LECCION No. 3  (regresar al índice)
 

EL HOMBRE EN EL PLAN DE DIOS

PARA ESTUDIO: Génesis 1:26-2:25; Salmo 8; Mateo 10:29-31; Hechos 17:26-28; I Corintios 15:45-50.
LECTURA DEVOCIONAL: Salmo 8
TEXTO PARA MEMORIZAR: Génesis 1:27

LECTURAS DIARIAS

LUNES: El Creador del Hombre.  Salmo 8.
MARTES El Valor del Hombre. Mateo 12:9-13.
MIERCOLES: La Vida del Hombre y Dios.  Hechos 17:24-28.
JUEVES: La Semejanza de Cristo con el Hombre.
        Filipenses 2:5-11.
VIERNES: Cristo y la Creación.  Hebreos 2:5-9.
SABADO: Las Bendiciones de Dios para el Hombre.
        Salmo 103:1-5.
DOMINGO: Bendice al Señor.  Salmo 103:15-22.

PARA DISCUSION Y ESTUDIO

1.  ¿Qué se deduce de la declaración divina: "hagamos al hombre"; habla en plural, cuando al parecer debiera haber hablado en singular, ya que se trata de un solo Dios?  Explique.
2.  ¿En qué sentido fue hecho el hombre a la imagen de Dios? Explique.
3. ¿En qué aspecto seremos semejantes a Cristo?  (vea I Juan 3:2).  Discuta.
 

PROPOSITO DE LA LECCION

 Ayudarnos a entender la dignidad esencial del hombre y su responsabilidad como la obra maestra de la creación divina.
 

EXPOSICION DE LA LECCION

INTRODUCCION

 En la lección de hoy consideraremos la creación del hombre "a la imagen de Dios".  Los primeros dos capítulos del libro de Génesis solamente dedican unos versículos para describir la creación de la obra maestra de Dios: tres en Génesis 1:26-28 y uno en 2:7.  Pero aunque estas declaraciones sean muy breves, en ellas encontramos la única declaración autoritativa del origen de la raza humana.  Estos cuantos versículos nos hablan acerca del origen y la naturaleza del hombre, el origen e independencia del sexo, la superioridad de los seres humanos sobre el resto de la creación y la responsabilidad del hombre hacia Dios quien lo creó.
 

I.  EL HOMBRE A LA IMAGEN DE DIOS
    (Génesis 1:26-2:27; Salmo 8)

 ¿Qué es lo que hace al hombre diferente a todas las otras formas de vida?

1.  HAGAMOS AL HOMBRE (1:26)

 Al principio de la creación, Dios dijo: "Sea la luz", "Júntense las aguas", y "Produzca la tierra".  Pero cuando llegó el momento que Dios iba a crear la corona de su creación, él dijo después de haber consultado deliberadamente con la Trinidad, "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, ... Y Creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó" (1:26-27).  Estas sencillas pero sublimes palabras, colocan al hombre por sobre el universo material y sobre el resto de las criaturas vivientes.  "Se dice que ninguna otra criatura, sino solamente el hombre fue hecho a la imagen de Dios.  Ni tronos, ni dominios, ni principados, ni poderes, ni querubines, ni serafines, ni arcángeles, ni ángeles comparten este honor.  Es posible que sólo una orden de seres creados fuera formada" (Teología Cristiana de Adam Clarke).

2.  "Y CREO DIOS AL HOMBRE" (1:27)

 Es interesante observar que el verbo hebreo "bara" "creado" (1:27), ocurre sólo tres veces en toda la historia de la creación.  Aparece primeramente en la creación del universo material (1:1), segundo, en la creación de la vida animal (1:21), y tercero, en la creación de la vida humana (1:27).  Así que el hombre es una distinta y nueva creación.  La inspirada descripción que nos presenta el Génesis, hacen a un lado para siempre las teorías naturalistas del origen del hombre.  La humanidad no es el producto final de un proceso evolucionario, sino la obra de un Dios todopoderoso.  El hombre fue creado un poco menos que Dios, en lugar de decir que un poco más elevado que los animales.

 El salmista declaró: "Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?  Le has hecho un poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra" (Salmo 8:3-5).

3.  DIOS FORMO AL HOMBRE DEL POLVO (2:7)

 La historia de la creación como la encontramos en (2:7), no está en conflicto con la primera descripción de (1:26-28).  Sino más bien nos da una información adicional de que el hombre es una combinación de polvo y deidad.  Nos dice que el cuerpo físico del hombre había sido formado de material que ya existía, el polvo de la tierra.  También declara que el hombre es "al mismo tiempo una criatura y un hijo" (Wiley).  "Y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente".  Esto hace que el hombre sea único.  Tiene un cuerpo, pero a la vez es un espíritu a la semejanza del Dios eterno.  En esta peculiaridad del hombre creado, nosotros vemos la dignidad y el valor de la personalidad humana.

 El Dr. Richard Taylor dice al referirse a la naturaleza del hombre: "La peculiaridad del hombre descansa en su afinidad con dos mundos, el espiritual y el material.  Por medio de su esencialidad espiritual, está en comunión con Dios y lo eterno; por medio de su estado material y físico está de acuerdo con el orden que lo rodea.  Por su participación del orden natural el hombre estaba en la mejor posición posible para glorificar a Dios por medio de la santificación de lo natural, haciendo la materia sierva del alma y de Dios.  Haciendo por consecuencia de su cuerpo, ni un estorbo, ni una limitación ni motivo de vergüenza, sin motivo de gloria.  La materia no es pecado, ni tampoco nuestro cuerpo es motivo de vergüenza, aunque sea implicado en muchas otras religiones.  La materia es un instrumento, y el cristianismo sigue repitiendo: "Glorificad, pues, a Dios en nuestro cuerpo y en nuestro espíritu, los cuales son de Dios" (I Corintios 6:20).

4.  "A SU IMAGEN" (1:27)

 La verdad extraordinaria de la historia bíblica acerca del origen del hombre, es que fue creado a la imagen y semejanza de Dios.  Esto significa que el hombre como Dios, se conoce a sí mismo, tiene voluntad propia y posee un espíritu indestructible.  Aunque el hombre fue formado del polvo, él es mucho más que mero polvo.  Aunque finito y con limitaciones, el hombre es como el infinito e ilimitado Dios.  Los teólogos tienen varias formas de describir sus parecidos.  El Dr. H. Orton Wiley en su Teología Cristiana, describe la imagen de Dios en el hombre en dos categorías: 1) La imagen natural, que consiste en los elementos siguientes de la personalidad: espiritualidad, conocimientos e inmortalidad.   2) La imagen moral, que refleja el poder del hombre de escoger.

 El Dr. Wiley hace el siguiente comentario en relación con la imagen moral, "además de los poderes de la personalidad que el hombre recibió en la creación también se le dieron ciertas responsabilidades acerca del uso correcto de estas habilidades naturales.  Teniendo el poder determinación personal, el hombre es responsable por el uso de esta libertad; teniendo sentimientos que afectan los objetos de su escogimiento, el hombre es responsable por la calidad o actitud de dichos afectos; teniendo poderes intelectuales, él es responsable por la dirección de sus pensamientos y la naturaleza de los ajustes que la inteligencia demanda" (Teología Cristiana, II, 37-38).
 

II.  EL HOMBRE EN EL MUNDO QUE DIOS CREO
     (Génesis 2:8-17)

 ¿Por qué se le prohibió a nuestros primeros padres que comiera del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal?

1.  "DIOS PLANTO UN HUERTO (v. 8)

 "Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado".  Este huerto tan fértil y hermoso fue el primer hogar del hombre.  El nombre Edén significa literalmente "agradable" o "delicioso".  Este paraíso terrenal era regado por un gran río que se dividía en cuatro ríos tributarios.

 El Edén, la tierra de las delicias, desconocemos su situación geográfica exacta.  Muchos eruditos creen que estaba situada entre Mesopotamia y Armenia.  Sin embargo, más importante que su ubicación geográfica es su valor y significado espiritual.  Allí se llevó a cabo el período de prueba del hombre.  Allí fue donde Dios le dio al hombre su primera orden positiva y específica en la forma de un árbol, para probar su obediencia (vrs. 16-17).
 

III.  EL HOMBRE Y SU AYUDA IDONEA
      (Génesis 2:18-25)

 ¿Qué aprendemos en este pasaje acerca de lo sagrado del matrimonio?

1.  "Y DIJO JEHOVA DIOS" (18)

 En el capítulo 1 de Génesis encontramos la historia racial de la creación del hombre.  "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó" (v. 27).  En el segundo capítulo tenemos algunos detalles específicos en relación con la creación de la mujer, el principio del matrimonio y la familia.  Dios dijo, "No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él" (v. 18).  Aquí encontramos que la pureza y santidad del matrimonio son claramente establecidas.  De aquí aprendemos que Dios estableció el hogar, la primera de las instituciones del hombre.

2.  "TOMO UNA DE SUS COSTILLAS" (v. 21)

 Algunos eruditos han dicho que la palabra costilla es muy específica en relación con la palabra hebrea "tsela".  Algunos la traducen como "lado".  De una cosa sí estamos seguros: Dios formó a la mujer de una parte del hombre.  Mateo Henry ha dicho atinadamente que "la mujer no fue hecha de la cabeza del hombre para que no lo gobernara, pero tampoco fue hecha de sus pies para que éste la menospreciara, sino que fue hecha de uno de  sus lados para que fuera igual a él, de bajo de su brazo para que la protegiera, y de cerca de su corazón para que fuera su amada".

3.  "Y SE UNIRA A SU MUJER"

 Alguien ha dicho que "Dios fue el primer padrino de boda".  "Dios hizo una mujer, y la trajo al hombre" (v. 22).  Dios llevó a cabo la ceremonia del primer matrimonio y estableció claramente la santidad del hogar.  Tomemos nota en estos días de desenfreno moral y divorcios tan frecuentes.  Lo sagrado del matrimonio debe preservarse.  Cristo Jesús le respondió a los fariseos, su pregunta relacionada con la revelación de Génesis.  "¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?  Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre" (Mateo 19:4-6).  Lo que Dios ha dignificado, no lo mancille el hombre.
 

IV.  CRISTO, EL SEGUNDO ADAN
     (I Corintios 15:45-50)

 ¿En qué sentido Cristo es el fundamento de nuestra esperanza?

1.  "EL PRIMER Y POSTRER ADAN" (v. 45)

 De la historia de la creación de la raza humana como la encontramos en Génesis, ahora pasamos al inspirado tratado de Pablo de la nueva raza redimida.  Por medio del primer Adán, hecho de polvo de la tierra (Génesis 2:7), nosotros heredamos nuestro cuerpo, natural, corruptible y terrestre.  Pero por medio del segundo o último Adán, Cristo, nosotros recibimos nuestros cuerpos espirituales, celestes e incorruptibles.  Adán fue la cabeza o el primero de la raza física; Cristo es la cabeza de la raza redimida.  El es el que da vida espiritual.

2.  LO NATURAL Y LO ESPIRITUAL (vrs. 46-49)

 La vida física precede a la espiritual.  Ahora estamos dotados de un cuerpo físico, pero el día viene cuando tendremos un cuerpo espiritual.  El cuerpo físico es "terrenal", y entrará en descomposición.  El cuerpo espiritual es "celestial" e inmortal.  El cuerpo físico lo hemos heredado genéticamente; el cuerpo espiritual es nuestro por medio de una transformación sobrenatural.  El hombre puede continuar viviendo en el reino de lo natural o escoger vivir en el nivel más elevado de lo espiritual.  Sus esperanzas de la resurrección, gran transformación, involucra su decisión de pertenecer a la raza redimida.  Como Donald S. Metz lo ha recalcado: "vida física puede ser creada libremente debido a la mano de un Dios bondadoso, porque la vida natural es la medida de la oportunidad del hombre; pero la vida espiritual, la vida de santidad, no puede darse al acaso, ya que depende enteramente en el escogimiento del hombre.  La santidad, es la expresión más elevada de la vida espiritual, y no puede ser impuesta por la fuerza.  Debe de recibirse voluntariamente" (BBC, Vol. 8, p. 470).

3.  "HEREDAR EL REINO DE DIOS" (v. 50)

 En este versículo, Pablo recuerda que no podremos entrar al reino eterno de Dios a menos que hayamos cambiado.  "Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción".  Sin embargo, Pablo exalta en la esperanza cristiana, que todos aquellos que han sido redimidos, compartirán la victoria del Cristo resucitado.  "Así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados (I Corintios 15:22).
 

CONCLUSION

 Dios creó al hombre a su imagen.  El ateo comunista que hizo un viaje interplanetario, dijo que no había encontrado a Dios por ninguna parte en el espacio, por lo tanto, dijo: "no hay Dios; no he podido verlo".  Nos ha demostrado una vez más, hasta dónde el pecado ha cegado la mente de los incrédulos; es posible que sirvan para muchas cosas, pero su entendimiento está cegado para los valores eternos.  Dios es Espíritu, por supuesto no podía verlo.  Su soplo de vida, llámesele alma, espíritu o como quiera, es lo que reflejó la imagen de Dios en el hombre, no el físico.

 Este espíritu del hombre, fue puro, porque procedía de Dios que es santo.  La parte física, que Dios hizo del polvo de la tierra, sería solamente "el cuerpo de esa habitación" para el hombre, el templo de un espíritu puro y santo.  El cuerpo físico fue la forma de la propagación de la raza humana y ¡qué raza maravillosa habría sido si nunca hubiera pecado!  Pero ese espíritu, aunque manchado por el pecado, conserva los principios de los atributos que le son inherentes: la inteligencia, que es la que pone al hombre sobre toda la obra de sus manos; la intuición, el raciocinio, los sentimientos más cálidos del alma.

 El hombre no estaría sobre todo por la fuerza de su parte física, sino por la de su espíritu inmortal, que le hace dominar hasta lo que está infinitamente más allá de las fuerzas orgánicas de los hombres en su totalidad.  Pero, al hacerlo varón y hembra, no fue con relación a lo espiritual sino a lo corporal, porque era la única manera de crear la gran familia humana.  "De una misma sangre hizo todo el linaje de los hombres y mujeres".  Antes de convertirse en su propio adorador, el hombre debe alabar admirado la grandeza divina al haberlo hecho como es.  Sería mucho más grande si no hubiera pecado.
 
 

Alguien ha dicho que “Dios fue el primer padrino de boda.”  “Dios hizo una mujer, y la trajo al hombre.”  Dios llevó a cabo la ceremonia del primer matrimonio y estableció claramente la santidad del hogar.  Tomemos nota en estos días de desenfreno moral y divorcios tan frecuentes.  Lo sagrado del matrimonio debe preservarse.  Cristo Jesús le respondió a los fariseos, su pregunta relacionada con la revelación de Génesis.  “¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer  y los dos serán una sola carne?  Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que 'dios juntó, no lo separe el hombre” (Mateo 19:4-6).  Lo que Dios ha dignificado, no lo mancille el hombre.