Capítulo VI
Tener Poder
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“Pero recibirás poder- habilidad, eficiencia, y poder- cuando el Espíritu Santo venga sobre ti...”
Hechos 1: 8  Versión Amplificada

¿Eres un Cristiano “poderoso”?  Sólo unos cuantos de entre nosotros lo diríamos.  Nos sentimos incómodos al describirnos a nosotros mismos así...  o al describir a alguien más.  Más esto fue lo que Cristo dijo a Sus discípulos justamente antes de Su ascensión: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Hechos 1:8.

El poder espiritual es misterioso y fácilmente mal interpretado.  Entre los Amigos hablar de ejercitar el poder  aún siendo poder espiritual, nos hace ponernos un poco nerviosos, defensivos, o absolutamente temerosos.  Es muy fácil ajustarse a un status quo espiritual o de iglesia, como lo hicieron los Hijos de Israel al caminar en círculos por cuarenta años en el desierto. O como un querido anciano remarcó después de una entusiasta reunión de iglesia acerca de establecimiento de metas: ¿Pero no entienden?  “¡Las juntas de los Amigos son siempre pequeñas pero combatientes!” Fíjense que podemos quedarnos estancados, paralizados, exhaustos, y desilusionados o acostumbrados a la competencia de la rutina religiosa, que realmente no permitimos que nuestra mente explore alternativas.  El Camino de Jesús es una maravillosa alternativa.

El poder espiritual es difícil de fotografiar, aún con palabras.  Necesitamos modelos.  Afortunadamente el Libro de los Hechos, está lleno de ellos. ¿Nos acordamos de Pedro? ¡Lo conocemos muy pero muy bien!  Su trayectoria a través de los Evangelios es como mirar en un espejo.  Su trayectoria es el fatigoso recorrido de muchos de nosotros.  Ruidoso, arrogante, hablantín, presidiendo muchos comités, siempre en un primer plano, perdiendo el control de su temperamento, negando, llorando, arrepintiéndose, corriendo a la tumba vacía.  Luego, Pedro sale del Aposento Alto en el Día de Pentecostés siendo un discípulo diferente.  Hay un nuevo y sólido centro en su confianza. ¡Poder!  Él, como su Maestro, se convierte en uno que habla con autoridad- con valor a pesar de estar en un lugar prominente dentro de las listas de sus perseguidores, durmiendo entre los guardias de la prisión en lugar de maldecirles.

¡Eso es poderoso! Esta es la diferencia entre una mera propulsión humana dentro del trabajo de la iglesia y la exaltación del Espíritu.  Pero, nosotros con mucho cuidado nos protegemos a nosotros mismos de tal sueño, de esperar lo imposible.  “Espera un Milagro” es un slogan que tomamos prestado, en el cual tenemos que pensar.

Recordemos que nosotros como gente llena con el Espíritu de Dios no debemos ser “conformados al molde del mundo” (Romanos 12: l), lo cual significa no ser moldeados por una mentalidad del mundo materialista, de seguridad a cualquier costo.  El Espíritu Santo, el santificador, el Único que viene con poder sobrenatural  a nosotros tiene una fuerza especial. Atrevimiento, creatividad, confianza, propiedad para un vivir y servir Cristianos, resultado de Su toma de control.  La mayor característica de nuestra fe es Su promesa para hacernos poderosos “hasta el fin.”  Nuestra confianza descansa en el vivo, poder real del Espíritu Santo que se encuentra trabajando entre los Amigos.  No existe limitación para el futuro de los Cristianos.

En el libro de los Hechos, fue prometido poder, el cual vino.  El Señor siempre cumple lo que promete.  “Ellos fueron llenos con el Espíritu Santo... y valor.”  Y, aquella “llenura” tiene una forma verbal especial.  Esto significa una continua, permanente afluencia y salida de poder en proporción directa de estar  especialmente equipado para lo que se necesite.

Sin embargo, es el trabajo de Dios.  Uno no predica, regaña, o avergüenza a otros para tener poder espiritual.  Ni tampoco viene conectándose a una fórmula teológica.  Escuchar que si uno está más comprometido, ora más, trabaja más fuerte, él o ella serán llenos con el poder del Espíritu Santo producen un sentido de cansancio.  Todos estos individuos ordinarios mencionados en el Evangelio, viniendo de Galilea, la mayoría de los cuales no había conseguido títulos, ni gran fama, tenían poder.  Aún la sombra de sus cuerpos proyectada en las calles causó un gran impacto para bien.
Estando convencidos de que los Amigos tienen convicciones basadas en la Verdad y de que los valores Cuáqueros son importantes, puede seguir resultando en un estéril vacío espiritual.  Con todos los beneficios que tenemos de contar con un impresionante pasado y un emocionante futuro sigue siendo posible ser llevados por la corriente de una mera rutina religiosa y tradición a menos que el poder fluya.

¿Han visto la Gran Presa Coulee?  Descrita en un folleto para visitantes como el más grande logro de ingeniería en la historia, esta enorme construcción es un proyecto poderoso.  Pero el poder no reside en las formidables paredes de concreto, ni en el agua agitada de cascada que cae por sobre la enorme barrera contenida en su deposito.  El poder  que proporciona electricidad e irrigación para millones de acres es el resultado de restringir algunas de estas cosas que Dios ha hecho y permitiéndoles beneficiar todos los recipientes del Gran Proyecto Coulee.  El poder esta canalizando y usando los recursos creados por Dios.

Y sin embargo, el poder no es ningún sinónimo de grandeza.  Todos los elementos están disponibles a pesar de su tamaño.  El reto de la industria de hoy es fabricar pequeñas cosas como chips de silicón con bancos de memoria demasiado pequeños para ser vistos pero capaces de contener bibliotecas de información.  Tan importante es ser un chip de silicón como lo es ser un rascacielos.

Se necesita del poder de Dios para poner las cosas en perspectiva.  El Espíritu Santo crea y renueva las actitudes y las formas para expresar Su Verdad a través de la iglesia en la que creemos.  Como ya se ha dicho, la iglesia Cristiana,  es la creación de Dios.  Es Su vehículo elegido, Su camino en cada sucesiva generación para construir el Reino de Dios en expresiones prácticas de Su amor.  A través de Su poder hacemos intentos humanos para satisfacer necesidades humanas. Aunque creemos que todo en la vida puede ser sacramental,  no estimamos los modelos en los cuales organizamos nuestras vidas o nuestra iglesia como incambiables o sacrosantos.  El Cuaquerismo es perfeccionista en teología en el sentido que nuestros corazones pueden ser perfectos hacia Dios.  Pero la iglesia no es servida ni honrada con lo ya-perfeccionado.  Es Henry Nouwen quien dice, “Crecer es cambiar, y ser perfecto es cambiar con frecuencia.”

Hemos descrito nuestra creencia en el ministerio universal de todos los Cristianos,  sin embargo hemos descubierto muchos errores humanos y fragilidades en el ejercicio de estos ministerios.  Por lo tanto, no estamos demandando un poder más grande en otros que el poder que esperamos en nosotros mismos.  Otra definición de poder espiritual es la influencia que uno tiene en las vidas de otros. Más aún, es un canal a través del cual fluyen la dirección, la sabiduría, el consejo, y los llamamientos del Espíritu Santo.  Significa que cuando esto acontece nuestras vidas bendicen, exaltan, y ayudan a todos aquellos que tocamos.  Esto es algo sagrado, pero pasa.

Por esta razón este estudio completo de quienes somos como Amigos es importante.  Confiemos en que inspirará a una búsqueda de la visión de nosotros mismos, y de nuestra iglesia, por el mundo la cual nos guiará.  A menos que nuestras creencias nos informen, nos inspiren, y nos muevan a la acción, y nos den una gozosa satisfacción, no tendremos energía para dar un testimonio efectivo de la Verdad.

La iglesia primitiva se convirtió en un grupo vastamente energizado, confiado, convencedor, lo cual también describe a los Cuáqueros cuando estuvieron en lo mejor como lo señala la historia. ¡Tal vigor y sabiduría nos deben caracterizar el día de hoy!  Las distinciones definidas y descritas fueron dadas no sólo para hacernos Cuáqueros, sino para dar a conocer como el Evangelio ha sido demostrado y es capaz de ajustarse a esta generación.  Este es un llamamiento para elevar las normas de rectitud, para responder y vivir sujetos al camino de Dios de verdad y amor; fe y práctica.

El poder espiritual no es un talento humano habilidosamente utilizado, sino más bien, una disponibilidad a la guía de Dios.  Ha sido dicho que el único liderazgo auténtico en la Iglesia de los Amigos es el “seguimiento” divino.  Cristianos influyentes, pastores o líderes, no son en ningún sentido importante iniciadores; más bien, ellos son respondedores al Espíritu Santo.  Lo contrario también es verdad, cuando dejamos de ser dirigidos por el Espíritu, el poder se va, el genio de la gracia Cristiana llega a ser mecánico y vacío.

Encontrando las respuestas a nuestra identidad como Amigos en el Reino de Dios es el principio del poder.  Y ese poder nos produce  un profundo anhelo por ser útiles en la vida; lo cual está enraizado en nuestros genes religiosos.  De hecho, no hay deseo más sagrado para nosotros que encontrar plenitud en un ministerio de servicio y trabajo.  Estos –el servicio y el trabajo- son esenciales, no sólo para la sobrevivencia espiritual, sino también para darle significado a la vida. ¿Qué tan bueno es contar con un Gran Proyecto Coulee si este no se conecta con nada?  Si nuestra iglesia existe para glorificar a su Creador y ejercitar una fuerza moral sobre la sociedad, entonces debe estar conectada en nuestro vivir a los asuntos de nuestro día.  Esta es otra manera en la cual el poder fluye.

Aunque sabemos que hay mucha gente sin poder, uno sabe que hay otros tantos que son Cristianos sensitivos, maduros, y dedicados con visión y energía para enfrentar el reto de nuestro tiempo.  Estos Cristianos son aquellos que están no sólo dispuestos sino ansiosos por asumir responsabilidades en la vida y en el liderazgo de la iglesia.

Fue Robert Greenleaf quien insiste en que un liderazgo-siervo no es en naturaleza ni un siervo, ni un poder ejercido, sino que es un poder ejercido como siervo.  El amor de Dios es poderoso.  La verdad y el amor luchan en contra de la falsedad y el orgullo en el mundo, y en el mundo interior de cada uno de nosotros.  Nuestra relación con la iglesia y con otros en el mundo acerca de nosotros es grandemente determinada por la clase de proyección que hemos hecho de nuestra relación con Dios.  Esto nos trae verdadero auto-conocimiento, el cual es la única base real de la auto-estima.  Si es que los temores, las ansiedades, y aún la ira permanecen en nosotros, lastimándonos y debilitándonos, no conoceremos el poder espiritual. El poder, la verdad, y el amor deben reunirse y ser reconciliados dentro de nuestros corazones y también dentro de nuestra iglesia.

Las llaves para el poder espiritual y la efectividad están en las palabras de Pablo a los Cristianos en Corinto:
“El amor sea sin fingimiento.  Aborreced lo malo, seguid lo bueno.  Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.  En lo que requiere diligencia, no perezosos, fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza, sufridos en la tribulación, constantes en la oración.” Romanos 12: 9- 12.
“Y ahora permanecen la fe, la esperanza, y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” 1ª  de Corintios 13: 13.
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