INTRODUCCIÓN
El capítulo 11 de Daniel es una continuación
del capítulo 10. En Daniel 10:14, el ángel Gabriel explicaba
a Daniel que había llegado para hacerle saber lo que habría
de venir a su pueblo en los postreros días. Gabriel no había
terminado toda esa revelación a Daniel en el capítulo 10, y
así continúa en los capítulos 1l y 12.
Los capítulos 10-12, nos dan más detalles
acerca de las 70 semanas de Daniel 9. El capítulo 11 da la profecía
de los eventos que afectarían al pueblo de Israel durante los 400
años del período intertestamentario, o sea, entre el libro
de Malaquías, el último libro del Antiguo Testamento, y los
Evangelios que registran el nacimiento de Jesucristo, al principio del Nuevo
Testamento. Estos años entre los dos Testamentos fueron un tiempo
de gran sufrimiento para Israel por causa de las guerras entre Siria, al
norte de Israel, y Egipto, al sur. Los ejércitos de Siria y
de Egipto cruzaron la Tierra Santa en sus batallas, causando mucha desolación
en Israel. Fue en este tiempo que los heroicos judíos, los hermanos
Macabeos, descritos en los libros apócrifos de I y II Macabeos en
las versiones católicas de la Biblia, reconquistaron Jerusalén
en el año 165 a.C. y purificaron y reconsagraron el Templo que
había sido profanado por Antíoco Epífanes en el año
168 a.C.
A. EL MENSAJE DEL ÁNGEL GABRIEL PARA DANIEL (Daniel
11:1)
El ángel Gabriel le habla a Daniel, y le dijo:
“Y yo mismo, en el año primero de Darío el medo, estuve para
animarlo y fortalecerlo”. El ángel menciona el día cuando
Daniel fue echado en el foso de los leones, cuando Darío había
sido engañado por los enemigos del profeta (Daniel 6). Gabriel
dice que él estuvo para animar y fortalecer a Darío, moviéndolo
para poder decir a Daniel: “El Dios tuyo, El te libre” (Daniel 6:16).
PREGUNTAS PARA DISCUTIR
Lea el Salmo 34, y responda y discuta con sus alumnos lo siguiente:
1. ¿Qué deben hacer continuamente los siervos
de Dios’
2. ¿Cómo protege Dios a sus siervos?
3. ¿Cómo trata Dios a los justos?
B. CUATROS REYES DE PERSIA (Daniel 11:2)
Daniel 11:2 se refiere a tres reyes de Persia: Ciro, Cambises
y Darío Histapes. El cuarto era Jerjes, el más rico y
más poderoso de los reyes de Persia, quien invadió Grecia,
pero fue derrotado en Salamina en el año 480 a. C. Jerjes es
el mismo rey de Persia a quien se le llama Asuero en el libro de Ester 1:1.
Es el pecho y brazos de plata de Daniel 2:32.
C. ALEJANDRO EL GRANDE (Daniel 11:3-4)
Daniel 11:3 se refiere a Alejandro el Grande (335 a. C),
quien conquistó Persia (Daniel 8:5,6) y se hizo emperador de todo
el mundo. Es el vientre y muslos de bronce de Daniel 2:32.
Daniel 11:4 habla de la muerte de Alejandro el Grande
en el año 323 a.C., un alcohólico sin herederos de su propia
familia. Sus cuatro generales dividieron el imperio griego entre sí:
uno tomando Grecia, otro tomó Asia Menor, otro tomó a Siria
y el cuarto tomó a Egipto. Los cuatro perdieron sus reinos ante
Roma, las piernas de hierro de Daniel 2:33.
D. EGIPTO (Daniel 11:5)
Daniel 11:5 el rey del sur, se refiere a Egipto.
En la Biblia, Israel es el centro de la tierra. Al hablar del sur quiere
decir al sur de la Tierra Santa. Al hablar del rey del norte quiere
decir el rey al norte de Israel, en este caso, de Siria (v. 6). El
rey de Egipto fue Ptolomeo I. Seleuco Nicator, originalmente en el
ejército de Alejandro el Grande, había sido subordinado en
Ptolomeo I, pero Seleuco Nicator tomó a Siria y llegó a ser
el más poderoso de los sucesores de Alejandro el Grande.
E. DESCRIPCIÓN DE LA LUCHA ENTRE EGIPTO Y SIRIA
(Daniel 11:6-20)
Daniel 11:6-20. Describe con mucha exactitud todas
las intrigas y las luchas que hubo entre Egipto y Siria durante los años
siguientes. Lo admirable es que las profecías dadas a Daniel
se cumplieron con exactitud, aunque fueron dadas como 400 años antes
de que vivieran estos reyes. En medio de todas estas luchas, Siria
al fin conquistó a Judea, la tierra gloriosa del versículo
16, bajo el rey Antíoco el Grande. En el versículo 18,
donde menciona a las costas se refiere a Asia Menor y Grecia. Antíoco
fue derrotado por el ejército romano en Magnesia en el año
190 a.C., volvió a su propia tierra y fue muerto. El sucesor
de Antíoco el Grande tuvo que cobrar los tributos exigidos por los
romanos, (v. 20). Se le conoce como el “Exactor de impuestos”.
Un empleado lo envenenó y así murió, no en ira, ni en
batalla (v. 20b).
F. PROFANACIÓN DEL TEMPLO POR ANTÍOCO EPÍFANES
(Daniel 11:21-35)
Daniel 11:21-35 describe a Antíoco Epífanes,
uno de los hijos menores de Antíoco el Grande de Siria, quien se apoderó
del trono en 175 a.C. Se le llama un vil, o sea, un hombre despreciable
por haber hecho tantos males a los judíos y por sus muchas blasfemias
contra Jehová. En los versículos 22-25 se describe cómo
se hizo dueño de Egipto por fuerza de armas y por astucia y engaños.
Fue uno que prometió la paz a los judíos, pero los decepcionó.
En su segunda campaña contra Egipto, Antíoco Epífanes
tuvo que retirarse por la llegada de la flota naval de Roma. De regreso,
en Jerusalén, Antíoco dio rienda suelta a su cólera
persiguiendo a los judíos. Dejó una fuerza armada para
prohibir los sacrificios en el Templo de Jerusalén; instaló
en él un altar pagano sobre el altar santo, y allí sacrificaron
cerdos a un ídolo. A esto se le llama la abominación
desoladora (v. 31).
Antíoco hizo que se edificaran templos idólatras
en todas las ciudades de Judea y los habitantes fueron forzados a ofrecer
sacrificios a los dioses de Grecia.
Si alguno rehusaba hacerlo, o poseía una copia
de la Ley de Moisés, era ejecutado. Más de cien mil judíos
fueron asesinados. Muchos judíos negaron su fe, pero fue el
tiempo en que se levantaron héroes de valor y fieles a Dios, que se
esforzaron y actuaron (v. 32). En el año 166 a.C., Dios ayudó
a la familia de los Macabeos a resistir a Antíoco Epífanes
y a su ejército que había cometido esta blasfemia tan terrible.
Ellos lograron más libertad de la que habían tenido desde el
tiempo del cautiverio de Nabucodonosor de Babilonia. Los versículos
33 - 35 relatan que surgieron un grupo de hombres sabios y piadosos que enseñaban
al pueblo las profecías del Mesías, preparando un remanente
fiel de judíos que esperan la consolación de Israel (Lucas
2:25). Antíoco Epífanes era solamente una muestra de
cómo será el Anticristo, quien ha de presentarse en el tiempo
de la Gran Tribulación, después del Rapto de la Iglesia de
Cristo.
Daniel no menciona a la Iglesia, ni un intervalo entre
la primera y la segunda venida de Cristo. Daniel vio la cumbre de la
primera venida del Mesías y otra cumbre de la segunda venida de Cristo
a reinar cuando "una piedra"... hirió a la imagen en sus pies y los
desmenuzó, (Daniel 2:34,35) poniendo fin así a los imperios
mundiales. Pero la visión de Daniel no alcanzaba ver el gran
valle entre estas dos cumbres, o sea, el largo intervalo entre la semana
69 y la semana 70, que es este tiempo de la Gracia de Dios por medio de Jesucristo,
quien está llamando aun de entre los gentiles un pueblo para Su nombre
(Hechos 15:14), o sea, la iglesia.
Daniel 11:36-45 nos describe con más detalles el
cuerno pequeño de Daniel 7:8; 8:9-12 y 8:23-25, o sea, "el Hombre
de Pecado" (II Tesalonicenses 2:3), el Anticristo.
Aquí se ve con más claridad que Dios mismo
permitirá que el Anticristo sea el instrumento de la ira de Dios para
castigar a Su pueblo Israel impenitente y rebelde. Esto será
para conducirlo al arrepentimiento, así como se arrepintieron los
hermanos de José en Egipto, bajo un trato severo en la casa del Faraón.
Dios le permitirá al Anticristo hacer su voluntad por un breve tiempo
de la Gran Tribulación, o sea, la última mitad de la semana
70. Ha habido muchos perseguidores de los judíos, pero el Anticristo
será el que tenga suficiente fuerza diabólica para humillarlos.
El Anticristo no respetará a dios alguno dice el
versículo 37, pero el versículo 38 dice que honrará
en su lugar al dios de las fortalezas, que puede referirse al diablo mismo
o a la trinidad satánica de Apocalipsis 13:1-13: el dragón,
la bestia y el falso profeta.
De hecho, en los versículos 40 – 45, se indica
que las conquistas del Anticristo serán hacia el oriente, el sur y
el norte. Parece que él se levantará en la parte occidental
del imperio romano de los postreros días, o sea, el imperio romano
revivificado.
El versículo 41 indica que Israel caerá
en sus manos; y el vs. 45 indica que el Anticristo establecerá su
palacio entre el mar Mediterráneo y Jerusalén, el monte glorioso
y santo. Pero en vez de reinar más, allí lo destruirá
Dios. La descripción de la última batalla está
en Apocalipsis 19:17-19; y versículo 20 describe a la bestia y al
falso profeta lanzados vivos dentro de un lago de fuego, donde también
será echado Satanás mismo unos mil años más tarde,
Apocalipsis 20:10
PREGUNTAS PARA DISCUTIR
1. ¿Por qué Dios permitió que Antíoco
Epífanes profanara su templo?
2. ¿Dónde está Dios cuando sufren
los justos?
CONCLUSIÓN
Mucha gente mira hacia el futuro con incertidumbre y aun
con terror, porque perciben que habrá eventos catastróficos
y enormes desastres. Sin embargo, los cristianos debemos saber que, aunque
vienen días terribles y difíciles, Dios nos ha revelado con
mucha anticipación y detalles lo que vendrá y, que sobre todas
las cosas, Dios sabrá proteger a Sus redimidos que confían
en Él.
Romanos 8:38 “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte
ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente
ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos
podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor
nuestro”.