LECTURA PARA PREPARAR LA LECCIÓN: Jueces 8:22 a 9:57.
LECTURA DEVOCIONAL ANTES DE INICIAR LA CLASE: Salmo 2.
VERSÍCULO PARA RECORDAR: Salmo 2:12.
PROPÓSITO DE LA LECCIÓN
Alertar a los cristianos para que no se olviden de la Palabra de Dios y sus enseñanzas, porque pueden ser seducidos por engañadores a través de sus falsas enseñanzas.
A. INTRODUCCIÓN (Jueces 8:22-35)
Vs. 24-27. Gedeón pidió una contribución de oro del botín que traían sus hombres, con el cual hizo un efod, posiblemente una réplica de oro de una de las vestimentas sacerdotales. Así se originó un culto con elementos de la religión cananea, pues “todo Israel se prostituyó” y “fue tropezadero a Gedeón y a su casa”.
Vs. 28-35. Gedeón se retiró a su hogar e incurrió en la poligamia: tuvo un harem y muchísimos hijos (setenta talvez sólo significa numerosos). Ahora su familia difería mucho de cuando se quejó de que era muy pobre en Jue. 6:15. Tener muchas mujeres era símbolo de riqueza practicado por los reyes del Oriente. Gedeón también tuvo un hijo con una concubina en Siquem, el cual se llamó Abimelec.
En el Antiguo Testamento hay muchos ejemplos de que los hijos producto de la poligamia, la fornicación, el adulterio y otros desvíos del matrimonio normal, a menudo traen consecuencias por generaciones, excepto, por supuesto, a aquellos descendientes que buscan a Dios y reciben sus bendiciones, Ex. 20:4-6. Recordemos a Abraham, Lot, Jacob, Elcana, David y Salomón. Las consecuencias de sus pecados afectaron algunas veces a muchas generaciones, aun hasta el presente.
Al morir Gedeón, Israel dejó a Dios otra vez y se prostituyó tras Baal-berit. También olvidaron su agradecimiento al juez que los había liberado y a su familia.
Es bueno enfatizar que en el Libro de los Jueces apenas se menciona el Tabernáculo, a los levitas como los maestros del pueblo, a los sacerdotes, a los ancianos que gobernaban las tribus, la lectura del Pentateuco, las fiestas nacionales instituidas en la Ley y otros medios por los cuales se mantuviera la enseñanza y la devoción a Dios.
Los focos de cananeos no eliminados ni sometidos, los accidentes geográficos y posiblemente un sistema muy flojo en el sacerdocio y en la enseñanza, son factores que explican la apostasía generalizada en Israel.
La Iglesia de hoy debe dar gran énfasis a la enseñanza sólida de la Palabra de Dios.
Vs.1-3. Abimelec, cuyo nombre significa “mi padre un rey”, se aprovechó de la petición de los israelitas a Gedeón, su padre, de que reinara sobre ellos, Jue. 8:22. Fue a Siquem, donde vivían sus hermanos y parientes maternos, y les pidió preguntarle al pueblo qué prefería: ser gobernado por los setenta hijos de Gedeón (o Jerobaal), o por él, que era hueso y carne de ellos. Su madre, la concubina de Siquem, posiblemente era cananea, así como la mayor parte de esa ciudad. El usurpador logró su propósito: “el corazón de ellos se inclinó a favor de Abimelec”.
Vs. 4-5. Los de Siquem aun le proveyeron setenta ciclos de plata (1.7 libras) del templo de Baal-berit, con los que contrató a malhechores que le ayudaron a matar a sus hermanos de padre que vivían en Ofra. Sólo logró escapar Jotam el menor.
V. 6. Tras la matanza, los de Siquem y los de Milo proclamaron a Elimelec como su rey. Siquem era una ciudad importante; allí Josué e Israel habían renovado el pacto de seguir a Dios y sus leyes y levantado una piedra como memorial, Jos. 24:21-27.
Vs. 8-21. Jotam recitó una parábola (una ilustración de una historia con una lección moral) diciendo que personas más dignas no habían aceptado reinar sobre Israel, pero que la más indigna sí lo había demandado. No se condena tener un rey, sino que alguien indigno como Abimelec lo sea. Los hijos de Gedeón, incluyendo a Jotam, habrían sido una elección más deseable, aunque no se dice allí claramente.
Los árboles decidieron elegir un rey e invitaron sucesivamente al olivo, a la higuera y a la vid. Cada uno se excusó: el primero dijo que no podía dejar su labor de honrar a Dios y a los hombres para ser rey; la segunda dijo que no podía dejar de ofrecerse como un buen fruto con su dulzura; la tercera dijo que no podía dejar su vino con que alegra a Dios y a los hombres. Finalmente, invitaron a la zarza, la cual sin vacilar aceptó e invitó a todos a refugiarse bajo su sombra.
Jotam les dice finalmente, que si habían actuado bien al elegir a Abimelec y habían agradecido a Gedeón por exponer su vida al librarlos de Madián, que disfrutaran de su rey y él de sus súbditos. Pero que si no, que saliera fuego de Abimelec contra Siquem y Milo, y que de éstas saliera fuego para consumir a su rey.
Acabado su discurso, Jotam escapó y se escondió de Abimelec.
Vs. 28-29. Los de Siquem siguieron a Gaal, quien había llegado con sus hermanos a Siquem retando la autoridad del rey e instando a la gente a sublevarse.
Vs. 30-41. Zebul, gobernador de Siquem, lo hizo saber al rey y le aconsejó tomar la ciudad por sorpresa. Gaal salió de la ciudad para enfrentar a Abimelec, pero fue finalmente derrotado por éste. Al regresar a la puerta, Zebul expulsó a Gaal y a sus hermanos de la ciudad.
Vs. 46-49. Cuando los restantes hombres de Siquem se refugiaron en la fortaleza del templo de su dios Berit, Abimelec pidió a su gente cortar leña y ponerla alrededor de la fortaleza. La encendieron y así murieron los que estaban adentro refugiados.
La predicción de Jotam se cumplió: Abimelec dio muerte a muchos de sus anteriores seguidores y una mujer de entre ellos le dio muerte a él.