LECCIÓN 8  (regresar al índice)

EL PROPÓSITO DEL MAESTRO CRISTIANO

    Muchos maestros trabajan mes tras mes sin ningún propósito definido, excepto el de presentar el material que se les ha dado.  No tienen un objetivo, a uno le falta interés, vigor y propósito.  También les faltan los medios para medir el resultado de la enseñanza.  No se dirige a ninguna parte, y por lo tanto no sabe si ha llegado o no al lugar deseado.  Es por eso que una de las ayudas más importantes en la enseñanza es la de tener propósitos claros y definidos.

    Jesús nunca enseñó sólo porque se lo pidieran.  Él lo hizo con un propósito, y siempre tenía fines definidos que lograr.  Él sabía lo que quería y se disponía a realizarlo.  Él entendía a donde iba y caminaba hasta legar a la meta, sin importarle todos los obstáculos y la oposición que encontrara.

    El dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Juan 10:10).  “No temáis, manda pequeña; porque al Padre ha placido daros el reino” (Lucas 12:32).  La vida que Él trajo y de la cual enseñaba era eterna, no temporal; era espiritual, antes que material.  Insistió en fijar su atención en las cosas más importantes (Mateo 5:10-12).

    Jesús no sólo trató de ganar a sus discípulos a una fe en Sí mismo como Salvador, sino también como Rey.  Quería que ellos creyeran que Él era el Mesías prometido y el Rey que vendría (Juan 4:25,26).  También Jesús tenía como propósito preparar y ensañar a sus discípulos a que fueran sus testigos.  Él les dijo: “Venid en pos de Mí, y os haré pescadores de hombre” (Mateo 4:19).  Con este fin los envió a enseñar y evangelizar bajo su dirección (Mateo 28:19).  Si leemos detenidamente las enseñanzas de Jesús descubriremos que Él siempre tenía un propósito definido que deseaba lograr.

    ¿Cuál debe ser el propósito del maestro cristino al enseñar?  Para formar el destino inmortal de un alma de acuerdo con la Palabra de Dios, el maestro debe:

I. Revelar el plan eterno y glorioso de Dios para con sus hijos.

II. Guiar a cada alumno a recibir y confesar a Jesucristo como Salvador y Señor. III. Preparar y enseñar a cada alumno a cumplir los propósitos de Dios en su vida.

LA PROMESA DEL MAESTRO (Tomado de “El Maestro de Escuela Dominical”, por Albert F. Harper).

  1. Trataré en todo tiempo de vivir una vida cristiana de oración que sea un digno ejemplo a mis discípulos.
  2. Seré fiel a la iglesia, aceptando sus doctrinas, practicando sus reglas, fielmente asistiendo a sus servicios y sosteniendo a sus líderes.
  3. Trataré de ser un ganador de almas trabajando personalmente por presentar los postulados evangélicos a los que no son salvos e invitándoles a venir a la casa de Dios.
  4. Estimularé a mis discípulos convertidos a que se unan a la iglesia.
  5. Asistiré a las reuniones de maestros y oficiales de la Escuela Dominical, compartiendo en los planes tanto como me sea posible, y seré guiado por los reglamentos adoptados.
  6. Procuraré hacer planes para pasar cuando menos una hora cada semana en la preparación de mi lección, y estar presente a tiempo el domingo en la mañana.
  7. Trataré de conocer bien a cada uno de los miembros de mi clase, visitando a los discípulos en sus casas, o poniéndome en contacto con ellos por todos los medios posibles fuera de las horas de clase.
  8. Trataré de que mi enseñanza progrese este año asistiendo a las clases de preparación o leyendo al menos un libro que trate sobre la parte que a mí toca en el trabajo de Escuela Dominical.
  9. Me pondré en contacto cada semana con los ausentes de mi clase o haré arreglos para que estos contactos se lleven a cabo por los miembros de mi clase.
  10. Procuraré aumentar la lista y asistencia de mi clase por medio de la visitación personal y estimulando a los miembros de la clase a traer nuevos alumnos.

CUESTIONARIO

  1. ¿Qué pasa cuando un maestro está enseñando sin tener un propósito?


  2. ¿Por qué Jesús nunca enseñó sólo porque se lo pidieran?


  3. ¿Cuáles fueron los propósitos que Jesús persiguió al enseñar?


  4. ¿Cuál debe ser el propósito triple del maestro de Escuela Dominical al enseñar?


  5. ¿Cuál es el precio de un alma inmortal?


  6. ¿Qué debe hacer el maestro para lograr su propósito de guiar a cada alumno a los pies del Salvador?


  7. ¿Por qué el maestro debe ser además de ganador de almas, un edificador de vidas?


  8. ¿Cómo se expresa el crecimiento espiritual?


  9. ¿Por qué debe el maestro interesarse en cultivar la vida devocional de sus alumnos?


  10. ¿Dónde debe el niño practicar la adoración?


  11. ¿Cuándo será de valor el testimonio del alumno?


  12. ¿Qué hábitos debe cultivar en sus alumnos todo maestro?


  13. ¿Por qué la influencia del maestro de Escuela Dominical no es tan poderosa como la de los padres?


  14. ¿Qué oportunidades de servicio se les puede conceder a los niños creyentes de nuestra iglesia?


  15. Escriba un listado de palabras nuevas que encontró en esta lección.


(regresar al índice)