LECCIÓN No. 13 (regresar
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JESÚS ES RECHAZADO Y CRUCIFICADO
PARA ESTUDIO: Marcos 14:43 al 15:41.
LECTURA DEVOCIONAL: Isaías 53.
TEXTO PARA MEMORIZAR: I Pedro 2:24.
PROPÓSITO
Consagrarnos al servicio de nuestro Salvador, al ver el sacrificio
que Él hizo por nosotros.
OCASIÓN
Los primeros sucesos de esta lección tomaron
lugar la misma noche del arresto de Jesús. Los sacerdotes
estaban listos a aquellas horas de la noche para juzgarle y condenarle
como su verdadera víctima, aunque en realidad Él llegaba
victorioso. Hubo falsos testimonios que le acusaron torciendo la
verdad, y también la pregunta del sumo sacerdote sobre si Él
era el Cristo, lo cual fue usado para acusarle de blasfemia. Jesús
no lo ocultó en esa hora; confesó ser el Cristo, el prometido
de Dios, y eso aumentaba la culpabilidad de sus acusadores, porque le acusaban
teniendo conocimiento de su identidad.
También le llevaron ante Pilato, pero hasta
después de haber sido confirmada la sentencia por ellos y por el
Sanedrín. Ellos le agregaron la acusación de sedición
contra el gobierno romano, creyendo así agregar seguridad a su pena
de muerte. Pilato al entrevistarlo no encontró ninguna culpabilidad
en él, y le envió al rey Herodes, quien le retornó
nuevamente a Pilato. Este hizo muchos esfuerzos por soltarle, pero
todos le fueron en vano, porque todos pedían su crucifixión,
y que en cambió les entregaran libre a Barrabás, hombre que
había sido condenado a morir por una insurrección contra
el gobierno. A Jesús le coronaron con espinas, le escupieron,
se burlaron de Él y le condujeron al Gólgota, el lugar de
los criminales sentenciados a muerte.
EXPOSICIÓN DE LA LECCIÓN
Las últimas palabras de Jesús: “Padre,
en tus manos encomiendo mi espíritu” son muy significativas.
Querían decir que Él estaba en ese momento para morir voluntariamente.
Fue Él mismo quien entregó su espíritu; no lo mataron,
aunque, por supuesto, eso es lo que ellos trataron de hacer, y son culpables
de ello. PERO Jesús había venido para morir y obrar
nuestra redención, lo cual hizo de sí mismo. Tres días
más tarde estuvo levantándose de los muertos, ganando gran
victoria contra la muerte. El aguijón de la muerte llegó
a ser derrotado, y nuestra redención un hecho.
I. ACUSADO DE CONSPIRACIÓN Y SABOTAJE (Marcos 14:55-59)
Judas traicionó a Jesús y le entregó
con un beso. Luego los soldados le llevaron ante el sumo sacerdote
y otros sacerdotes principales, ancianos y escribas. Esta era una
reunión ilegal, porque la ley no permitía que el Sanedrín
se reuniera de noche bajo ninguna circunstancia. Además, decía
la ley que cuando llevaran a juicio a un prisionero, no podían sentenciarle
el mismo día. Sin embargo, ellos estuvieron prontos a hacerlo,
procurando que sus planes malignos tuvieran efectos contra Él.
Pero aun los testigos falsos se contradecían en sus acusaciones.
Le acusaban de conspiración y sabotaje diciendo que Él había
dicho que botaría el templo y que lo levantaría de nuevo.
Pero, más bien, Jesús les dijo a ellos que destruyeran “este
templo”, refiriéndose a su propio cuerpo, y Él estaría
listo a reconstruirlo en tres días. De modo que la acusación
no era verdadera. La ley judaica requería que por lo menos
dos testigos hablaran acordemente las acusaciones correspondientes, pero
en este caso todos se contradecían y no podían ponerse de
acuerdo.
PREGUNTAS
-
Lea Marcos 13:2 y Juan 2:18-22 y muestre la mala interpretación
que ellos hicieron de las enseñanzas de Jesús.
-
¿Puede recordar algún caso usted en su iglesia cuando haya
sido condenado un justo por causa de alguna acusación falsa presentada
en su contra? ¿Qué podemos hacer para evitar esos casos?
II. ACUSANDO DE BLASFEMIA POR EL SUMO SACERDOTE (Marcos 14:60-65)
Los testigos falsos hablaban mucho acusando a Jesús,
pero Él permanecía sin decir palabra. ¿No era
esto lo que había profetizado Isaías en el capítulo
53 y versículo 7? El sumo sacerdote estaba buscando alguna
forma de justificación para la sentencia que estaba presto a pronunciar,
pero los testigos no servían de nada porque se contradecían
entre sí. Por eso, trató de sacar palabra de Jesús,
y le preguntó: “¿Eres tú el Cristo?” Esa fue
la oportunidad de declararles su identidad, y así lo hizo Jesús.
No habló esta vez en parábolas, sino que con claridad le
dijo que Él era. De esta manera no podría tener más
excusa de tratar de rechazarle. Pero como sus corazones estaban llenos
de maldades, prefirieron acusarle más. Su declaración
hizo que Caifás le condenara según él, por haber “blasfemado”
públicamente. Esta fue la hora también cuando Pedro
estaba en el patio negando al Señor. Pero Jesús les
testificó: “Y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra
del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo”. Pero, ¡ha
gran calamidad! Cuando vean al Señor sentado a la diestra
del poder de Dios ya será muy tarde. Ellos lamentarán
mucho por no haber escuchado las palabras de Cristo.
PREGUNTAS PARA DISCUTIR
-
Lea Marcos 14:1-24 y enumere todos los pasos en el juicio hecho a Jesús
ante el Sanedrín, ante Pilato, ante Herodes, nuevamente ante Pilato
y luego ante el Gólgota.
-
Muestre cómo muchos permanecen crucificándole en nuestros
días.
III. CRUCIFICADO POR LOS PECADOS DEL MUNDO (Marcos 15:24-27)
La hora tercera equivale a las nueve de la mañana,
la hora cuando le crucificaron. Los judíos contaban las horas
comenzando a las seis de la mañana. Le crucificaron con un gran
sentir de envidia y odio porque había siempre condenado su hipocresía
religiosa y abogado por la justicia. Para mayor humillación,
le crucificaron en medio de dos ladrones, como a manera de igualarle con
ellos. Luego echaron suerte sobre sus vestidos; especialmente sintieron
lástima de partir su túnica, porque ésta era de una
sola pieza, y prefirieron rifarla entre ellos. Pero Pilato escribió
sobre la cruz su causa: “El Rey de los Judíos”. Por supuesto
que Él es Rey de reyes y Señor de señores. Él
reconoció que sí en verdad Jesús era el Rey de los
Judíos, pero que por envidia ellos le habían condenado.
Sólo una cosa le faltó reconocer, que Él no sólo
es Rey de los judíos, sino quien reinará para siempre sobre
todas las naciones. Fue allí donde Él entregó
su vida voluntariamente para obrar nuestra salvación.
PREGUNTAS PARA DISCUSIÓN
-
Busque y lea la profecía que se refiere a que echaron suertes sobres
sus vestidos.
-
¿Por qué le fue colocado el título “El Rey de los
Judíos?
-
¿Por qué fue crucificado Jesús entre dos ladrones.
REFLEXIÓN
-
No era tanto Jesús quien estaba aquel día, sino la raza humana.
-
El problema no es que los hombres no puedan creer, sino que no quieren
creerlo.
-
Judas traicionó a Jesús públicamente, pero muchos
en nuestros días le traicionan secretamente llevando una cubierta
de religión con vidas mundanas.
ILUSTRACIÓN
“CRISTO MURIÓ POR BARRABÁS”
Seguramente algunos de nuestros lectores han visto la película
intitulada “Barrabás”. Es interesante notar en ella que se
amplían bastante las probables actitudes de Barrabás, el
ladrón sedicioso que soltaron en vez de Jesús. Su vida
fue una de sorpresa desde aquel momento cuando le dieron libertad.
Él reconocía que había sido un malvado, y ahora quedaba
impune. A la vez, miraba cómo llevaban a Jesús, un
Hombre justo, que sólo hacía bien. Le llevaron a la
cruz, le crucificaron, y Barrabás observaba de lejos. ¡Qué
ingratitud! – sintió él para sí!– ¡Cómo
le pagaron a quien bien hizo, y a mí me han dejado libre!
Sí, aunque no lo diga la Biblia en forma clara, Cristo murió
por Barrabás en todo sentido. Él fue sentenciado en
vez de Barrabás, y también entregó su vida para darle
salvación. Cristo Jesús vino a buscar y a salvar lo
que se había perdido. El vino a dar su vida por Barrabás
y por toda persona como usted y yo.
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