PARA ESTUDIO: Deuteronomio 12 – 16:17.
LECTURA DEVOCIONAL: Juan 4:19-24.
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Juan 4:24.
PROPÓSITO
Reconocer que Dios demanda lealtad en todas las áreas de nuestra vida.
INTRODUCCIÓN
En este momento que los israelitas esperan vivir en condiciones de estabilidad en Canaán, Moisés les instruye respecto a la adoración de Dios y la vida diaria adaptada a las nuevas condiciones.
Eran los lugares de culto favoritos entre los cananeos, eran los lugares altos. Probablemente eran elegidos por que al estar más elevados se les creía más accesibles a los dioses celestiales. El árbol, que además de proporcionar sombra, era considerado sagrado. Posteriormente, estos sitios fueron una trampa para los israelitas, pues llegaron a constituirse en lugares de adoración. Así, en tiempos posteriores los israelitas cayeron en idolatría. Tales prácticas fueron condenadas vigorosamente por los profetas (Jeremías 2:20; Ezequiel 18:6; Oseas 4:13).
2. No haréis así a Jehová vuestro Dios (12:4)
A los israelitas se les prohibió hacer cualquier
ídolo así como lo hacían los paganos. Tenían
que destruir los ídolos paganos. Pero por otro lado estaban
obligados a obedecer y honrar al Señor todopoderoso.
De ningún modo tenían que tolerar
los ritos y ceremonias paganas. Las religiones paganas debían
desaparecer. En el altiplano de nuestro país esta práctica
se ha generalizado. La gente tiene prácticas que es una mezcla
de sacrificios de animales con matiz cristiano, que solamente representa
un culto satánico, oscuro y sucio que Dios odia. Esto es sólo
para poner un ejemplo clásico que está sucediendo en nuestro
medio.
Tenemos que examinar nuestro corazón, porque
podría ser que existan vestigios de templetes paganos y lugares
altos, así como una falsa adoración que amerita ser erradicada
por el fuego purificador del Espíritu Santo.
3. Según nos dice la Biblia, los israelitas debían adorar “en el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere” (Dt. 12:5, 10, 18, 21).
Al establecerse en Canaán, fueron varios los lugares que se convirtieron en centros de adoración. Por eso Moisés les instruyó para que erigieran un altar y leyeran la ley en el Monte Ebal (Deuteronomio 27:1-8; Josué 8:30-35). Entre el Monte Ebal y el Monte Gerizin se encontraban Siquem que continuó siendo santuario; Silo, donde se levantó el tabernáculo en tiempos de Josué (Josué 18:1) continuó siendo lugar central de adoración el período de los Jueces (Jueces 21:19; I Samuel 1:3; 2:14; 3:21; Salmo 78:60; Jeremías 7:12).
4. No debían escoger altares al azar (12:13-18).
Esta prohibición fue muy oportuna porque existía la posibilidad que se sintieran tentados a utilizar los altares de los cananeos.
5. Los que servían debían recibir la atención apropiada, pues ellos vivían de los diezmos y los tributos (12:17-19).
6. Advertencia contra la idolatría (Dt. 12:9-32)
Debían adoptar medidas severas contra cualquier idólatra o algún israelita que intentara promover la idolatría (Dt. 13:1-18). Se muestran algunos casos de quienes estuvieron a favor de la adoración a otros dioses: Los falsos maestros, los miembros de una familia y los residentes de la ciudad.
Hoy en día muchos que se jactan de ser “progresistas”, abogan desvergonzadamente por prácticas degeneradas que pertenecen a los tiempos más oscuros de la humanidad” (BEACON).
De no ser por la misericordia de Dios y la obra de Cristo en la cruz, muchas de nuestras ciudades estarían destruidas por dichas prácticas que son abominación a Jehová.
7. Las normas de higiene eran importantes si tenían que vivir como pueblo santo de Dios (14:1-21).
Les estaba prohibido mutilarse a sí mismos como era práctica común de los herejes en sus ritos de duelo, degradando la imagen de Dios (Levítico 19:28; 21:5; I Corintios 3:17). El Nuevo Testamento, paralelamente, nos presenta nuestro cuerpo como templo del Espíritu Santo (Romanos 12:1-2; I Corintios 6:9-20).
Las normas ceremoniales y dietéticas transmiten ideas significativas respecto a la higiene. Los animales que se mencionan eran propios de la región del desierto por donde pasó Israel según se ve en Levítico 11:2-23. La salud podía correr peligro si comían cerdo que hasta en la actualidad sabemos que contiene parásitos peligrosos. También los crustáceos o mariscos que muy frecuentemente se alimentan de basura podrida, pájaros que se alimentan de carroña o animales de muerte natural, por el peligro de las toxinas, no se debía comer (Levítico 17:15).
“Las instrucciones y descripciones que aparecen aquí, así como el Levítico 11, no deben ser consideradas como estrictamente científicas, pues eran prácticas a la luz de la cultura y de la religión contemporáneas. Lo básico del modelo total de vida descansaba sobre el hecho de que ellos eran pueblo santo de Dios (14:1-2, 21) (Schultz).
Los israelitas debían diezmar cada año el producto del grano que rindieran los campos; apartar la décima parte con un fin especial. También las primicias de las manadas y de los ganados debían llevarse al santuario central para ser comidas en una festividad religiosa delante de Jehová. Si el Santuario quedaba muy retirado podían vender el producto del diezmo y primicias y comprar con ese dinero lo que desearan para la fiesta del santuario. El séptimo año no habían de dar diezmos, puesto que cada siete, la tierra tenía descanso (Levítico 25:1-7).
2. Por la exoneración de deudas (15:1-11)
Remisión (1, 2) tiene el significado de “cancelar una deuda” como en el caso que se menciona acá, o dejar libre la tierra como se menciona en Éxodo 23:11. El verse libre de las deudas cada siete años, era una forma práctica de demostrar el amor por el prójimo y una forma de que los ciudadanos más prósperos compartieran las bendiciones materiales con los pobres.
Unos pocos comentaristas opinan que el perdón era temporal, sólo permanecía el trabajo de la tierra. La mayoría de eruditos están de acuerdo en que el perdón significaba una liquidación literal y completa de la deuda, quedando el deudor en libertad de saldar la cuenta si su situación mejoraba. Sin embargo, el acreedor quedaba privado del derecho de cobro.
Esta figura nos hace pensar en la deuda que teníamos por pagar y en la maravillosa provisión de Dios en Jesucristo, saldándola una vez y para siempre.
El propósito de esta práctica lo vemos claramente en el versículo 4 “para que así no haya en medio de ti mendigo”.
Hay una amonestación para aquél que viendo que se acerca el año séptimo le negaba a un pobre lo que le pidiere (Dt. 15: 9). Y agrega, “sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le dieres” (vs. 10).
3. Liberación de los esclavos (15:12-18)
La esclavitud era parte de la vida de la época. Moisés en su legislación suavizó los rigores de esta práctica (esclavismo). El año sabático que se aplicaba al punto anterior, no era al parecer el que se aplicaba acá, sino luego de iniciar el servicio al séptimo quedaría en libertad el esclavo (vs. 12). No debía despedirse con las manos vacías, sino proveerle de ovejas, del lagar y de la era (vs. 14). El esclavo por su parte, podía voluntariamente dedicarse a una vida entera de servicio a su amo. Esta entrega se verificaba agujereando la oreja del esclavo con una lesna (Éxodo 21:5-6). A éstos se les conocía como “esclavos por amor”. A esto, parece, que Pablo hacía referencia en Gálatas 6:17: “Porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús. Este “esclavo por amor” se hace por tres razones:
4. Las fiestas nacionales (Dt. 16:1-17)
Eran tres y debían celebrase en el santuario central cuando Israel estuviera establecido en la tierra a las que se menciona en este capítulo. La lista completa de las fiestas la encontramos en Levítico 23:1-44 y Números 28:16 - 29:40. Las fiestas que acá se mencionan son:
El modelo para estas fiestas se encuentra en los siguientes versículos:
La adoración es práctica y se manifiesta
en cumplir lo que el Señor nos manda. Se refleja en un cambio
radical de conducta. No es un costumbrismo aprendido de orar, cantar
y mover las manos. Es un cambio sustancial en nuestra creencia de
lo que es la adoración y la práctica.