Al hábil manejo del instrumento más valioso del maestro –la pregunta- le sigue en importancia el concepto correcto y el uso adecuado de las ilustraciones. Hemos visto ya que la ilustración no es sino una retirada momentánea al terreno familiar, y como tal, constituye una parte muy importante de la ley de la percepción. El alumno puede aprender lo nuevo sólo en los términos de lo conocido, de manera que, cuando el avance es más rápido de lo que la mente del niño puede seguir, se introduce una ilustración que le lleve por un momento a terreno ya conocido, dando tiempo así a que su comprensión pueda alcanzar el punto deseado.
1. EL VALOR
“Si fuera un niño que escuchase a alguno de ustedes, a menos que me dijesen un cuentecito de vez en cuando, me verían dando vueltas más a menudo atendiendo. No tengo dudas de que si yo estuviera en un salón caluroso y no hiciesen verdadero esfuerzo por interesarme, comenzaría a cabecear y a dormirme, o a jugar con el niño sentado a mi lado. No olviden pues de dar algunas anécdotas a los niños. Si son buenos maestros, en cualquier parte donde estén encontrarán siempre algo que podrán contar a los alumnos... Haga el maestro parábolas, figuras o diagramas y siempre logrará así pleno éxito”.
Nuestro Señor mismo a menudo usó ilustraciones al tratar con los grandes. Esa frase repetida “el reino de los cielos es semejante a”, nos sugiere que Él conocía que la nueva enseñanza necesitaba ser presentada a la luz de alguna escena conocida. ¡Cuántas veces halló en la naturaleza y en la vida misma material que servía tan excelentemente para ilustrar Su instrucción! Mirando por un momento al Antiguo Testamento debemos admirarnos de las nutridas ilustraciones de los profetas. Para ilustrar la verdad, Jeremías usó del cinto, del vaso y de la vasija del alfarero; Ezequiel, del rollo, de la teja y de la barba; Amós, de la langosta, la plomada del albañil y los frutos del estío. Podríamos citar muchos ejemplos más.
Todos estos ejemplos son bien decisivos. Colocan el valor de la ilustración más allá de toda discusión, y estamos bien justificados en hacer de este instrumento un elemento importante del equipo del maestro. Sin embargo, es necesario hacer una advertencia: aun cuando la ilustración es de un valor tan grande, su valor se pierde si se hace abuso de ellas. Es una gran lástima cuando por un énfasis equivocado, se recuerda la ilustración sin recordar la verdad que ilustra. Es mejor usar una o dos ilustraciones bien escogidas que recordarán al alumno la verdad enseñada y que él debe expresar en su vida, que toda una serie de ilustraciones que recordará solamente por el interés que le despertaron. Así como demasiada luz ciega al ojo y estorba la vista, demasiadas ilustraciones pueden confundir la percepción, y estorbar el pensamiento.
a. VISUALES
Estamos tan acostumbrados a pensar en la enseñanza
de la Escuela Dominical como puramente oral, que conviene recordar cuánto
recibe el alumno por la puerta de los ojos. No sólo recuerdan
los niños mucho mejor lo que ven que lo que oyen, sino que comprenden
y apropian para sí tal enseñanza mucho más rápidamente.
Es por esta razón que de los dos medios modernos de instrucción,
el cinematógrafo (televisión) y la radio, el primero sobrepasa
al segundo como medio educacional. Lo que se dice no siempre alcanzaría
a llevar al alumno con toda exactitud lo que el maestro le quiere enseñar,
ya que el lenguaje tiene sus limitaciones como medio de comunicación,
especialmente cuando se usa incorrectamente o cuando el vocabulario es
limitado. En cambio, si el ojo ve algún objeto relacionado
con la verdad que se quiere enseñar, la expresión de duda
en el rostro del niño cambia casi inmediatamente por una sonrisa
de comprensión.
1) OBJETOS
Hay diferencia entre usar un objeto para su estudio y usarlo como ilustración. Cuando Cristo colocó el pequeñito en medio del grupo, no lo hizo para que el niño fuera objeto de una discusión, sino una ilustración gráfica de Su enseñanza sobre la humanidad. Así también cuando enseñó las grandes verdades del reino de los cielos, es natural pensar que haya señalado a “un sembrador que salió a sembrar”. El Señor Jesús usó muchos objetos para ilustrar las verdades que deseaba enseñar. El buen maestro hará uso de objetos para ilustrar sus enseñanzas.
2) CUADROS
Cuando carecemos de los medios para obtener las cosas u objetos vivos que caracterizaron la instrucción de nuestro Señor, debemos substituirlos por cuadros o fotografías. Las Biblias ilustradas son de gran utilidad para la enseñanza de los niños que recién comienzan a leer; lo que la palabra no alcanza a ilustrar completamente, lo hace el dibujo. Todo maestro debe ser un coleccionista de láminas, para que, de su caudal acumulado, pueda elegir las figuras adecuadas a la lección de la semana. Así como los artículos de las revistas se hacen más atrayentes por medio de las figuras, el maestro también puede hacer más amena la lección por cualquier medio que utilice al ilustrarla.
3) MODELOS
Algún modelo del arca, del templo o de una casa oriental hará más clara la comprensión, más exacta y más fácil la enseñanza, que una serie de datos arquitectónicos o una descripción detallada. Aun un tosco esquema o diagrama en la pizarra es de gran valor. Cuanto mayor sea el número de diagramas, esquemas o bosquejos que se usen en la pizarra, más profunda será la impresión que se hará en la mente del alumno. Esta verdad se aplica tanto a los mayores como a los niños pequeños.
4) MAPAS
Los mapas ayudan siempre al alumno a visualizar las posiciones, y deben ser usados continuamente, sobre todo en las lecciones en que los personajes viajan. Las Biblias deben preferirse siempre bien provistas de mapas, pero esto no basta. Los mapas grandes de pared, que pueden ser fácilmente usados, son un medio valioso de dar una idea exacta de las ubicaciones y distancias.
b. VERBALES
Cuando una ilustración debe presentarse por
medio del oído, es de primordial importancia que se use el lenguaje
más sencillo. Por razón del vocabulario tan limitado
del niño, debe tomarse el mayor cuidado en la selección de
las palabras para evitar que la mente del niño se distraiga por
tener que luchar con palabras cuyo significado desconoce.
Cuando usaba las parábolas nuestro Señor
tenía un propósito muy amplio.
Para que una ilustración sea vital debe reunir las siguientes cualidades:
CUESTIONARIO - EL USO DE ILUSTRACIONES