No podemos enseñar a todos los alumnos por
un mismo método, ni se prestan todas las lecciones a una misma forma
de presentación. El buen maestro estará familiarizado
con todos los métodos. En estas lecciones estudiaremos por
lo menos cinco de ellos. A continuación estudiaremos LA NARRACIÓN.
Las parábolas del Señor Jesús
ilustran el uso especializado de la narración en la enseñanza.
Entre los muchos propósitos con que el Maestro empleó la
parábola, o sea la narración de historias, notaremos los
siguientes:
-
Empleó la parábola para estimular al oyente a contestar su
propia pregunta (Lucas 10:29-37).
-
Contó una historia para hacer más gráfica una verdad
general (Lucas 18:1-8).
-
Empleó la narración de una historia para estimular a sus
oyentes a hacer preguntas que conducirían a una enseñanza
adicional (Mateo 13:24-30, 36-43).
-
Usó la parábola para depositar un residuo de verdad en corazones
que habrían rechazado una declaración abierta (Mateo 13:10-17).
La habilidad de narrar una historia o cuento es el
don más preciado entre los maestros, especialmente los de niños
pequeños. La narración es método favorito de
los niños y es adaptable a clases de intermedios. Como gran
parte de la Biblia es narrativa, se apreciará de inmediato cuan
fácilmente puede reproducirse el contenido de las Escrituras en
forma de historias. Las narraciones de Jesús que nos han sido
conservadas por el Espíritu Santo, jamás han sido igualadas
como modelos de retratos gráficos por medio de la acción
y la palabra hablada. El Dr. Goodrich C. White nos da los requisitos
de una buena narración, dice que debe ser:
-
Interesante. Es probable que ningún otro método pueda
despertar y retener la atención más fácilmente.
Esto es porque el interés se despierta desde el principio.
La Biblia nos cuenta una historia fascinadora de manera que cualquier parte
de su narración puede ser interesante.
-
Dramática. El procedimiento narrativo se llama a veces el
método dramático, debido a que apela a la vista además
del oído. Presenta un drama movido, relacionado por medio
de verbos de acción. Todas las historias bíblicas contienen
conflictos, argumento, e interés, características que hacen
una historia dramática. Abundarán los verbos, pero
escasearán los adjetivos. Las frases serán cortas,
y el lenguaje sencillo. Por la mirada, el gesto, y la expresión
facial, el maestro llega a ser protagonista y gana la entrada por la puerta
de los ojos cuando la de los oídos está cerrada.
-
Lleno de acción. La acción es imprescindible.
“Lleno de acción” no quiere decir “lleno de palabras”. A menudo
la acción es intensificada por las pocas palabras. Las historias
que el Señor Jesús relataba eran de acción.
El no uso ni una sola palabra para describir al Buen Samaritano, sino que
delineó su carácter por sus hechos.
-
Ajustada a la verdad. El relato de lo imposible no apela al niño
tanto como de aquello que está dentro de las posibilidades del niño
mismo. Un cuento de hadas no deja en el niño ninguna esperanza
de realización. La historia verídica provoca mayor
interés. El elemento de verdad caracteriza a las historias
de la Biblia y las hace superiores a todas las demás.
Las historias bíblicas deben narrarse en tal
forma que los alumnos sepan que es un hecho real y no un simple cuento
el que su maestro le ha contado. El ejemplo del Señor Jesús
en Lucas 10:29-37 da realce a una manera muy efectiva de emplear la narración
en la enseñanza. Después de hacer resaltar cierta verdad,
el maestro puede describir una situación en que determinadas personas
tienen que tomar una decisión que entraña una aplicación
práctica de la verdad de que se trata. Luego, el maestro puede
guiar a la clase en una discusión de la manera en que los personajes
de la historia debían de haber actuado, y por qué.