LECCIÓN No. 3  (regresar al índice)

“DEJA IR A MI PUEBLO”
(Éxodo 5:1)

PARA ESTUDIO: Éxodo 4 – 11.
LECTURA DEVOCIONAL: Hechos 7:35-37; Hebreos 11:23-27.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Éxodo 6:7.

PROPÓSITO

Mostrar los prodigios realizados por la poderosa mano de Dios cuando Él interviene a favor de Su pueblo.
 

A.  MOISÉS VUELVE A EGIPTO (Éxodo 4:1-31)

     Cuando Moisés decidió obedecer a Dios y ser el instrumento para liberar a su pueblo, volvió a casa; le comunicó a su suegro su determinación, y Jetro lo aprobó (vs. 18).

     Dios continuó hablándole a Moisés en Madián y le aseguró que los que tratanban de matarlo habían muerto ya.  Así que tomó a su mujer y sus hijos, los puso sobre un asno, y volvió a Egipto.  Llevó consigo “la vara de Dios” (vss. 19-20).

     Dios instruyó a Moisés para que hiciera todas las señales que le había mostrado.  Le dijo también que Él endurecería el corazón de Faraón para no dejar ir al pueblo (vs. 21).  A quienes no entienden por qué Dios endureció al Faraón y luego lo castigó, debemos recordarles que Dios endurece el corazón después que la misma persona rechaza su mensaje y se endurece.  Lo mismo ocurre con quienes rechazan el Evangelio de Cristo.  C. I. Scofield dice: “Cuando la luz es rechazada y no se presta a Dios la debida obediencia, inevitablemente resulta que se endurece la conciencia y el corazón” (Romanos 1:21,28; 9:17-24).

     Moisés debía advertirle al Faraón las palabras de Dios: “Israel es mi hijo, mi primogénito.  Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, primogénito” (vss. 22-23).

     Dios le había dicho a Abraham en Génesis 17:10 y 14, “Este es mi pacto que guardaréis entre Mí y vosotros y tu descendencia después de ti: será circuncidado todo varón de entre vosotros”.  “Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto”.

     Antes de rescatar a la gente del pacto, el mismo Moisés debía obedecer el pacto en cada detalle.  Para mostrarle la importancia de la circuncisión, Dios le recordó a Moisés, a través de una crisis, que no la había realizado en su propio hijo (vs. 24-26).

     El Dr. James M. Gray dice. “La idea parece ser que una gran aflicción mental o enfermedad física vino sobre Moisés, la cual él reconoció como un castigo por haber descuidado circuncidar a su hijo.  Esta negligencia tal vez fue ocasionada por la aversión de su esposa al acto de la circuncisión, que ahora venció sus sentimientos maternales lo suficientemente para llevarlo a cabo ella misma, y así traer el alivio a su esposo.  Esta experiencia crítica fue sin duda no sólo de valor a la propia vida interior de Moisés, sino tuvo su influencia sobre el líder y legislador de Israel en los días que vendrían.  Especialmente lo estimularon para demandar la aplicación de la ley de la circuncisión, que era peculiarmente la marca de distinción para ese pueblo”.

     Dios mandó a Aarón que saliera a encontrar a su hermano Moisés.  Se reunieron en el monte de Dios, el Sinaí -u Horeb-, (vs. 27).  Moisés le relató detalladamente cómo Dios lo había comisionado y las señales que le había mostrado.  Ambos hermanos reunieron a los ancianos de Israel, o cabezas prominentes de familias o grupos tribales, (vs. 29).  Como estaba previsto, Aarón fue el vocero quien explicó acerca del mandato de Jehová a Moisés (vs. 30).

     El pueblo creyó el mensaje de Dios a través de Su siervo Moisés.  El saber que Dios iba pronto a libertarlos de la esclavitud, renovó su fe, “se inclinaron y adoraron”, (vs. 31).  La adoración es una profunda y abrumadora consciencia de la majestad y soberanía de Dios, ante quien nos postramos reverentes y nos sentimos humildes e indignos.

     La institución del gobierno de los ancianos en Israel viene desde sus inicios como nación.  La Iglesia, que heredó esta costumbre, debe cuidar que la influencia de las corrientes seculares, no disminuya el gran valor del consejo de los ancianos en el gobierno de la misma.  En el mundo industrializado y competitivo de hoy, sólo se toma en cuenta a quienes son económicamente productivos.  Esto deja en desventaja a los ancianos y muchas veces se desaprovecha su caudal de experiencia y sabiduría.


B.  CONFRONTACIÓN CON EL FARAÓN (Éxodo 5:1-23)

     Moisés y Aarón entregaron al Faraón el mensaje de Dios: “Jehová el Dios de Israel dice: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto”.  A esto el gobernante respondió arrogantemente: “¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel?  Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel”.

     Si no había respuesta favorable, Dios enviaría “peste o espada” sobre Egipto (vs. 3).  Los israelitas ya estaban inquietos por su próxima liberación y habían dejado de trabajar en sus labores (vss. 4-5).  El Faraón ordenó a los cuadrilleros egipcios y a los capataces hebreos que aumentaran las tareas al pueblo esclavo.  Ahora, además de fabricar la misma cantidad de ladrillo, ya no se les proveería la paja, sino deberían conseguirla ellos mismos.  El Faraón dijo que estaban ociosos y por ello planeaban ir a ofrecer sacrificios (vss. 6-8).

     Se agravó la servidumbre (vss. 9-13).  Los cuadrilleros egipcios azotaban a los capataces hebreos por no cumplir con sus tareas.  Estos se quejaron ante el Faraón quien les contestó que por su ociosidad inventaban ir al desierto para ofrecer sacrificios a Jehová (vss. 14-17).

     El Faraón se mostró inflexible (vss. 18-19).  Los capataces hebreos se quejaron ahora ante Moisés y Aarón, culpándolos de que por causa de ellos habían sido afligidos aún más (vss. 20-21).

     Moisés habló con un tono de duda y reclamo: “Señor, ¿por qué afliges a este pueblo?  ¿Para qué me enviaste?  Porque desde que yo vine a Faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo; y Tú no has librado a tu pueblo” (vss. 22-23).


C.  JEHOVÁ REAFIRMA SU PACTO CON MOISÉS Y SU PUEBLO (Éxodo 6:1-8)

     Dios permitió toda esta dureza del Faraón, para que sirviera de contraste con la mano fuerte con que sacaría a Su pueblo (vs. 1).  Él habló aún más a Moisés: “YO SOY JEHOVÁ”.  Esta declaración respaldaba todo lo que le diría (vs. 2).  De nuevo Dios le confirmó a Moisés lo dicho en el Monte Horeb: Él era el Dios de Abraham, Isaac y Jacob.  A ellos se había dado a conocer como Dios Omnipotente, pero no como Jehová –Yo Soy el que Soy- (vs. 3).  Se recordó de su pacto de darles la tierra de Canaán en la que habían vivido como forasteros (vs. 4).  Había oído también la aflicción de su pueblo oprimido en Egipto (vs. 5).

     Dios reiteró su mensaje de que: “YO SOY JEHOVÁ”, y os sacaré de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes” (vs. 6).  Les dijo que habría una relación especial, pues serían su pueblo y Él será su Dios (vs. 7); que les daría una tierra por heredad (vs. 8).  Terminó su respuesta como la comenzó: “YO SOY JEHOVÁ”.  Por su eternidad y por su nombre y poder, por ser Quien es, Él cumpliría con todo lo prometido.

     Moisés transmitió debidamente su mensaje a los israelitas, pero ellos no lo escucharon; los dominaba su pesar y dolor (vs. 9).


D.  LA GENEALOGÍA DE LEVÍ: SACERDOTES Y SERVIDORES (Éxodo 6:14-27)

     Dentro del relato se intercala la genealogía de los tres hijos mayores de Jacob.  El propósito es destacar el gran papel de la tribu de Leví en la historia de Israel desde el principio.  Esta tribu estaría toda consagrada al servicio de Dios en el tabernáculo (más adelante en el templo) y en la enseñanza.

     El levita Moisés sería el libertador y el legislador; Aarón, su hermano, sería el Sumo Sacerdote, cabeza de la familia sacerdotal.  “Este es aquel Aarón y aquel Moisés, a los cuales Jehová dijo: Sacad a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos” (vs. 26).


E.  EL SEGUNDO INTENTO ANTE AL FARAÓN (Éxodo 6:11-13, 28-30; 7:1-9, 11-13)

     Dios mandó nuevamente a Moisés que presentara ante el Faraón su petición de dejar ir a los israelitas.  Moisés se mostró renuente argumentando que ni su pueblo lo escuchaba y que era torpe de labios (Éxodo 6:11-13).  Con paciencia, el Señor recordó a Moisés que Aarón sería su profeta y hablaría todo lo que fuera necesario (Éxodo 7:1-2).  Moisés a sus 80 años y Aarón a sus 83 años, dieron cumplimiento a la orden divina (vs. 7).  Después de vivir dos tercios de su edad, realizó Moisés la gran tarea que Dios le encomendó.

     En su soberanía y sabiduría, Dios nos encomienda tareas difíciles, que parecen ilógicas, una pérdida de tiempo, infructuosas.  Pero Él sabe por qué.  A nosotros nos toca obedecer.  Instar a tiempo y fuera de tiempo.  Aunque no lo entendamos.

     Aarón realizó la señal de que su vara se convirtiera en culebra.  Los hechiceros del Faraón realizaron señales similares. Sus varas también se tornaron en culebras; pero la vara de Aarón devoró a las culebras de los encantadores.  Con ellos el corazón de Faraón se endureció aun más (Éxodo 7: 11-13).

     Dios endureció el corazón de Faraón en el mismo sentido que el evangelio endurece los corazones de los hombres cuando lo rechazan.  A algunos el evangelio les trae salvación; a otros muerte (II Corintios 2:15-16).

     Aunque limitados, el diablo conserva poderes que finalmente le serán quitados.  Las señales espectaculares y prodigios no deben ser la única señal de que algo es de Dios.  Hay que examinar muchos otros factores, como los frutos genuinos de piedad y vida santa de acuerdo con la Biblia.  En nuestros días hay muchos hechos milagrosos efectuados por engañadores, los cuales no deben confundirnos.  Jesús nos lo advirtió (Mateo 24:24; Apocalipsis 13:13-15).


F.  DIOS ENVÍA PLAGAS A EGIPTO (Éxodo 7:14 – 14:1-10)

EL PROPÓSITO DE LAS PLAGAS
1.  Desacreditar las deidades egipcias.  Cada una fue una prueba en contra de los ídolos de Egipto.

2.  Castigar al opresor.  Quienes habían oprimido tanto tiempo al Israel, probaron lo amargo del castigo.

3.  Confundir el orgullo del Faraón.  El que llamaban “hijo del sol”, quedó avergonzado por la plaga de tinieblas que le vino.

4.  Efectuar la liberación de Israel. Las plagas quebraron finalmente la necedad del Faraón.  El golpe final lo asestó la muerte de los primogénitos.
 

LISTADO DE PLAGAS

1.  EL RÍO NILO SE TORNA EN SANGRE (Éxodo 7:14-25)

      En su tercera demanda ante el Faraón, Moisés efectuó la señal de convertir el río Nilo en Sangre (vss. 14-24).  Cuando sus hechiceros hicieron lo mismo, (vs. 22-24), el Faraón se endureció.  Pero esta vez los egipcios sí sufrieron el primer juicio de Dios.  Tuvieron que excavar pozos para obtener agua, porque el río estuvo contaminado siete días (vss. 24-25).

      El río Nilo era objeto de adoración, era sagrado y aun sus peces.  “Bebían sus aguas con reverencia y deleite, y suponían que tenía algún poder misterioso para sanar enfermedades del cuerpo.  Himnos, oraciones e incienso se ofrecían al espíritu del río”.

2.  LA PLAGA DE RANAS (Éxodo 8:1-15)
Heki, la diosa rana, era una de las deidades más adoradas.  Matar una rana era castigado severamente.  Ahora estaban por todas partes.  Ya que era difícil no dañarlas, había gran aflicción.

3.  LA PLAGA DE PIOJOS (Éxodo 8:16-19)

      Los egipcios consideraban aun el polvo de su tierra sagrado y santo.  Verlo convertirse en piojos fue un golpe terrible para su pensamiento idólatra.

4.  LA PLAGA DE MOSCAS (Éxodo 8:20-32)

      Las moscas también eran reverenciadas por los egipcios, pero llegaron a ser una peste.  Dios libró la tierra de Gosén de esta plaga (vs. 22).

5.  LA PLAGA SOBRE EL GANADO (Éxodo 9:1-7)

      Se creía que Apis, el dios toro, habitaba en un toro sagrado, que era adorado y cuidadosamente atendido en su templo.  Al morir buscaban otro toro.  Esta vez murió todo el ganado, y también murió el toro sagrado.

6.  LA PLAGA DE SARPULLIDO Y DE ÚLCERAS (Éxodo 9:8-12)

      Algunas veces los egipcios sacrificaban humanos, quemándolos vivos, para aplacar lo que llamaban “fuerza del mal”.  Las cenizas eran rociadas para purificar todas las cosas sobre las que cayeran.  Cuando Moisés tomó ceniza de un horno y la espació, vino a los egipcios una plaga de sarpullido y úlceras.

7.  LA PLAGA DE GRANIZO (Éxodo 9:13-35)

      En una tierra donde las descargas eléctricas ocurrían muy poco, “Jehová hizo tronar y granizar, y el fuego se descargó sobre la tierra” (vs. 23).  Isis y Osiris eran las deidades egipcias del agua y del fuego, pero no pudieron proteger a Egipto.

8.  LA PLAGA DE LANGOSTAS (Saltamontes o chapulines) (Éxodo 10:1-20)

Isis y Serapis eran las deidades que según ellos los protegían de las langostas, pero no evitaron una plaga “en tan gran cantidad como no la hubo antes ni la habrá después” (vs. 14); y “no quedó cosa verde en árboles ni en hierba del campo” (vs. 15).

9.  LA PLAGA DE TINIEBLAS (Éxodo 10:21-29)

      El Faraón, el hijo del sol, no pudo evitar que durante tres día hubiera una densa oscuridad que aun podía palparse.

      Aarón también participó en traer plagas de ranas y piojos.  Hasta la plaga de ranas los encantadores los imitaron.  La plaga de piojos ya no fue imitada.  Después de las moscas el Faraón dijo que podían ir al desierto.  Tras la amenaza de las langostas dijo que podían irse, pero sin los niños y los ganados.  Después de las tinieblas dijo que podían ir también los niños, pero sin el ganado.  Al rehusarse Moisés, el Faraón le dijo que no vería más su rostro.

10.  LA MUERTE DE LOS PRIMOGÉNITOS (Éxodo 11)
      Dios sabía que al ejecutar el décimo juicio, la muerte de los primogénitos, el mismo Faraón los echaría del todo.  Les mandó que cada uno pidiera a su vecino egipcio “alhajas de plata y de oro” (vs. 2).  “Y Jehová dio gracia al pueblo en los ojos de los egipcios” (vs. 3).  Para entonces Moisés era respetado por los siervos del Faraón y por todo el pueblo (vs. 3).

      Moisés anunció el último juicio: “y morirá todo primogénito en tierra de Egipto”, incluyendo los animales (vss. 4-6).  Pero los israelitas no serían tocados.  Dios haría diferencia entre su pueblo y los egipcios (vs. 7).  Moisés predijo cómo los mismos siervos del Faraón les pedirían que se fueran (vs. 8).  Sin embargo, el Faraón no los oiría a pesar del terrible anuncio (vss. 9-10).

      El tema de la muerte de los primogénitos será estudiado en la siguiente lección.


PREGUNTAS

1.  ¿Tomamos en cuenta la opinión de los ancianos y de los suegros cristianos y sabios?

2.  ¿Hay tareas que realizar aun a su edad, hermano?

3.  ¿Aplica la ley de Dios comenzando por su propia casa?