundamental del evangelio.  Por lo mismo debemos aprovecharla, pero no por eso vamos a tolerar el pecado.
7.  La iglesia no tiene que hacer alianza con grupos liberales que tengan principios anticristianos.
Tenemos que limpiarnos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.