EL REPOSO INDISPENSABLE
PARA ESTUDIO: Hebreos 4:1-16.
LECTURA DEVOCIONAL: Hebreos 4.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Hebreos 4:12.
PROPÓSITO
Comprender que hay un reposo eterno para los creyentes, y que deben perseverar en la Palabra para no perderlo.
INTRODUCCIÓN
La palabra reposo se utiliza nueve veces en este capítulo 4. Ocho veces se traduce del griego “katapausis” que significa una paz permanente, o estado de reposo; y una vez se traduce del griego “sabbatismos” que significa estado de reposo.Este reposo de Dios, frecuentemente, se ha interpretado como una segunda obra de gracia. La palabra “entrar” se menciona también ocho veces en conexión con reposo.
En los versículos 1, 6 y 11, se acentúa la urgencia de la entrada. La cuestión principal “es que la historia se está repitiendo; exactamente donde los israelitas estuvieron en Cades-barnea, están ahora estos hebreos cristianos, excepto que la situación es más grave” (Beacon). Esto indica que los hebreos cristianos estaban actuando así como actuaron sus antepasados en Cades-barnea.
La lección para los cristianos de hoy es muy importante, porque cuando menos esperamos, estamos también en Cades-barnea. Por eso estudiemos esta lección con mucha dedicación.
DESARROLLO DE LA LECCIÓN
A. UN PELIGRO SEMEJANTE (Hebreos 4:1-3)
Debemos “tener un ansioso terror” (Muller) ante el ejemplo que tenemos en la historia, tanto en el pueblo de Israel como también en la Iglesia. “Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberla alcanzado”. Entrar en su reposo debe ser la más alta preocupación del cristiano. Caer en descuido por falta de interés puede ser la causa del fracaso en la vida cristiana.La promesa del reposo está anunciada también para nosotros (vs. 2). En cuanto a la promesa no hay diferencia entre ellos y nosotros, pero también en las consecuencias.
Los israelitas por medio de Moisés oyeron las buenas nuevas de la provisión y voluntad de Dios para ellos. Nosotros también oímos las buenas nuevas de Dios por medio de Cristo. Pero a ellos de nada les sirvió haber oído la Palabra (vs. 2), por no ir acompañada de la fe. No es suficiente oírla, hay que creerla y obedecerla. En este caso la fe combinada con la Palabra capacita al individuo para que el evangelio produzca la salvación en él. No importa cuánta fe tenga el predicador o maestro que expone la Palabra; aquí cuenta la fe que tiene el oyente para ser salvo por la Palabra.
El versículo 3 es oscuro, pero su pensamiento concuerda con el tema. Debemos leer el Salmo 95, donde el salmista magnifica la grandeza de Dios en su obra creativa, y desafía a sus oyentes a la adoración. Sus obras creativas son evidencias de su poder para guiar a su pueblo a Canaán. Sus obras deben darnos confianza en Él.
Debemos tener cuidado con la creencia de que no importa lo que hagamos, de todos modos somos salvos; esto es un tremendo error. Al contrario, nos manda a vivir una vida santa y perseverante en su presencia. Esta misma evidencia de la temible grandeza de Dios, nos deja totalmente sin excusa en nuestra incredulidad. También justifica su ira al declarar que a pesar de todo lo que Él ha hecho hasta aquí, pero si fallamos, Él nos castigará.
Los grandes párrafos de la Biblia, como el Salmo 95 y I Corintios 10:1-12, pretende convencer a los judíos cristianos de su falsa seguridad sin santidad. Les muestra que no tienen impunidad contra los resultados trágicos de su desobediencia.
B. EL REPOSO ESPIRITUAL (Hebreos 4:4-10)
La generación de los días de Moisés perdió su oportunidad a causa de su incredulidad. Dios, por medio de David, declaró que habría otra oportunidad después de tanto tiempo. ¡Ahora hay otro “hoy, después de tanto tiempo”! (vs. 7).No se puede decir que el verdadero reposo haya sido dado por Josué cuando introdujo a los israelitas en la tierra prometida. Él sólo dio a los israelitas cierta clase de reposo (Josué 22:4), y eso en cumplimiento de la promesa (Deuteronomio 31:7). Pero eso era un reposo político, civil y material. Canaán no era el lugar de reposo definitivo; sólo era un tipo de ese reposo eterno que Dios ofrece a los creyentes. Por tanto, queda todavía un reposo para el pueblo de Dios (vs. 9). El pueblo de Dios, en el nuevo “Hoy”, tiene opción a un reposo que aún no se conoce todavía por la experiencia; pero deben conocerlo; de lo contrario, no son pueblo de Dios.
Notemos los tres aspectos del reposo que se mencionan aquí. Primero: El reposo de Dios se relaciona con la terminación de sus obras. Segundo: El reposo de Dios es de naturaleza espiritual, y no nacionalista. Tercero: El reposo de Dios está disponible ahora, en este nuevo “Hoy”.
El reposo que resta es un estado del alma, no para el cuerpo, porque el trabajo sigue siendo necesario. Esto no es una referencia al séptimo día, como enseñan los adventistas [NOTA IMPORTANTE]. Asociar este reposo con el séptimo día sería una completa falta de comprensión a la realidad del verdadero significado de este reposo eterno. Esto sería verlo como los judíos que no pueden ver más allá de la prosperidad material y la autonomía política de su territorio.
El versículo 10 refuerza la enseñanza del reposo de Dios que resta para su pueblo. Enfatiza el reposo absoluto de aquel que de todo corazón se abandona en las manos de su Señor.
Los hermanos cristianos hebreos tenían una fuerte tendencia a regresar a Moisés al menos asirse de Él y de Jesús con finalidad compartida. Esto evidenciaba que seguían buscando la salvación por sus propios esfuerzos, en lugar de confiar en la salvación que Cristo ya había pagado con su muerte en la cruz del Calvario.
Notemos que Dios ha cesado de su obra de creación, pero continúa con sus obras de redención. Por eso el creyente que disfruta del reposo perfecto, ha cesado de sus propias obras en el sentido espiritual. Ahora descansa en la obra hecha por Cristo.
El gran error de los israelitas en Cades-barnea, fueron sus propias y falsas perspectivas de entrar a Canaán. Cuando se dieron cuenta de sus pecados, procuraron subir con sus propias fuerzas, y fueron superados por sus enemigos, los amalecitas (Números 14:40-45). Así nos pasa cuando queremos resolver nuestros problemas espirituales con nuestros propios esfuerzos. Los esfuerzos humanos sólo nos provocan ansiedad y frustración en cambio de reposo. El lugar del más tranquilo reposo es el corazón de Dios. Es el lugar “del completo abandono de nuestros vanos esfuerzos, ya sea para expandir el reino de Dios en la tierra, o para obtener la santidad dentro de nosotros mismo. Debemos no sólo someternos sino entregarnos” (Beacon).
C. UN DEBER URGENTE (Hebreos 4:11-16)
1. DEBE EVITARSE UNA CAÍDA (Hebreos 4:11)En esta carta a los Hebreos, encontramos versículos de transición como este que sirve para concluir el pensamiento anterior y que al mismo tiempo introduce una nueva idea. Además, estos versículos de transición se repiten con la idea de reafirmar un pensamiento, pero con un nuevo enfoque de avance. Por eso la idea que presenta el versículo once no es nueva, pero sí trae un nuevo pensamiento. Veámoslo: “Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia” (la Biblia, versión moderna dice: “de incredulidad”). Los versículos del capítulo 4: 1, y 11, ambos hablan de entrar en el reposo; se parecen a las expresiones: “Temamos” (vs. 1), “Procuremos” (vs. 11).
En el versículo 1, la exhortación es a “temer”, y en el versículo 11, es “procurar”. En el versículo 1, la advertencia es contra la apariencia de no haberlo alcanzado; es decir, el peligro de negarse a buscar la pureza espiritual. El versículo 11 advierte contra el inevitable resultado final de esa falta de pureza. -Una caída final e irrevocable, tal como les aconteció a los israelitas en el desierto-. Muller traduce la última cláusula así: “Ninguno caiga en el mismo patrón de obstinación”.
Hay una sola manera de evitar este desastre: que seamos celosos, esforzados y que luchemos diligentemente. Debemos mantenernos cerca de Dios.
Este debe ser el principal esfuerzo individual de cada creyente. No es un esfuerzo a medias. Esforzarse por entrar debe ser la prioridad principal en la vida de cada cristiano.
“Ha habido tres interpretaciones principales acerca del “reposo de fe”, en Hebreos 4: Una ha sido que el último objeto del cristiano es el cielo. Otra, que el camino de salvación es por fe, antes que por las obras de la ley. La tercera que es la vida más elevada del cristiano. Un sinónimo de entera santificación (Explorando la Santidad Cristiana, Tomo 1, p. 198).
Taylor nota que el “reposo” (del griego, sabath) para el pueblo de Dios se ha entendido como una segunda obra de gracia.
Parece indicar que el reposo no es el cielo, por el hecho de que “los que hemos creído entramos en el reposo (v. 3). Tomás Hewitt dice: “Que el reposo de Canaán es un tipo de reposo de consagración, esto es, del reposo que viene de un rendimiento de la mente, voluntad y corazón al poder y la influencia de Dios que capacita al creyente a vencer el pecado (Exp. S. C. Tomo 1. p.199).
Este reposo no es de la inactividad de una gran tarea. Es más bien dice F. B Meyer: “Equilibrio perfecto entre el ir y venir de la vida. Un corazón contento... paz que sobrepuja todo el entendimiento... reposo de la voluntad en la voluntad de Dios y la calma en las profundidades de la naturaleza, que no son movidos por los huracanes de la superficie y que estimulan las grandes y poderosas olas” (Exp. S. C. Tomo 1, p. 199). El Comentario Exegético dice acerca de Hebreos 4:10: que nuestra suprema felicidad consiste en estar unidos a Dios, y amoldados a Él que es nuestro modelo ideal.
Este es el gran secreto que los cristianos debemos descubrir y reconocer: ver hacia Jesús para alcanzar nuestra santificación. Él dominará toda corrupción interna, reposando en el amor de un todopoderoso salvador, en el gozo consciente de una salvación completa, una salvación de todo pecado.
Udson Taylor, fundador de la misión evangélica en el interior de China, y uno de los más grandes misioneros que el mundo haya conocido, vivió como un creyente vencido hasta que aprendió el secreto de ver hacia Jesús a favor de su santificación. Taylor se dio cuenta de que la fe no se fortalecía por la lucha, sino por el reposo en Aquél que es fiel. “Si nosotros no creemos, él permanece fiel”; y confesó: “He luchado en vano para reposar en Él. Ya no lucharé más. ¿Acaso Él no ha prometido vivir conmigo, nunca dejarme, y nunca fallarme? (Exp. S. C. Tomo 1, p. 199).
En Mateo 11:28-30, Jesús nos invita a este reposo: “Venid a mí... descansad”. El que está dispuesto a guardar hasta mañana para entrar en reposo, nunca entrará.
2. LA PALABRA DE DIOS REQUIERE UNA RESPUESTA (Hebreos 4:12-13)
Estos versículos hablan de la penetrante Palabra de Dios. No se refiere a las páginas de la Biblia, sino al poder de la Palabra de Dios escrita en esas páginas. Por eso jugar con la Palabra de Dios trae consecuencias devastadoras lamentables.
El escritor de Hebreos no está preocupado por las acciones de los Antiguos israelitas. Él enfatiza objetivamente que los judíos, a quienes les escribe, estaban jugando no con las palabras de Moisés o de Josué, sino con la Palabra de Dios (v. 12). Este es el punto de esta urgente exhortación.
La Palabra de Dios tal como lo expresó David, y fue predicada más recientemente por Cristo y sus apóstoles, no es letra muerta sino viva. Está en vigencia ahora mismo.
La palabra que escucharon los israelitas era la voluntad de Dios para que entraran en Canaán. Mientras que la Palabra que ahora exige atención, es la Palabra de Dios a través de Jesús que ofrece un reposo eterno para el que cree.
Esta Palabra es tan viva y eficaz y más cortante como espada de dos filos que puede partir el alma. Esta es una figura de que el evangelio nos encuentra no sólo en el nivel de nuestra personalidad visible, sino en el ámbito de nuestros egos invisibles. En los tuétanos es donde las enfermedades de la sangre se incuban antes que el mecanismo corporal sea visiblemente afectado. La persona se puede ver bien, pero sus huesos pueden estar enfermos. Esto es igual a un árbol que puede estar bien erecto y frondoso, hasta que un viento fuerte lo derriba, entonces manifiesta su médula carcomida.
La Palabra de Dios discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Nosotros sólo conocemos los hechos de una persona; pero la Palabra discierne, juzga, investiga sus motivos, secretos e imaginaciones. Al hacerlo emite un juicio. En realidad no existe cosa creada que se oculte en su presencia. Todas las cosas están desnudas y abiertas ante los ojos de Aquél a quien tenemos que dar cuentas (v. 13). No podemos ocultarnos de Dios, ni podemos alardear en nuestros Cades-barneas.
Es bien conocido si estamos en su reposo o no. Si nos mantenemos en nuestro orgullo, no podremos salir adelante. No podemos disfrazarnos o aparentar que somos cristianos, y a la vez deseando practicar los pecados del mundo, como los israelitas apetecían las cebollas y los ajos de Egipto. Si cometemos pecados ocultamente, pronto serán manifestados.
3. JESÚS NOS AYUDA (Hebreos 4:14-16)
El trabajo de Jesús como nuestro sumo sacerdote, es estar junto a nosotros en nuestras debilidades. La palabra debilidad (“astheneiais”, en griego) tiene, en Hebreos, una connotación moral y significa no sólo una debilidad física, sino una debilidad y temblor consciente en la tentación. Nuestro Señor nos entiende también en esta debilidad, porque fue tentado en todo según nuestra semejanza. Puesto que Él mismo fue tentado, sabe por experiencia lo que significa para nosotros ser tentado. Él no fue tentado en todos los particulares de nuestra vida, como por ejemplo, Él no fue tentado como esposo, o padre, propietario o patrón, o soldado, porque no fue ninguno de estas cosas. Pero fue tentado en las tres áreas de susceptibilidad humana: cuerpo, alma y espíritu.
“Pero sin pecado”. Fue perfectamente triunfante para podernos ayudar; de lo contrario el cristianismo sería como cualquier otra religión. El autor de Hebreos tiene en mente a sus lectores que están sufriendo la tentación de retroceder y perder así la entrada al reposo prometido. Jesús también sufrió la tentación en el desierto; por tanto, conocía lo que ellos estaban pasando. Jesús sabe que el diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar (I Pedro 5:8). Por eso, los hebreos cristianos tenían que acercarse confiadamente al trono de la gracia para alcanzar misericordia (perdón por su vacilación), y hallar gracia para el oportuno socorro (v. 16).
Estos tres versículos son como el sumario de los primeros cuatro capítulos. Jesús es el gran Sumo Sacerdote porque no pertenece a un orden angelical, ni su rango es comparado con el de Moisés, sino que es el Hijo de Dios. El mismo que “se sentó a la diestra de la majestad en las alturas” (1:3). En Hebreos 4:14 dice: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios”. Nos insta a que nos acerquemos confiadamente al trono de la gracia (vs. 16). Debemos acercarnos en oración a Aquél que es Mediador e intercesor.
CONCLUSIÓN
Jesús del Nuevo Testamento y Jehová del Antiguo Testamento se ven unidos en un solo Dios, en un solo trono. Allí en ese trono, nuestros pecados son perdonados. Allí hallamos justicia y misericordia. Allí encontramos acceso y el reposo que todavía resta para el pueblo de Dios. Todo esto es mediado por Jesús.Recordemos, entonces, que hay un reposo especial para nosotros. Por eso debemos ser perseverantes en nuestra fe en Cristo.
[NOTA: Es importante reconcer una diversidad de interpretatión bíblica dentro de la misma corriente teológica para no caracterizar una posición doctrinal personal como si fuera una posición de todo una denominación o movimiento. En este caso, puede ser que algún Adventista haya sugerido que el descanso de Hebreos 4 sea una referencia solamente al día de reposo, pero hay otras interpretaciones que surgen del movimiento Adventista según me ha señalado un miembro desde Perú. El cita el artículo Entremos en el Reposo de Dios de la Revista Adventista de una interpretación más detallada y precisa. Le agradecemos su aclaración.]