Este es un período de transición puesto que señala el tiempo del instinto a la voluntad, y de la imaginación a la razón. El hecho de que el niño asista a la escuela le da una experiencia más amplia. Su círculo de amistades se ensancha, y entra en una atmósfera más definida de responsabilidades.
I. FÍSICAMENTE EL NIÑO ES ENÉRGICO
Está muy claro que el niño necesita más que nunca un programa lleno de actividades. Pasará mucho de su tiempo en:
A. EL JUEGO
Los juegos de los niños de estad edad son diferentes a los de los niños de la etapa anterior. Notaremos que:
El niño puede dedicar su actividad voluntariamente al trabajo así como al juego. Cuando la imaginación del niño ha sido debidamente disciplinada, fácilmente pasa del juego al trabajo sin experimentar las fatigas a que éste se asocia más tarde en la vida. Es en este tiempo cuando debemos inculcar en el niño los hábitos de industria. Además de satisfacer una necesidad definitiva del desarrollo físico, el trabajo tiene:
Sus facultades de razonar y de discriminar apenas se están despertando, y fácilmente podemos sobreestimar su progreso intelectual en este tiempo. La comprensión mental no crece al mismo tiempo que el poder de la observación, porque en su mundo creciente el niño tropieza constantemente con experiencias que le son nuevas.
Poco a poco el niño va aprendiendo a relacionar cada nueva experiencia con las ideas, los instintos y hábitos que ya posee. Esta ley de la asociación de ideas es la base de toda educación del niño. Lo nuevo sólo puede ser comprendido en términos de lo que ya se conocía antes.
Esta es la razón por la cual es importante que el maestro de la Escuela Dominical visite el hogar y la escuela pública de sus alumnos y se dé cuenta de las experiencias, ideas y costumbres de ellos para poder relacionar sus enseñanzas nuevas con los conocimientos y experiencias que el niño posee.
Las facultades de observación de muchos niños son limitadas por causa de alguna deficiencia física como mala dentadura, deficiencia en la vista o por tener oídos defectuosos.
A. LO VERDADERO Y LO IMAGINARIO
Al terminar de contársele un cuento rápidamente hace la pregunta: “¿es cierto?” La vida viene a ser muy real para el niño. Por eso necesita cosas reales para satisfacer sus ansias. Luego principiará a dudar sobre el mito de “San Nicolás” y “Los Reyes Magos” que supuestamente le traen juguetes. Por eso importante que los padres le expliquen la verdad sobre estos personajes mitológicos cuando el niño muestre los primeros síntomas de incredulidad.
Ahora se le debe presentar la Biblia tal como le será presentado en los años venideros. Debemos decirle al niño la verdad y mantenernos fiel para que no sufra la agonía de la duda y pierda la confianza en el hogar y en la iglesia, ni en sus padres y maestros.
B. LO BUENO Y LO MALO
El niño principia a comprender algo del gran conflicto entre el bien y el mal. Reconoce que él mismo está siendo atraído a esta guerra. Comienza a sentir la experiencia del fracaso moral y a reconocer su propia debilidad. Descubre que hay niños buenos y malos. Distingue entre sus hechos buenos y malos, no sólo por las consecuencias, sino también por el efecto sobre su propia paz y felicidad. Una mentira a los cuatros años es asunto mucho más serio para el niño, que a una edad menor. Una conciencia no endurecida es un aliado poderoso para el bien. El niño concienzudo es el producto de una atmósfera en donde “todo lo amable, todo lo que es de buen nombre” se comunica espontáneamente.
C. DISTINGUE ENTRE LOS HECHOS Y LAS PALABRAS, O SEA, ENTRE LA ENSEÑANZA Y LA PRÁCTICA
Es por eso que tanto los padres como los maestros deben ser cuidadosos de poner en práctica todo lo que tratan de enseñar con palabras a los niños. Es un error irreparable decirle a un niño que la mentira es algo horrible, y entonces contradecir este dicho al engañar a otra persona no diciéndole la edad exacta del niño. Un niño tiene toda la razón de creer que sus maestros y sus padres practican lo que enseñan, hasta que descubra que no es así.
La niñez avanzada es uno de los períodos más interesantes e importante de la vida. Se le llama el período adulto de la niñez porque ya ha alcanzado la madurez de la primera etapa de la vida. El niño se encuentra en la cumbre de su desarrollo físico, mental y espiritual. Antes de entrar a la segunda etapa de la vida que es la adolescencia, el niño tendrá que experimentar grandes cambios que afectarán a su ser entero. Este período es importante porque en la preparación que se le da ahora se halla la solución de muchos problemas de la adolescencia. En este estudio interesante del niño adulto se puede observar que:
I. FÍSICAMENTE ES UN EXPLORADOR
A. Es un período de salud rebosante y de intrepidez.
La buena salud y la energía abundante que ya no se necesita para el crecimiento del cuerpo, impulsan al niño a un campo más amplio de actividad.
B. El amor a la naturaleza.
El niño anhela estar fuera de la casa. Los campos y los bosques le llaman. Le encantan las aventuras y halla en los montes un mundo hasta ahora desconocido.
Escabullirse de la escuela es su manera de criticar un modo de vivir que no le permite el ejercicio natural. Los padres y maestros pueden lograr el favor de los niños de esta edad organizando excursiones al campo, haciendo días de campo o saliendo a dar una caminata por las tardes. Así se evitará que los niños salgan a aventurar solos y a escondidas de los padres y maestros.
A. Las colecciones
A la edad de diez años cualquier niño puede estar coleccionando cuatro o cinco clases de cosas a la vez. Los varones por lo general coleccionan objetos de la naturaleza, mientras que las niñas coleccionan cosas del hogar. Las colecciones tienen un valor educativo y estimulan las facultades de la observación.
B. Los intereses mecánicos
En esta edad se apodera del niño una pasión para investigar máquinas de toda clase. Aprecia los juguetes mecánicos, trata d averigua los principios de su movimiento, y si lo destruye no lo hace por maldad o intencionalmente, sino más bien con el propósito de reconstruirlos. No sólo los juguetes, sino los relojes de toda clase corren peligro. Es bueno proveer al niño de objetos que satisfagan su curiosidad mecánica. Además, si le proveemos herramientas convenientes, el niño podrá desarrollar las ideas que le proporcionan sus investigaciones.
C. La lectura
Los libros le ofrecen un nuevo campo de investigación. Los padres y maestros no pueden encontrar mejor oportunidad que ésta para satisfacer este apetito natural y cultivar en el niño un deseo para los buenos libros. Además, tal como sucede con todos los instintos, la falta de estimular ahora el hábito de la lectura puede resultar en la pérdida del deseo de leer. En una casa donde no hay libros, ni se habla de ellos, el instinto de leer tiende a no desarrollarse. Los niños y niñas pueden ser atraídos a la Biblia cuando ya se les ha mostrado que es un conjunto de libros que contienen acción, emoción, poesía, historia, parábolas, etc.
D. La memoria
La memoria de los niños de esta edad es aguda. Se le ha llamado la edad “de oro de la memoria”. Aprenden de dos maneras: por la repetición y por la asociación con cosas conocidas.
La disciplina mental de la repetición, la cual para el niño no es trabajo penoso, prepara la mente para recibir impresiones más fácilmente después en la vida.
A. La aversión al otro sexo
Los niños y las niñas de nueve a doce años ya no tienen los mismos intereses, ni gozan de los mismos juegos. Los varones sienten repugnancia hacia la conducta tranquila de las niñas; mientras que las niñas hallan grosero el comportamiento ruidoso y bullicioso del muchacho. A esta dad el niño está aprendiendo lecciones de lealtad a su grupo; en cambio entre las niñas, celos insignificantes quedan como fuerza que las divide y estorban la cooperación del grupo como unidad. El grupo de niñas trata con indiferencia despreciativa a otros grupos rivales; mientras que los de varones pelean abiertamente. Los miembros de los grupos de niñas también se desprecian y pelean entre sí; en cambio los varones son leales a los miembros de su grupo y se defienden unos con otros.
B. La tendencia a la organización
El grupo de niños o niñas tiene poca organización, siendo éste el primer paso en esta dirección. Los niños de esta edad descubren que pueden conseguir más por medio del esfuerzo organizado o de cooperación mutua. Esto viene a ser motivo tan fundamental como el deseo de compañerismo. Los varones y las niñas se organizan de diferente manera. Las niñas se agrupan con fines sociales o caritativos; además, les gusta formar sociedades secretas, industriales y literarias, tres veces más a menudo que los varones. En cambio, éstos forman sociedades para actividades al aire libre y clubes atléticos. Los motivos de las niñas se acercan más a la de los adultos, se organizan para fomentar la sociabilidad, para adelantar sus propios intereses, para mejorarse así mismas y a otros. Los varones se parecen más al hombre primitivo; se juntan para cazar, pescar, viajar, pelear y para competir en superioridad física unos con otros.
Los padres y los maestros no pueden desconocer a estos grupos y su influencia sobre sus niños y niñas. Es su deber procurar ganar el favor del grupo y modelar sus tendencias sin que los niños se den cuenta de que se interviene en sus actividades. El grupo está generalmente sujeto a un cabecilla, quien debe ser nuestro primer objetivo en cualquier esfuerzo para ganar el favor y el apoyo del conjunto.
En los primeros años, el niño imitaba a las personas, no a los ideales. Más tarde en la vida concebirá ideales desligados a la persona. Ahora todos sus ideales están representados por algún personaje conocido. Su héroe es una persona. Los varones encuentran sus héroes en la vida diaria. Las niñas, al contrario, los encuentran generalmente en los libros. Los varones escogen invariablemente como sus héroes a hombres, pero las niñas pueden buscar su ideal lo mismo en un hombre que en una mujer.
Los héroes de la historia, de la literatura y del Antiguo Testamento, pueden ser presentados por medio del cuento y en la propia lectura del niño. No hay nada que compita con la Biblia. ¿Qué niño no se interesará en la experiencia de José y la exaltación de Daniel? ¿A qué niña no le encantará el valor y el éxito de Ester? La razón por la cual un porcentaje tan bajo de niños escoge personajes bíblicos como su ideal es porque no les han sido presentados de manera tan viva como otros personajes menos dignos.
Todos los ideales bíblicos deben conducir a Cristo. Jesús es el Héroe de los héroes. La culminación de todas las lecciones de los héroes debe ser llevar a los niños a que hallen su ideal en Cristo.
A. El uso del domingo
Aunque para los adultos sea un día de verdadero descanso, para el niño debe ser un día de cambio. En la iglesia, un programa de información, culto y expresión debe ocupar buena parte del tiempo. En la casa, los libros acerca de la Biblia y juegos bíblicos deben ser reservados para el domingo. El maestro o los padres pueden planear con los niños alguna actividad de servicio al Señor para el domingo por la tarde, por ejemplo ir a repartir tratados. Es un error profanar el domingo haciendo en él, las ocupaciones comunes de la semana.
B. El uso de la Biblia
Así como el maestro es la figura central del departamento primario, la Biblia debe ocupar un lugar prominente en el departamento juvenil. Habiendo ganado la confianza del niño para sí mismo, su próximo objetivo debe ser atraerle a la Palabra de Dios, la Biblia. Cada niño y niña de esta edad debe poseer su propia Biblia.
Los padres y maestros pueden hacer mucho para que conozcan bien su división en libros, capítulos y versículos, así como el contenido de sus narraciones. Buscar rápidamente los capítulos y versículos es un ejercicio provechoso y a la vez agradable para los niños de esta edad.
C. Las tareas de memoria
Puesto que en ninguna otra época de la vida podrá el niño aprender tanto y recordar tan bien, debemos darle las verdades espirituales a las cuales pueda recurrir en las emergencias del futuro. Los himnos, los salmos, versículos y porciones escogidas, lo mismo que los hechos de la geografía y la historia bíblica, deben ser aprendidos con toda exactitud. Mucho que no comprendan ahora les será revelado a la mente por medio de sus experiencias futuras, y les servirá como baluarte de fuerza contra las tempestades venideras de la tentación y la duda.
D. La experiencia y la educación en el culto
El niño debe tener formado ya el hábito de asistir al culto público. Más tarde será difícil obligar a ello al adolescente. Si el niño viene a los servicios debe sentir que le reciben con agrado y quieren que venga. Una parte del culto debe ser adaptado a su comprensión y para su participación. Un himno, una oración y un sermón para los niños bien pueden emplearse sin menoscabo de las normas del culto. Ellos gozarán del culto verdadero si está dentro de su capacidad de comprensión.
C. La decisión y la membresía de la iglesia
Así como el maestro es la figura central en el sexto año de vida, y la Biblia el objeto sobresaliente del noveno, Cristo debe ser el tema supremo de los últimos días de la niñez. Si el niño ya cumplió los once años y no ha hecho todavía una decisión por Cristo, los padres y los maestros deben enfrentarse a la gran responsabilidad de lograr que acepte personal y públicamente a Jesucristo como Salvador personal.
¿Por qué debemos utilizar estos últimos
años de la niñez para la obra de evangelización?