INTRODUCCIÓN
En esta lección sobresalen dos asuntos importantes.
Primero, el hecho de que es Dios el que dirige la historia. Él
quiso depositar el dominio mundial en las manos de un rey déspota
con el propósito de disciplinar a Su pueblo Israel. En este
sentido, aunque Nabucodonosor se vanagloriaba de su poderío, indudablemente
gobernaba porque Dios así se lo permitía.
En segundo lugar, se resalta la capacidad limitada del
ser humano para encarar y explicar algunos aspectos de la vida. El
que se considera capaz se ve obligado a admitir que no lo es. Dichosos
los seres humanos que han reconocido que, separados de Dios, nada pueden
hacer.
I. PERTURBACIÓN DE ESPÍRITU DE NABUCODONOSOR
(2:1-3)
A. SUEÑOS PERTURBADORES (V. 1)
“En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor
sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño”
Nabucodonosor estaba en el esplendor de su juventud. Era el segundo
año de su reinado. Recientemente había heredado el trono
del imperio. Su poder y dominio crecían con asombrosa rapidez.
Además, por su atrevido plan de edificación en las ciudades
de su tierra, lograba el entusiasta apoyo de los líderes religiosos
y de la población en general.
Es muy probable que en este tiempo Nabucodonosor se detuvo a meditar sobre
qué sería de su vida y de su reino. No cabe duda de que
Dios le empezó a hablar y lo hizo por medio de sueños.
Eran sueños que él no podía comprender, pero le imponían
profundas inquietudes en su alma. Tal preocupación lo hizo enfermar
de insomnio. Aunque no se dice por cuánto tiempo, pero es probable
que su situación debió ser desesperante y por un tiempo prolongado.
Por lo mismo decidió buscar ayuda.
PARA DISCUTIR
1. ¿En qué forma estaba tratando Dios con
Nabucodonosor?
2. ¿Por qué trató Dios de esa manera
con Nabucodonosor?
B. CONVOCATORIA DE LOS EXPERTOS EN EL FUTURO (VS. 2-3)
“Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para
que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante
del rey. Y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu
se ha turbado por saber el sueño”.
Tan urgente llegó a ser para el rey el asunto de sus interrogantes,
que tomó las medidas más extremas para contestarlas.
Primero, convocó a un grupo de expertos en ciencias ocultas, y les
expuso sus problemas. “Y el rey les dijo: He tenido un sueño,
y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño” (2: 3).
En ese tiempo los “magos” eran los expertos en artes ocultas; los “caldeos”,
supuestamente tenían acceso a un conocimiento sobrenatural por el
estudio de los astros; los “encantadores” eran manipuladores de poderes sobrenaturales
por medio de encantamientos. Los caldeos eran jefes de una casta sacerdotal
de la sociedad babilónica. Aparentaban saber todo acerca del
futuro, pero pronto tuvieron que admitir que sólo eran engañadores.
El rey convocó a variadas autoridades en materia espiritual.
Quería ayuda rápida, sin importar de quién viniera.
Al igual que Nabucodonosor, muchas personas, en medio de su desesperación,
buscan ayuda de cualquier fuente: del pastor, del sacerdote católico,
de los curanderos, del médico, del brujo, etc. Es decir, quieren
una solución inmediata del que les conteste primero. Nosotros
los cristianos no debemos caer en este error; en nuestras angustias sólo
debemos esperar en Dios. Sólo nuestro Dios tiene la solución
de nuestros problemas.
PARA DISCUTIR
1. ¿Cuál fue el error de Nabucodonosor?
2. Leas Isaías 26:3-4, y responda las siguientes
preguntas:
a. ¿Cómo viven los que piensan
constantemente en Dios?
b. ¿En qué medida debemos confiar sólo
en Dios?
c. ¿Cómo debemos actuar cuando tenemos un
problema difícil?
II. INCAPACIDAD Y ANSIEDAD DE LOS EXPERTOS (2:4-5a, 7-11)
A. PIDEN DETALLES DEL SUEÑO (Vs. 4-5)
“Entonces hablaron los caldeos al rey en lengua aramea: Rey, para siempre
vive; di el sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación.
Respondió el rey y dijo a los caldeos: El asunto lo olvidé;
si no me mostráis el sueño y su interpretación, seréis
hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas en muladares”.
Los caldeos, los más respetados del grupo, tomaron la palabra en nombre
de los demás. El asunto parecía sumamente fácil,
si se trataba de interpretar el sueño. Para cada uno de ellos
hubiera sido un gran placer inventar una interpretación que aliviara
la penosa situación del rey. Por eso se apresuraron a pedir
los detalles del sueño. Sin embargo, Nabucodonosor, no les contó
el sueño. Les dijo que lo había olvidado. No obstante,
exigía que se le mostrara la interpretación.
PARA DISCUTIR
1. ¿Por qué los adivinos no pueden saber
el futuro?
2. ¿Por qué los cristianos no deben estar
jugando con las prácticas de adivinaciones?
B. PIDEN LOS DETALLES POR SEGUNDA VEZ (V. 7)
“Respondieron por segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sueño a sus
siervos, y le mostraremos la interpretación”.
No cabe duda de que estos sabios estaban ahora en un gran problema, sin poderlo
solucionar. Al recibir una amenaza de muerte, no encontraron otra opción
que pedir otra vez al rey que les contara los detalles del sueño,
a pesar de que Nabucodonosor les había dicho que no recordaba el sueño.
C. DESCONFIANZA EN LOS EXPERTOS (Vs. 8, 9)
“El rey respondió y dijo: Yo conozco ciertamente que vosotros ponéis
dilaciones, porque veis que el asunto se me ha ido. Si no me mostráis
el sueño, una sola sentencia hay para vosotros. Ciertamente preparáis
respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mí, entre tanto
que pasa el tiempo. Decidme, pues, el sueño, para que yo sepa
que me podéis dar su interpretación”.
Algunos intérpretes bíblicos aseguran que el rey realmente
no había olvidado el sueño, sino que estaba probando la capacidad
de sus expertos. Si éstos no eran capaces de declararle lo que
había soñado, tampoco podían darle una verdadera interpretación.
El asunto era preocupante para el rey, a tal grado, que sólo quería
saber la verdad, y no una interpretación mentirosa. El rey sospechaba
que sus sabios preparaban una respuesta que lo confundiría más.
Por eso no les dijo el sueño y decidió matarlos.
D. LOS SABIOS DECLARAN SU INCAPACIDAD (Vs. 10-11)
“Los caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre
la tierra que pueda declarar el asunto del rey; además de esto, ningún
rey, príncipe ni señor preguntó cosa semejante a ningún
mago ni astrólogo ni caldeo. Porque el asunto que el rey demanda
es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses
cuya morada no es con la carne”.
Según parece, desde ese tiempo ha habido sabios que pretenden darle
una explicación a todo. Como los científicos de hoy que
todo lo explican aduciendo causas naturales. Pero hay momentos en que
Dios hace bajar a los orgullosos de la supuesta altura en que se encuentran.
Este fue el caso de estos sabios. Tuvieron que admitir que este asunto
no tenía explicación de parte de ningún hombre.
Los sabios de Babilonia se quejaron de que ningún rey anterior había
pedido semejante cosa, algo imposible para ellos. Pero la verdad es
que ni todos los dioses juntos podían hacerlo porque no son nada,
sino producto de la imaginación de los que se niegan a creer en el
Dios vivo y verdadero. Allí estaban los servidores de los dioses
falsos, hundidos en un problema que no podían resolver.
Solamente el Dios verdadero, el Dios de la Biblia, es capaz de conocer todos
los secretos y revelarlos cuando Él quiere. Nadie más
puede revelar secretos ni conocer el futuro.
PARA DISCUTIR
Lea Deuteronomio 18:8-13, y explique por qué los cristianos no deben
confiar en adivinos.
III. SENTENCIA CONTRA LOS SABIOS MUNDANOS (2:5-6, 12-13)
A. AMENAZA PREVIA (Vs. 5-6)
En esta sección, preso de angustia, el rey ofrece un doble castigo
a sus sabios si no le declaran e interpretan el sueño. “Ser
hechos pedazos” probablemente se refiere a ser atados de las cuatro extremidades
y ser tirados por caballos simultáneamente. El castigo no se
limitaba únicamente a la ejecución del individuo, sino también
a la profanación de sus hogares. Sus casas serían convertidas
en “muladares”, o sea, en letrinas públicas.
Por el contrario, si los sabios solucionaban el problema
del rey, tendrían “dones, favores y gran honra” (v. 6). Por
supuesto, esto no provocaba ningún entusiasmo en ellos, porque lo
que se les pedía les era imposible.
PARA DISCUTIR
Lea Isaías 44:24-25, y explique cuál es el trato que Dios les
da a los adivinos, o personas que pretenden saber el futuro.
B. SENTENCIA OFICIAL (Vs. 12-13)
“Por esto el rey con ira y con gran enojo mandó que matasen a todos
los sabios de Babilonia. Y se publicó el edicto de que los sabios
fueran llevados a la muerte; y buscaron a Daniel y a sus compañeros
para matarlos”.
Esta es la tercera vez que habla Nabucodonosor en este capítulo.
Se nota que, a causa de las excusas que daban sus sabios por su incapacidad,
su preocupación culminó en una explosión de ira contra
ellos. Así que definitivamente los mandó a ejecutar.
Tal orden ya no era sólo una amenaza, sino una sentencia definitiva
que se emitió a través de un edicto. El edicto comprometía
a toda la gente a entregar a todos los que estaban en la lista, para ser
ejecutados.
El hecho de que el edicto se publicara apresuradamente (v. 15) debió
causar gran conmoción en la ciudad, porque sin duda no eran pocos
los que se consideraban “sabios”.
Muchos eran inocentes. Sin duda iban a morir sin saber por qué
razón. Esto demuestra un claro ejemplo del peligro que representa
el poder público cuando se centra en una sola persona. Esto
es el caso de Nabucodonosor. Él era el único que decidía.
Era un hombre caprichoso y cruel.
Daniel y sus compañeros se enteraron de que también estaban
en la lista de los sentenciados a muerte, sin que hubiera razón alguna.
Estaban sentenciados a morir por el simple hecho de que otros “sabios” no
podían resolver el problema del rey. A ellos y a muchos más
no se les iba a dar la oportunidad de tratar de salvar sus vidas. Es
claro que Daniel y sus compañeros nunca fueron consultados por el
rey, tal vez por no ser considerados unos expertos en materia de adivinación.
Sin duda la ira del rey se manifestó primeramente con los que lo habían
irritado directamente. Es probable que no meditó bien la orden
que dio. Los sabios no eran sólo los que estaban representados
por el grupo al que convocó. De haberse ejecutado el edicto
que emitió habría provocado un daño irreparable en su
propio imperio.
No cabe duda de que detrás de todo esto estaba el Dios viviente y
poderoso, moviendo algunas cosas según Sus propósitos.
Dios le estaba mostrando a la cabeza de los reinos del mundo de ese tiempo,
que sólo Él dirige el desarrollo de la historia y es el único
que lo puede revelar verdaderamente.
CONCLUSIÓN
1. Debe alegrarnos el hecho de que nuestro Dios tiene control
de la historia.
2. Dios controla al mundo, y todo está en sus manos.
3. Todo el que se deposita en las manos de Dios, está
seguro.
4. Sólo Dios puede dar respuestas satisfactorias
a nuestras preguntas.
5. Sólo Dios puede suplir verdaderamente nuestras
necesidades.