LECTURA PARA PREPARAR LA LECCIÓN: Jueces capítulos
13 y 14.
LECTURA DEVOCIONAL ANTES DE INICIAR LA CLASE: Números
6:1-12.
VERSÍCULO PARA RECORDAR: Jueces 13:8.
PROPÓSITO DE LA LECCIÓN
Recordar a los padres de familia la gran responsabilidad de inculcar las enseñanzas de la ley de Dios en sus hijos, para que Dios los use adecuadamente.
A. INTRODUCCIÓN (Jueces 13:1)
V. 1. Una vez más “Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová”. Esta vez, el azote les vino por parte de sus vecinos del sur: los filisteos.
Vs. 4-5. Se le prohibió tomar vino, sidra y comer cosas inmundas. El niño tampoco debería hacerlo, pues sería un nazareo como se estipulaba en Núm. 6:1-21. El voto de nazareato incluía abstenerse de beber licor, de comer productos de la vid, de alimentos inmundos, de acercarse a cuerpos muertos y de rasurarse el cabello. Era voluntario y temporal, pero a Sansón se le impuso de por vida y aun antes de nacer.
Vs. 6-7. La esposa de Manoa le dijo a éste que un ángel de Dios, “temible en gran manera”, se le había aparecido. No le había preguntado su nombre, ni él lo había dicho tampoco. Le contó también del voto de nazareo de su hijo por toda la vida.
Vs. 8-14. Manoa oró a Dios que se les apareciera el ángel otra vez para decirles qué hacer con el niño. Cuando se le apareció a la mujer de nuevo en el campo, ella corrió a buscar a su esposo. Manoa le preguntó si él era el mismo y el ángel respondió que sí; y al inquirir sobre cómo criar al niño, el ángel les repitió las reglas del nazareo.
Vs. 16-18. El ángel rehusó comer y le aconsejó ofrecerlo en sacrificio a Jehová. Entonces entendió Manoa que era un ángel de Dios, y al preguntarle su nombre el ángel respondió que era Admirable.
Vs. 19-21. Manoa ofreció el cabrito y una ofrenda de trigo, posiblemente sobre un altar de piedra. Mientras se quemaba la ofrenda, el ángel subió en la llama ante sus ojos y ellos se postraron. Manoa entendió plenamente que era el ángel de Jehová.
Vs. 22-23. Al darse cuenta de que habían visto una “teofanía”, o revelación visible de la deidad en forma angelical, Manoa pensó que morirían, recordando Ex. 33:20. Pero su mujer, quien ya había visto antes al ángel, sabiamente razonó que si Dios hubiera querido matarlos, no les hubiera anunciado el nacimiento del niño ni abría aceptado el holocausto.
V. 24. Nació el niño nació y fue llamado Sansón; creció y fue bendecido por Jehová.
V. 25. Este versículo es una introducción de las hazañas que luego realizaría.
Vs. 1-3. En Timnat, Sansón se sintió atraído por una filistea y, al regresar a casa, pidió a sus padres que hicieran los arreglos para tomarla como su esposa. La ley prohibía a los israelitas casarse con gentiles, Ex. 34:15-16; Deut. 7:3. Al aconsejarle sus padres que buscara esposa entre las hijas de Israel, él insistió y les rogó que obtuvieran a la filistea para él.
Los únicos incircuncisos en la región eran los filisteos. Los demás pueblos vecinos sí practicaban la circuncisión, pues descendían de Abraham o de su familia: los moabitas y los amonitas descendían de Lot; los edomitas descendían de Esaú (Edom), nieto de Abraham; los madianitas descendían de Madián, hijo de Abraham y Cetura. Entre éstos era un rito de iniciación a la pubertad o prematrimonial. En Egipto lo practicaban los sacerdotes y altos oficiales del gobierno. Sólo en Israel era la circuncisión el símbolo del pacto entre Jehová y su pueblo.
V. 4. El padre era la cabeza de la familia y, como tal, era el sacerdote y el que ejercía pleno control sobre todos sus miembros. Esto incluía escoger a sus esposas. Por ello Sansón insistió en que su padre pidiera a la filistea. El autor del Libro de los Jueces, al ver todo esto muchos años después, lo consideró como algo permitido por Dios para castigar a los filisteos.
Vs. 5-6. Cuando Sansón y sus padres fueron a Timnat, el joven se apartó un tanto de ellos y un león lo atacó. “El Espíritu de Jehová vino sobre Sansón” y con sólo sus manos despedazó a la fiera. Posiblemente los filisteos ya habían aplicado su política de confiscar todas las armas a los israelitas. Del incidente no dijo nada a sus padres.
Vs. 7-9. Sansón habló a la mujer filistea y ésta le agradó. Días después, al ir a juntarse con ella, vio que en el cuerpo muerto del león, había un panal. Al aproximarse a un cuerpo muerto, tuvo en poco su voto del nazareato. Comió miel y les dio a sus padres, pero no les dijo de dónde lo había sacado, talvez para evitar ser reprendido por su acción.
Vs. 10-11. Según la costumbre, Sansón hizo un banquete de bodas. Era quizá un tipo de matrimonio inferior al matrimonio normal en Israel, en el cual la esposa, una viuda o divorciada, continuaba viviendo en la casa de sus padres y el esposo la visitaba con frecuencia trayéndole presentes. Lo practicaban algunos pueblos en la región. Los treinta compañeros que los filisteos llamaron para estar con Sansón, o eran guardaespaldas para protegerlos del ataque de merodeadores buscando un fácil botín, o eran seguridad para protegerse de cualquier ataque del mismo Sansón.
Vs. 12-13. El banquete duraba siete días y al final se consumaba el matrimonio. Sansón propuso una adivinanza y una apuesta. Si la resolvían, él les pagaría con sesenta vestidos. Si no la resolvían, los filisteos le pagarían a él.
Vs. 14-15. Una copla contenía el acertijo y los jóvenes no pudieron resolverlo en los primeros tres días. Entonces amenazaron a la novia con quemarla a ella y a la casa de su padre, para que les descubriera la solución.
Vs. 16-18. Con lágrimas ella trató de obtener el secreto de Sansón, pero éste se excusó diciendo que no lo había confiado ni a sus padres. Al fin, por medio de más lágrimas, obtuvo la respuesta y la declaró a sus amigos. Así, antes de concluir el séptimo día los filisteos dieron la solución al acertijo.
Vs. 19-20. Dios llenó a Sansón con su poder y en Ascalón mató a treinta hombres para pagar la apuesta. Luego, enojado y frustrado, se fue a la casa de su padre. El suegro, ofendido porque Sansón había hecho llorar a la novia, porque había provocado amenazas de muerte sobre su familia, y porque se había ido enojado y sin consumar el matrimonio, anuló éste y dio a su hija al mejor amigo de Sansón.
Los santos ángeles de Dios descritos en la Biblia tienen estas características:
Las películas y novelas los presentan con nombres, como amigos, como personas comunes y corrientes que no infunden reverencia, con defectos, que a veces no se comportan de acuerdo con la moral cristiana, cumplen con sus supuestas misiones y desaparecen. Esta clase de ángeles están confundiendo a muchos. El fin de esta enseñanza de la Nueva Era es que las personas se familiaricen con los ángeles, pero no los santos ángeles de Dios, sino los ángeles caídos. ¡Cuidado!