IDEA CENTRAL
Ciertamente los poderes malignos luchan contra el pueblo de Dios; pero no
tienen la autorización para destruirlo. Ellos no son poderosos
en el sentido absoluto. Sólo actúan hasta donde Dios
les permite.Sólo Jehová tiene poder y tiene soberanía
sobre todo. Ninguna fuerza maligna puede estar de pie ante su presencia.
Así que los creyentes en Cristo debemos estar confiados.
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INTRODUCCIÓN
El año tercero de Ciro, rey de Persia, fue el año
533 a.C. y Daniel tendría ya aproximadamente 92 años
de edad. Dos años antes, los judíos que querían
regresar a Jerusalén lo habían hecho y ya habían echado
los cimientos del Templo en Jerusalén. Daniel había meditado
mucho en las visiones anteriores y estaba afligido por todo lo que sucedería
con su pueblo Israel en el futuro. Oraba para que Dios le diera sabiduría
y entendimiento; y estando a la orilla del gran Río Hidekel, o Río
Tigris, Cristo se reveló a Daniel en los versículo 5 y 6, más
o menos como se reveló al apóstol Juan en Apocalipsis 1:12-16.
Ambos quedaron postrados sin fuerzas.
A. EL MENSAJERO DE DIOS
Daniel 10:10-12 nos revela que a veces hay atrasos en
recibir las contestaciones de nuestras oraciones debido a las intervenciones
de espíritus malignos, enemigos de Dios. Se cree que probablemente
este ángel que vino a ministrar a Daniel, era Gabriel el fiel mensajero
de Dios, porque Gabriel lo había saludado ya antes en Daniel 9:23
y ahora en 10:11 como “muy amado”, palabras que sin duda fortalecieron al
anciano Daniel. En los versículos 12 y 13 se le explicó
a Daniel que Dios había enviado a Gabriel para llevarle la contestación;
pero que un poder maligno llamado el príncipe de Persia se le opuso
durante 21 días, hasta que el Arcángel Miguel, quien venció
a Satanás mismo y lo echo fuera del cielo en Apocalipsis 12:7-9, vino
a ayudar a Gabriel en la lucha contra el ángel maligno de Persia.
Esto nos revela algo de la guerra que se realiza entre Dios y el reino de
tinieblas de Satanás. Esto no enseña, de ninguna manera,
que existen dos fuerzas iguales en lucha. Dios siempre tiene control
y dominio sobre las fuerzas malignas.
Hay ángeles buenos y ángeles malos.
Los buenos son ángeles santos obedientes a Dios, y que antes de la
caída del diablo, permanecieron fieles a Dios, sin caer; y los malos
son los caídos, son los ángeles que por su propia voluntad
siguieron a Satanás en su rebelión en contra de Dios.
Según Colosenses 1:16, Dios creó a los ángeles en distintas
órdenes, grados, puestos, poderes y capacidades. Entre los ángeles
buenos, está el Arcángel Miguel (el gran príncipe que
está de parte de los israelitas, según Daniel 12:1) quien pertenece
a la categoría de "tronos". Los querubines y serafines pertenecen
a la categoría de dominios. En el ejército de los cielos,
los generales y oficiales pertenecen a la categoría de principados,
mientras los soldados rasos son de la categoría de potestades.
PARA DISCUTIR
1. ¿Por qué las fuerzas malignas no pueden
impedir las respuestas a nuestras oraciones?
2. ¿Cuál es la importancia de orar siempre?
3. ¿Con qué frecuencia oramos nosotros?
B. LA AMONESTACIÓN DE ESTAR FIRMES CONTRA LAS ACECHANZAS DEL
DIABLO
Efesios 6:12. Entendemos que de entre los ángeles
buenos, unos por su propia voluntad escogieron a seguir a Satanás
en su rebelión en contra de Dios.
Dios revela a Daniel algunas realidades del mundo invisible,
conflictos de Dios y su ejército contra las fuerzas de Satanás
que luchan para controlar los destinos de los hombres y de las naciones.
Efesios 6:10-18 nos amonesta a nosotros también acerca de la urgencia
de estar firmes contra las asechanzas del diablo, con toda la armadura de
Dios puesta, usando nuestra espada, la palabra de Dios, y orando en todo
tiempo.
Mateo 25:41 nos aclara que el fuego eterno fue preparado
para el diablo y sus ángeles; y Apocalipsis 20:10 hace
constar su fin.
PARA DISCUTIR
1. Lea Efesios 6:10-20 y enumere las piezas de la armadura.
2. ¿Cómo podemos utilizar la armadura de
Dios
CONCLUSIÓN
Por la influencia del movimiento satánico de la
Nueva Era se han difundido en el mundo secular y se han infiltrado en la
Iglesia muchas enseñanzas falsas en cuanto a los ángeles.
Es bueno que el creyente esté alerta en cuanto
a esto para no incurrir en errores. Primeramente se harán algunas
afirmaciones en cuanto al tema:
a. Los ángeles de Dios son mensajeros suyos que
ministran al hombre y lo sirven. A través de la historia se han aparecido
en forma visible y han hablado con los humanos en el idioma de éstos,
no en lenguas extrañas.
b. Los ángeles de Dios infunden reverencia; en los
relatos bíblicos siempre decían: “No temas” o “No temáis”.
c. Nunca aparecieron por iniciativa de los hombres santos,
sino por la voluntad de Dios, Quien los enviaba.
d. Hay muchos personajes bíblicos que no vieron
ángeles.
e. Siempre indicaban que venían de parte de Dios
y con un mensaje de él y acerca de Su Reino.
f. Sólo se conoce el nombre de dos de ellos: Gabriel
y Miguel.
En contraste con los ángeles de Dios, los ángeles promovidos
por el Nueva Era:
a. No se identifican con el Dios de la Biblia, Jehová,
ni con Jesucristo.
b. Los ángeles promovidos por las películas
y novelas no infunden reverencia, sino se comportan como meros humanos, vestidos
de ropas comunes y corrientes.
c. Son invocados o llamados por los humanos cuando éstos
los necesitan.
d. Su comportamiento, aunque bondadoso y abnegado, no corresponde
exactamente a la conducta cristiana bíblica: a veces mienten, rompen
alguna ley, hacen trucos, etc.
e. A veces hablan del futuro y profetizan un mañana
en el que no tiene lugar Jesucristo y Su Reino Milenial.
f. Tienen nombres propios que no aparecen en la Biblia.
Hasta hay algunos asignados a las personas según su fecha de nacimiento.
g. Hoy se habla de ángeles territoriales, que controlan
regiones, países, ciudades y hasta calles o actividades específicas.
h. Aplicando mal el vers. de Mat. 16:19: “Y a ti te daré
las llaves del reino de los cielos: todo lo que ates en la tierra será
atado en los cielos, y todo lo que desates en la tierra será desatado
en los cielos”, muchos combaten en un nuevo concepto de guerra espiritual
“atando demonios”, supuestamente neutralizándolos. La Biblia
nos manda en Santiago 4:7: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y
huirá de vosotros”; y también a combatir con la espada del
Espíritu que es la Palabra de Dios, Ef. 6:17, como lo hizo Jesús
para derrotar al diablo en Mat. 4:3-11.
Tenemos que conocer muy bien a los ángeles de Dios,
que se mencionan en las Escrituras, para evitar contactos con otras entidades
espirituales negativas.