LECCIÓN 2  (regresar al índice)

ANDANDO COMO HIJOS DE LUZ

PARA ESTUDIO: I Juan 1:5 – 2:1-6.
LECTURA DEVOCIONAL: Efesios 6:1-13.
TEXTO PARA MEMORIZAR: I Juan 2:6.

PROPÓSITO

    Comprender que una de las evidencias de la vida cristiana es nuestro modo de comportarnos, nuestro testimonio; que nuestro modo de vivir revela si somos de la luz o todavía andamos en las tinieblas.

BOSQUEJO
I.     “DIOS ES LUZ” (I Juan 1:5-7)
A.    LA LUZ SIRVE PARA REVELAR
B.    ¿QUÉ QUIERE DECIR QUE NO HAY TINIEBLAS EN ÉL?
C.    LA IMPORTANCIA DE ANDAR EN LA LUZ (I Juan 1:6)
II.    LO QUE TODO HOMBRE TIENE QUE RECONOCER (I Juan 1:8-10)
A.    TODOS LOS HOMBRES SON PECADORES (Romanos 3:23)
B.    TODOS TENEMOS QUE CONFESAR NUESTROS PECADOS PARA QUE DIOS NOS PERDONE Y NOS LIMPIE (I Juan 1:9)
III.    LO QUE TODO CRISTIANO TIENE QUE COMPRENDER (I Juan 2:1-6).
A.    QUE NO DEBEN PECAR
B.    QUE JESUCRISTO ES NUESTRO ABOGADO
C.    QUE ES NUESTRA PROPICIACIÓN (I Juan 2:2)
D.    QUE DEBEMOS ANDAR COMO ÉL ANDUVO (I Juan 2:3-6)


INTRODUCCIÓN

    En la primera lección vimos que Juan atacó indirectamente la herejía gnóstica, la cual negaba la realidad de la encarnación.  Esta enseñanza falsa afirmaba que Jesús no se había hecho hombre; que nunca tuvo un cuerpo humano; y que Él sólo aparentó haber sido humano, haber sufrido y muerto en la cruz.

    En esta lección, veremos que Juan trató con las falsas enseñanzas de los gnósticos acerca del pecado.  Los gnósticos enseñaban que la materia era mala.  El efecto de esas enseñanzas tomó dos caminos diferentes.  Primero, ya que se suponía que el cuerpo era malo, algunos gnósticos se sometían a disciplinas muy rígidas; se apartaban de la sociedad y vivían una vida ascética.  Otros tomaron el camino del libertinaje y permitieron que las pasiones bajas de la carne dominaran sus vidas.  Creían que lo que hacían con sus cuerpos, sin importar cuán deshonroso fuera, no afectaba la pureza del espíritu.  Para contrarrestar esas herejías tan dañinas, Juan expresa las verdades reveladas en el Nuevo Testamento.

I.    “DIOS ES LUZ” (I Juan 1:5-7)

    ¿Qué quiere decir que Dios es luz?  Que no hay tinieblas, engaño, motivos falsos, ni maldad en Él.  Y que si somos hijos de Dios tenemos que ser como Él.  Esta es la gran verdad que niega la herejía del gnosticismo.  Dios es luz, y sus hijos deben ser como Él.  Luz es símbolo de pureza, de amor y de verdad.

A.    LA LUZ SIRVE PARA REVELAR

    Sin luz no hay visión.  La luz revela lo oculto, da calor, hace crecer y da energía.  El apóstol, al decir que Dios es luz, nos enseña que Dios es:

1.    Gloria y esplendor (Isaías 9:2.
2.    Dios un guía seguro (Salmo 27:1. “Jehová es mi luz y mi salvación, de quién temeré”.  Él señala el camino a seguir.  Decir que Dios es luz es decir que Dios ofrece Su guía a los pasos del hombre en el peregrinaje de la vida.
3.    Dios es puro y santo, y no hay ningún mal en Él.
4.    Nos habla de que en la presencia de Su santidad se revelan nuestras imperfecciones.

B.    ¿QUÉ QUIERE DECIR QUE NO HAY TINIEBLAS EN ÉL?

Las tinieblas representan todo lo que es pecado y malo.  Ninguna de estas cosas existe en Dios:

1.    En Cristo no hay muerte.  Las tinieblas tipifican la vida sin Cristo y sin esperanza.  El apóstol Pablo dice que una vez fuimos tinieblas, pero que ahora somos luz en el Señor (Efesios 5:8).  Los que siguen a Cristo no andan en tinieblas, sino que tendrán la luz de la vida (Juan 8:12).  En el Nuevo Testamento las tinieblas significan la vida sin Cristo, la vida sin Dios.  De hecho una vida sin Dios, es una vida muerta.

2.    En Cristo no hay ignorancia.  Las tinieblas representan la ignorancia en la vida una persona separada de Jesucristo.  Por eso Jesús invitó a seguirle, pues el hombre que anda en tinieblas no sabe hacia dónde va (Juan 12:35).  Andar en tinieblas es caminar en ignorancia y extraviado del propósito de Dios.

3.    En Cristo no hay pecado.  Las tinieblas también simbolizan la vida de pecado.  El apóstol Pablo exhorta a los hombres a que abandonen las obras de las tinieblas (Romanos 13:12).  Cristo vino a la tierra para eliminar el pecado de nuestra vida.

PREGUNTAS PARA DISCUTIR

1.    ¿Cómo fomentar más la unidad entre creyentes?

2.    ¿Cuál es el peligro de ser ignorantes de la Palabra de Dios?


C.    LA IMPORTANCIA DE ANDAR EN LA LUZ (I Juan 1:6)

    Hemos visto que las palabras luz y tinieblas representan dos maneras distintas de vivir.  Por eso es inconsecuente decir que tenemos comunión con Dios, si andamos en tinieblas. 

3.    No se puede tener comunión con Dios y al mismo tiempo estar viviendo en pecado.  No se puede obedecer y pecar al mismo tiempo.  El ser humano tiene que decidir entre obedecer totalmente a Dios, o seguir viviendo en su pecado, practicando todo tipo de maldad.  La Palabra de Dios nos manda: “Santo seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios” (Levítico 19:2; 20:7,26).

4.    El verdadero sentido de la vida cristiana es libertad del pecado, como se afirma en I Juan 1:7: “Y la sangre de Jesucristo su Hijos nos limpia de todo pecado”.  Por la sangre de Jesucristo obtenemos perdón y limpieza de nuestras maldades (Efesios 1:7; Apocalipsis 1:5).  ¡Qué nuestro modelo de vida sea el Dios que nos presenta la Biblia!

PARA DISCUTIR

¿En qué sentido se debilita la iglesia cuando hay enemistades entre sus miembros?


II.    LO QUE TODO HOMBRE TIENE QUE RECONOCER (I Juan 1:8-10)

A.    TODOS LOS HOMBRES SON PECADORES (Romanos 3:23)

Somos pecadores por naturaleza, la naturaleza que heredamos de Adán y de Eva.  “Si decimos que no tenemos pecado (singular) nos engañamos a nosotros mismos”.  En los días de Juan los gnósticos negaban el pecado innato o la fuente del pecado, y estaban mintiendo.

B.    TODOS TENEMOS QUE CONFESAR NUESTROS PECADOS PARA QUE DIOS NOS PERDONE Y NOS LIMPIE (I Juan 1:9)

Aun después de la salvación los cristianos son capaces de pecar, pero Dios ya proveyó el medio para nuestra limpieza, la sangre de Jesucristo, y el método de la confesión del pecado.  Recordemos la Palabra de Dios que dice: “El que encubre sus pecados no prosperará; más el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13).

No podemos evadir nuestra responsabilidad negando el pecado en nuestra vida, o haciéndonos tan santos que ya no tenemos la tendencia de pecar.  El remedio no es ignorar el mal, sino reconocerlo y presentarnos delante de Dios para que Él nos limpie de toda iniquidad.

III.    LO QUE TODO CRISTIANO TIENE QUE COMPRENDER (I Juan 2:1-6).

    El apóstol Juan, a pesar de su avanzada edad, usaba expresiones de ternura.  Esto se deduce por sus expresiones: “hijitos míos”.  Estas palabras estaban dirigidas a sus hijos en la fe.  Su preocupación al escribir es hacerles saber que:

A.    QUE NO DEBEN PECAR

    Es cierto que el pecado es universal y que ningún ser humano está libre de pecado, pero los que conocen a Dios deben vivir la clase de vida que Jesús vivió (I Juan 2:6).

B.    QUE JESUCRISTO ES NUESTRO ABOGADO

    Si a pesar de nuestra determinación de no pecar, lo hacemos por causa de la fragilidad humana, tenemos un abogado.  Jesús como nuestro abogado puede defendernos porque Él pagó por nuestros pecados en la cruz del calvario.

C.    QUE ES NUESTRA PROPICIACIÓN (I Juan 2:2)

    Jesús se ofreció en sacrificio, en expiación por nuestras culpas. Esto significa que Jesús satisfizo la ira de Dios, borró nuestros pecados, y además, estableció nuestra comunión con Dios.  El amor que motivó Su sacrificio hizo posible no sólo el perdón de nuestros pecados, sino el perdón de todos los pecados del mundo, (Efesios 1:7; Colosenses 2:13-15).

D.    QUE DEBEMOS ANDAR COMO ÉL ANDUVO (I Juan 2:3-6)

    ¿Qué quiere decir que debemos andar como Él anduvo?  Que debemos andar en la luz de Su santidad, rechazando el pecado; debemos obedecer a Su Palabra.  Porque el que dice que lo conoce y no guarda Sus mandamientos es mentiroso.

APLICACIÓN

          Los cristianos debemos evitar caer en los extremos del ascetismo (imposición sobre la vida de excesivas restricciones y sacrificios) y del libertinaje (una vida desenfrenada y sin reglas), las cuales son ambas dañinas y no conforme al ideal de la Biblia. El mejor ejemplo de balance para una vida cristiana equilibrada de acuerdo con la Palabra de Dios, es la vida de Jesucristo en este mundo durante unos treinta y tres años.

PREGUNTA PARA DISCUTIR

1.    ¿Qué iglesias o sectas de hoy muestran los extremos del ascetismo o de una vida sin restricciones que son prueba de la influencia del gnosticismo?

2.    ¿Cómo podemos andar como Cristo anduvo?


CONCLUSIÓN

    II Corintios 5:17 afirma enfáticamente que en Cristo somos nuevas criaturas, que las cosas viejas pasaron y que todas son hechas nuevas.  Por eso, dejemos que el Espíritu Santo nos guíe y controle nuestras vidas.  Si esto hacemos, podremos brillar como luminares en medio de las tinieblas de este mundo.

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