LECTURA PARA PREPARAR LA LECCIÓN: Jueces caps. 15 y 16.
LECTURA DEVOCIONAL ANTES DE INICIAR LA LECCIÓN: Hebreos
12:4-11.
VERSÍCULO PARA RECORDAR: Hebreos 12:6.
PROPÓSITO DE LA LECCIÓN
Enseñar que Dios en su soberanía puede usar a hombres inconstantes e impetuosos como Sansón para cumplir sus propósitos.
A. INTRODUCCIÓN
Para aplacar a Sansón se le ofreció la hermana menor, quien era más hermosa. El no aceptó y sólo tuvo un nuevo pretexto para vengarse de los filisteos.
Vs. 4-5. Cazó 300 zorras, amarró las colas de cada pareja y una antorcha a cada una. Luego las soltó entre el trigo ya cosechado, y por los trigales, las vides y los olivares.
Vs. 6-8. Al descubrir que había sido Sansón enojado por la acción de su suegro de darle su esposa a otro, los filisteos quemaron a la mujer y a su padre, considerando que éste había actuado apresuradamente. Aunque la mujer había escapado de morir quemada con su padre al averiguar la respuesta al acertijo, Jue. 14:15, finalmente murió así. Esto provocó de nuevo la ira de Sansón, quien se vengó causándoles otra gran mortandad. Luego se refugió en una caverna.
Vs. 11-13.Tres mil de Judá fueron a la cueva de Etán a reclamar a Sansón por causarles problemas con los filisteos. El se excusó diciendo que sólo había hecho lo mismo que aquellos. Al decirle que iban para capturarlo y entregarlo, Sansón los hizo jurar que no lo matarían. Se dejó amarrar con lazos nuevos y bajó con ellos.
V. 14. Pero, cuando los filisteos salieron a encontrarlo, el Espíritu de Jehová vino sobre él y reventó los lazos.
V. 15. Con una quijada de asno fresca aún, mató a mil filisteos, mientras los de Judá sólo fueron testigos de la masacre. Ni esa nueva derrota de los filisteos movió a los de Judá a pelear para librarse de ellos.
Vs. 16-17. Sansón recitó una copla para celebrar su hazaña, y para recordarla llamó aquel lugar “Cerro de la quijada”.
Vs. 18-19. Luego, cuando moría de gran sed, oró a Dios por agua para calmarla. Su queja nos recuerda la de Elías cuando huía de Jezabel. Milagrosamente Dios le abrió un vertiente en el cual Sansón bebió y recobró el ánimo.
V. 20. Sansón juzgó a Israel veinte años. Su obra estuvo alejada de funciones judiciales, y sus hazañas las realizó sólo él, en el área de Dan y Judá dominada por los filisteos. Posiblemente fue contemporáneo de Abimelec y Jefté, sin haber tenido contacto con ellos.
V. 1. Sansón fue a Gaza, la ciudad filistea más al sur y se juntó con una prostituta.
Vs. 2-3. Como su fama infundía temor, lo acecharon toda la noche a la puerta de la ciudad esperando el amanecer para matarlo. Pero a medianoche, cuando talvez ya habían descuidado la guardia, Sansón se levantó, arrancó las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, y las llevó hasta la cumbre de un monte.
Vs. 6-9. Ella procedió a cumplir con su misión y le preguntó a Sansón cómo podrían dominarlo. El la engañó diciéndole que con siete juncos verdes. Cuando ella lo amarró con siete juncos verdes, y le gritó que los filisteos lo atacaban, Sansón rompió los juncos con facilidad.
Vs. 10-12. Intentó de nuevo y él la engañó diciéndole que con cuerdas nuevas. Cuando ella trató con cuerdas nuevas, de nuevo Sansón las rompió.
Vs. 13-14. Al insistir ella, él la engañó por tercera vez diciéndole que tejiera siete mechones de su largo pelo con tela, y las clavara al suelo con una estaca. Sansón logró zafarse otra vez.
Vs. 15-17. Dalila le suplicó con lágrimas, acusándolo de que no la amaba y de que la había engañado. Sus lágrimas suavizaron a aquel hombre fuerte, como lo había hecho ya antes la mujer de Timnat. Sansón fue seducido y le descubrió el secreto de su voto de nazareo. Ya había tocado un cuerpo muerto, y es probable que en su vida de fiestas y mujeres haya bebido licor; sólo le quedaba el signo más visible: su larga cabellera. Le reveló a Dalila que nunca se había rapado la cabellera.
V. 18. Dalila llamó a los príncipes de los filisteos y éstos trajeron el dinero. Luego hizo que Sansón se durmiera sobre sus rodillas y llamó a un hombre para que lo rapara. Al grito de alarma de ella, Sansón despertó esperando escapar nuevamente, pero ya Jehová se había apartado de él.
Debe aclararse que no fue meramente el acto de cortarle el pelo lo que debilitó a Sansón, sino el haber roto su voto al revelar que el símbolo de éste era su cabello largo, a sabiendas de que le sería cortado y perdería así la bendición de Dios para él.
V. 21. Sansón fue capturado; le sacaron los ojos y lo llevaron a Gaza. Allí lo encarcelaron, fue encadenado y obligado a moler grano en un molino de piedra, el cual era un trabajo humillante hecho generalmente por las mujeres.
V. 22. Al pasar los días su cabello empezó a crecerle nuevamente.
Vs. 25-27. Al estar ya embriagados, sacaron a Sansón de la cárcel para divertirse con él y escarnecerlo. Lo pusieron entre las columnas y se burlaban de quien antes les había infundido pavor. El que había matado a miles era guiado ahora por un joven, a quien Sansón pidió que lo pusiera sobre las columnas principales que sostenían toda la estructura del templo. Allí lo puso sin sospechar el astuto plan de Sansón. Se hallaban en el recinto muchas gentes: los príncipes de los filisteos, y unos tres mil hombres y mujeres burlándose de su enemigo ahora prisionero y ciego.
V. 28-30. Sansón oró a Dios como talvez nunca antes en su vida, llamándolo con sus varios nombres en hebreo: Adonai, Yahweh, Elohim. Le pidió ayuda para vengarse de los filisteos por haberle sacado los ojos. El restaurar arrepentido su comunión con Dios le devolvió su fuerza, no el hecho de que le creciera el cabello de nuevo. Sansón ejerció toda su fuerza para derribar las dos columnas principales, mientras gritaba: “Muera yo con los filisteos”. La casa se desplomó y mató así a todos, que eran más que los que había matado hasta entonces.
V. 31. Sus hermanos y familiares lo sepultaron cerca de su ciudad natal.