PARA ESTUDIO: Deuteronomio 4.
LECTURA DEVOCIONAL: Hebreos 2:1-9.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Hebreos 2:1.
PROPÓSITO
Valor de nuestros privilegios delante de Dios y evitar caer en los peligros
que destruyen la vida cristiana.
I. INTRODUCCIÓN
La tragedia es que, aquel que más deseaba entrar en la tierra, la halló cerrada para sí, por una incredulidad que no le era propia y un acto de insensatez que no deseó.
Muchas veces oramos e insistimos en un asunto; luego expresamos que Dios no nos ha contestado, todo porque queremos condicionar la respuesta a un “sí”, pero entendamos que el Señor también contesta “No”, y probablemente ya nos haya dicho “basta, no me hables más de este asunto”. Su exhortación a la obediencia Moisés la basa, entonces, en su experiencia, lo cual la reviste de una importancia grande.
“Guárdate y guarda tu alma para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto” (Vs. 9).
¿Qué puede llevarnos a olvidarnos de Dios? En primer lugar el descuido. Por eso se recalca “guárdate”. También la abundancia y la prosperidad pueden ser un peligro para que nos olvidemos del Señor. Veamos lo que dice Deuteronomio 6:10-12: “Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, en CIUDADES GRANDES Y BUENAS que tú no edificaste, y CASAS LLENAS DE TODO BIEN que tú no llenaste, y CISTERNAS CAVADAS, que tú no cavaste, VIÑAS Y OLIVARES que no plantaste y luego que COMAS Y TE SACIES”. “CUÍDATE de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre”.
¿Qué habían visto y oído?
2. EL PELIGRO DE CAER EN LA IDOLATRÍA (Dt. 4:15-40).
En Horeb, Israel había establecido un pacto con Dios. Este pacto (4:13) aparece mencionado veintisiete veces en los pasajes siguientes de Deuteronomio. Dios extendió su gracia a Israel al establecer esta relación vital con ellos, y los israelitas ratificaron este acuerdo (Éxodo 24:1-8).
La propensión de Israel de caer en la idolatría, debido a la influencia de las naciones circundantes, lleva al Señor a recordar al pacto y a amonestarles sobre el peligro de volverse a los ídolos. Dios es enfático: “Jehová os ha sacado de Egipto” (Dt. 4:20). En otras palabras, Dios ya te sacó de allí, tu relación con todo lo que tiene que ver con esclavitud y tinieblas, debe quedar rota completamente.
Sin embargo, en tiempos posteriores, mientras más fueron los llamados que los profetas les hicieron, ellos tanto más se alejaban (Oseas 11:2). Primero Israel, luego Judá fueron llevados a un exilio como el último gran castigo, dado que ellos fueron tras dioses ajenos (II Reyes 22:17). Se necesitó de este terrible juicio para apartarlos de la idolatría, y al fin dio resultado. Después de volver de la cautividad a su tierra bajo la dirección de Zorobabel, nunca más volvieron a adorar ídolos como nación.
Esa constante inclinación hacia los ídolos por parte de los israelitas, bien podemos preguntarnos: ¿Por qué motivo querían ir tras esos ídolos de sus vecinos, cuando en medio de ellos tenían al Dios verdadero? Podemos encontrar siete razones:
Lo que habían visto de Dios por medio de la manifestación del fuego y lo que habían oído era lo que debían enseñar a sus hijos. Debían comunicar a las próximas generaciones esta reverencia y este respecto hacia Dios, que es un fuego consumidor.
¿Hemos sido fieles al trasladar el mensaje?
(Véase Hechos 20:26-29). ¿Estamos limpios de culpa
al no omitir la verdad de Dios? ¿El rebaño que está
a nuestro cargo puede respirar tranquilo?