PARA ESTUDIO: Josué 20:1-9.
LECTURA DEVOCIONAL: Deuteronomio 19:1-7.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Josué 20:3.
LECTURAS DIARIAS
LUNES: Josué 20.
MARTES: Josué 21:1-42.
MIERCOLES: Josué 21:43-45.
JUEVES: Deuteronomio 26.
VIERNES: Deuteronomio 27:1-10.
SABADO: Deuteronomio 27:11-26.
DOMINGO: Deuteronomio 28:1-14.
PROPOSITO
Comprender: 1) Las razones por las que se establecieron las ciudades
de refugio. 2) El proceso de juicio de los homicidas. 3) Cómo
esa provincia muestra la justicia y la misericordia de Dios.
INTRODUCCION
En los capítulos l5 al 19 vemos en general la continuación de la división de la Tierra entre las tribus. Había algunas ciudades y algunos territorios no conquistados en Canaán (Josué 13:1-5). Josué ordenó que cada tribu fuera responsable de subyugar a los habitantes en su respectivo territorio. Por ejemplo, las tribus de Efraín y Manasés eran responsables de echar fuera a los habitantes que quedaban en su territorio designado y heredado (17:17-18).
Los capítulos 20 y 21 contienen algunas designaciones especiales.
Josué designó ciudades para la tribu de Leví (cap.
21). Por varias razones no recibió una herencia como las demás
tribus: 1) Su servicio sacerdotal para el Señor era su herencia.
2) El Señor su Dios era su herencia (Josué 13:33).
3) Los sacrificios de Jehová eran su herencia (13:14). Pero
prácticamente hablando tenían necesidad de vivienda y pastos
para su ganado. Moisés mandó provisiones para esa necesidad
(Números 35:2-5), Josué les designo ciudades y sus alrededores.
DESARROLLO DE LA LECCION
I. LA NECESIDAD DE CIUDADES DE REFUGIO
(Josué 20:1-3)
A. EL PROPOSITO DE LAS CIUDADES DE REFUGIO
Desde la salida de Egipto hasta el tiempo de Josué, había
necesidad de una distinción entre el homicida que mataba premeditadamente
y el homicida que causaba la muerte de su prójimo impremeditadamente
o por accidente (Exodo 21:12-13 y Números 35:9-28). En ambos
pasajes Jehová habló con Moisés con respecto a esta
necesidad. Pero sólo hasta ahora estaba Israel en condiciones
de hacer sus arreglos necesarios por tener su propio territorio.
B. HABIA QUE PROTEGER AL QUE MATO A OTRO POR ACCIDENTE
La necesidad principal era de proteger al homicida que mató
a alguno por accidente. Había necesidad de protección
del vengador de sangre, por ejemplo: "el que fuere con su prójimo
al monte a cortar leña, y al dar su mano el golpe con el hacha para
cortar algún leño, saltare el hierro del cabo, y diere contra
su prójimo y éste muriere; aquel huirá a una de estas
ciudades, y vivirá allí; y no sea que el vengador de la sangre,
enfurecido, persigue al homicida y le diere muerte no debiendo ser condenado
a muerte por cuanto no tenía enemistad con su prójimo anteriormente".
Es interesante notar que no sólo protegió al homicida de
la muerte no merecida sino también al vengador de sangre de cometer
un homicidio premeditado.
C. TENIA SU BASE EN LA JUSTICIA
El propósito de ese sistema de ciudades de refugio era
de hacer posible que la justicia pública interviniera entre el homicida
y el vengador de sangre (Números 35:12). Por tanto, esa protección
tenía su base en la justicia.
D. LA MANIFESTACION DE LA MISERICORDIA DE DIOS
No se puede evitar que se note la misericordia de Dios aquí.
Sin las ciudades de refugio, los homicidas no tendrían defensa ni
mucha esperanza de salvar su vida. Dios fue conmovido no solamente
por su justicia sino también por su amor y misericordia de proveer
esa protección para los necesitados.
II. EL PROCESO DE JUICIO
(Josué 20:4-6)
A. PROCEDIMIENTO PARA ENTRAR EN LAS CIUDADES DE REFUGIO
Al llegar a una ciudad de refugio, no podían entrar así
no más. En las puertas de las ciudades generalmente estaban
ubicados los oficiales civiles de la ciudad (20:4). A ellos tenía
que presentarse el homicida con su caso, explicando lo que pasó,
cómo fue el accidente, por qué merecía entrada, etc.
Si había suficiente evidencia de que el homicidio fue accidental,
le darían entrada a la ciudad.
C. EL HOMICIDA DEBIA COMPARECER EN JUICIO
Habitaba con los habitantes de la ciudad (20:4). Quedaba
allá hasta comparecer "en juicio delante de la congregación"
(vs. 6). Si fuera hallado culpable de homicidio premeditado, tenía
que ser entregado a su vengador o familia de la víctima para ser
castigado. Eso era consistente con la justicia de Dios. Por
otro lado, si fue hallado culpable de sólo el homicidio no premeditado,
seguía habitando en la ciudad.
D. A PESAR DE SU INOCENCIA, NO PODIA SALIR DE LA CIUDAD
No podía salir de la ciudad al ser hallado inocente de
homicidio. Tenía que permanecer allá hasta la muerte
del sumo sacerdote. Había dos razones para esa regla.
Primero, es muy posible que su vida estaría en peligro por motivos
de venganza si hubiera podido volver a su lugar muy luego. Muchas
veces con el tiempo, sentimientos de venganza y resentimientos desaparecían.
Era así especialmente cuando se daban cuenta que deveras fue un
accidente. En segundo lugar, aunque fue un accidente la muerte, es
probable que fuera evitable o causado por negligencia. El permanecer
allá hasta la muerte del sumo sacerdote fue un tipo de castigo punitivo
o moderado.
E. EL SIGNIFICADO DE LA MUERTE DEL SUMO SACERDOTE
La muerte del sumo sacerdote tenía un significado por lo
menos simbólico. Fue una expiación vicaria. Es
decir, la muerte del sumo sacerdote libró al homicida de culpabilidad.
En un sentido, la muerte del sacerdote pagó la pena del acto de
homicidio no premeditado. Su nombre y su acto fueron "borrados de
la lista". Es fácil ver el paralelo en Jesucristo. Es
nuestro sumo Sacerdote para siempre (Hebreos 7:21). Se ofreció
una sola vez para los pecados de todos. Como sumo Sacerdote en su
muerte libró al homicida de cualquier culpa relacionada a su acto,
así y en sentido mucho más amplio, Jesucristo, por su muerte,
nos ha librado de la pena de nuestros pecados que es la muerte. ¡Gloria
sea a él!
III. DESIGNACIÓN DE LAS CIUDADES DE REFUGIO
(Josué 20:7-9)
Seis ciudades fueron designadas para ciudades de refugio.
Tres estaban ubicadas al oeste del Jordán y tres al este de él.
Estaban esparcidas más o memos igualmente por todo el territorio
para que todos tuvieran fácil acceso a una de ellas cuando era necesario.
IV. CONCLUSION
La provisión de las ciudades de refugio por Jehová eran muy necesarias y de acuerdo con las circunstancias de su día. Demos gracias a Dios por su fiel y constante provisión para su pueblo en aquel entonces.
Para concluir, pensemos en lugares de refugio en nuestro contexto, dónde están y por qué los necesitamos. Hay por lo menos dos lugares de refugio. Uno es Dios mismo. Tenemos acceso directo a él por la sangre de Jesucristo (Hebreos 10:19-22). Podemos aprovechar de él por medio de la oración, tomando sus promesas para nosotros, meditando en su palabra, etc. Otro lugar de refugio hoy es la iglesia. Nos puede proveer consolación, protección, etc.
Hay buenas razones por las cuales debemos acercarnos a estos refugios.
Uno es para tener protección del diablo con sus ataques y de los
poderes de la oscuridad en general (I Pedro 5:8; Efesios 6:12). También
como creyentes tenemos necesidad de una fuente de plena seguridad.
Esta viene de fe continua y activa en Dios y en la persona y obra de Jesucristo.
Así hay reposo y refugio para nosotros. Hermanos, ¿estamos
aprovechando estos refugios que Dios nos ha preparado hoy en día?