LECCIÓN VIII (regresar
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TRABAJOS MANUALES
Desde hace mucho tiempo que los trabajos manuales
se emplean con regularidad en la escuela diaria, particularmente con los
niños. En la educación cristiana su uso ha sido más
restringido o limitado. Tal vez eso se deba en parte a la desconfianza
con que muchos maestros ven esta clase de actividad, por parecerles que
roba un tiempo que debería dedicarse exclusivamente a “aprender
Biblia”. Pero el trabajo manual tiene un lugar valioso en el proceso
educativo cristiano, si se utiliza de acuerdo con ciertos principios, propósitos
y recomendaciones.
1. PRINCIPIOS GENERALES
El empleo del procedimiento de los trabajos manuales
se basa en tendencias originales de la naturaleza humana, muy especialmente
en la niñez. En sus formas primitivas, es el procedimiento
que la propia naturaleza emplea para fomentar el desarrollo físico
e intelectual del niño. La educación no hace más
que aprovechar y sistematizar este procedimiento natural.
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Los niños manifiestan desde muy pequeños la tendencia a manipular
los objetos que se ponen a su alcance, auxiliando con el tacto sus otros
sentidos, para darse cuenta de lo que le rodea.
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Esa tendencia a manipular necesita dirección y vigilancia.
Los movimientos de los niños, cuando tratan de tocar o manipular
un objeto, son al principio faltos de coordinación y torpes.
Procediendo gradualmente, primero con actividades manuales que requieren
principalmente el uso de los músculos de mayor tamaño, y
poco a poco introduciendo otras que van exigiendo el uso de los músculos
pequeños, y mayor precisión y delicadeza en los movimientos,
se coopera al desarrollo físico normal del niño y al progreso
en la coordinación y gobierno de su cuerpo.
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Otra tendencia infantil muy marcada es la de la construcción.
Al principio se expresa en el gusto por amontonar cosas una sobre otra,
desbaratar el montón, y volverlo a hacer, una y otra vez.
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En los niños pequeños, la imaginación suple el arte
y la exactitud. Copia o reproduce las cosas, más como se las
imagina que como las ve. Mejor dicho las ve como se las imagina.
En consecuencia, no debe exigírseles a los niños en sus trabajos
manuales una exactitud minuciosa, pero sí debe estimulárseles
a observar todo con la mayor atención y detenimiento posible, a
fin de que vayan distinguiendo cada vez más entre la realidad y
la imaginación.
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Los niños procuran, por tendencia natural, reproducir o expresar
cuanto aprenden. Y esto es lo que los trabajos manuales significan:
oportunidad de expresión. En realidad, no se puede decir que
hemos aprendido bien algo, hasta que podamos expresarlo en alguna forma.
De ahí el clásico principio educativo: “Ninguna impresión
sin expresión”.
2. PROPÓSITO EDUCATIVO DE LOS TRABAJOS MANUALES
El empleo de los trabajos manuales no tiene como
fin simplemente mantener a los niños ocupados, interesados o entretenidos
“para que no den guerra”. El propósito fundamental es proporcionar
a los alumnos la oportunidad de aprender, o fijar mejor lo aprendido, por
medio de la actividad personal, de grabar mejor en su mente nuevas verdades
y de expresar de modo concreto sus ideas y experiencias en relación
el asunto de enseñanza.
Por medio de los trabajos manuales los alumnos ensanchan
y enriquecen sus conocimientos; los expresan poniendo en ejercicio su iniciativa,
imaginación, entusiasmo y tendencia artística; se interesan
en nuevas verdades; aprecian la belleza; desarrollan hábitos de
limpieza, orden, exactitud y cuidado, y tienen la oportunidad de cultivar
el espíritu de cooperación, compañerismo y consideración
de los unos para con los otros.
La hora del trabajo manual, sabiamente dirigida,
se convierte en un poderoso procedimiento educativo, ya que es una manera
de cultivar todas aquellas virtudes que nos permiten vivir y trabajar en
armonía con nuestros semejantes. Cuando los alumnos se conducen
con más espontaneidad, ofrece al maestro una oportunidad de observar
en cada uno de sus alumnos aquellos puntos en que el carácter y
la conducta necesitan fortalecimiento o rectificación.
3. DIVERSOS TIPOS DE TRABAJO MANUAL
RECOMENDACIONES GENERALES
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Los materiales y formas de los trabajos manuales han de ser graduados a
la edad, intereses, capacidades e iniciativa de los alumnos.
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La actividad manual debe estar estrechamente integrada en el asunto que
se estudia, y cumplir con una finalidad concreta.
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Los trabajos manuales deben ser educativos y estar inspirados en el ideal
del servicio.
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Los maestros deben estar familiarizados con la técnica de los trabajos
manuales que van a dirigir. Es muy bueno practicarlos personalmente
de antemano.
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Hasta donde sea posible, procúrese utilizar materiales baratos y
fáciles de conseguir, aprovechando de modo particular las materias
primas de la región. Hay que enseñar a los alumnos
que muchas cosas que a primera vista parecen inservibles, pueden utilizarse
con un poco de ingenio y diligencia.
CUESTIONARIO - TRABAJOS MANUALES
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¿Por qué no se ha usado mucho el trabajo manual en la educación
cristiana?
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¿Para qué le sirve al niño pequeño el ejercicio
que hace tratando de manipular objetos?
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¿Qué otras tendencias se manifiestan en los niños?
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¿Cuál es el propósito fundamental del trabajo manual?
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¿Por qué la hora del trabajo manual puede convertirse en
un poderoso procedimiento educativo?
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¿Qué dibujan los niños pequeños? ¿Y
los de 7 y 8 años qué les gusta dibujar?
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¿Por qué los niños menores de 5 años no pueden
colorear dibujos muy bien?
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¿Qué trabajos manuales son apropiados para los niños
pequeños?
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¿Por qué debe relacionarse el trabajo manual con lo que se
estudia?
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¿Qué pueden aprender los niños por medio de la actividad
manual?
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