TU ERES EL CRISTO
PARA ESTUDIO: Mateo 16:13-23; Isaías 42:1-4; Romanos 10:1-13.
LECTURA DEVOCIONAL: Salmos 79:7-14.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Mateo 16:16.
LECTURAS DIARIAS
LUNES: Del Lado de Dios. Mateo 16:13-23.
MARTES: Mi Siervo, mi Escogido. Isaías 42:1-12.
MIERCOLES: Yo les Doy Testimonio. Romanos 10:1-10.
JUEVES: Te Mando que te Esfuerces. Josué 1:1-10.
VIERNES: A Favor de Cristo. II Corintios 5:14-21.
SABADO: Heme Aquí. Isaías 6:1-8.
DOMINGO: El Señor me Libró. Salmos 18:16-24.
PARA DISCUSION Y ESTUDIO
1. ¿Es factible probar la experiencia cristiana desde un
punto de vista científico? Discuta.
2. Si el fin de la ley es Cristo, ¿quiere decir que ya
nosotros no tenemos que cumplir la ley? Discuta.
3. Explique la relación del corazón a la boca en
la experiencia de la salvación.
4. ¿Qué sucede con los que tratan de establecer
su justicia propia? Comente.
PROPOSITO DE LA LECCION
Recalcar cómo Cristo se enfrenta con cada hombre desafiándolo
a una decisión personal y consagración.
EXPOSICION DE LA LECCION
INTRODUCCION
Nuestra lección de hoy, trata con la Gran Confesión. Cristo se estaba acercando a uno de los puntos más críticos de su ministerio. La frase "Desde entonces", aparece dos veces en Mateo y sugiere un bosquejo para todo el libro (Mateo 4:17 y 16:21). A continuación presentamos el bosquejo.
I. El Rey (Mateo 1:1-4:16)
II. El Plan del Rey (4:17-16:20)
III. La Pasión del Rey (Mateo 16:21-28:20)
En la lección de hoy nos acercaremos al segundo punto de transición entre el plan de predicación de Jesús y su pasión. Si todas las palabras de Cristo estaban llenas de seriedad y dignidad, estas estaban llenas de reverencia. La razón: aquellos hombres que habían escuchado la incomparable predicación de su Maestro, que habían presenciado sus obras milagrosas, ahora debían prepararse para verlo morir. Este es con frecuencia el punto más severo de prueba que cada cristiano está llamado a soportar, el mirar con paciencia el sufrimiento de alguno de nuestros seres amados. Aquellos discípulos todavía no estaban listos a pasar por aquella prueba. Por lo tanto el viaje a Cesarea era una obligación.
Cesarea de Filipo no era un punto ordinario en viaje del Maestro.
Las palabras "Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo",
a primera vista no tiene un valor muy significativo; pero cada kilómetro
de aquel camino era importante, cada hora gastada en aquel viaje, vislumbraba
la posibilidad de la derrota, pero también las esperanzas de un
triunfo emocionante.
I. EL MEDIO AMBIENTE DE LA DECISION
(Mateo 16:13)
¿Cuál es la decisión de un medio ambiente adecuado y una decisión exitosa?
1. ¿POR QUE CESAREA DE FILIPO?
Esta ciudad se encontraba situada a unos 40 kilómetros del Mar de Galilea, en una meseta que se levanta a unos cuatrocientos metros sobre el nivel del mar. Debido a su altura, Cesarea de Filipo era un lugar de recreo y descanso para los que vivían en niveles tan bajos de los alrededores del Mar de Galilea.
La Gran Confesión, fue un incidente que sucedió en Cesarea de Filipo o en los alrededores, fue un punto decisivo en la revelación mesiánica de nuestro Señor. Alan M'neile dice, "El ministerio público en Galilea estaba para tocar su fin, y el camino hacia la cruz pronto principiaría; esperaba acercar a sus discípulos a él más que nunca antes".
Parece haber por lo menos tres razones para que el Señor escogiera aquel lugar para tomar tan grande decisión. Primero, la altitud. Los discípulos estarían libres de las molestias e incomodidad del calor sofocante de las tierras tan bajas del Mar de Galilea. Es sorprendente cómo el Señor escogió lugares elevados para sus grandes momentos de decisión (Mateo 5:1; 17:1). Segundo, aquel lugar estaba aislado. Cristo llevó a los discípulos fuera del murmullo y ajetreo de las multitudes y vendedores. Ellos necesitaban un retiro espiritual, "para ver el vestido de sus almas". Grandiosos discernimientos espirituales por lo general están relacionados a períodos de completa quietud y soledad.
Tercero, Cesarea de Filipo les ofrecía descanso.
Esta es una de las pocas veces que el Señor tomó un viaje
de vacaciones con todo su grupo. El Señor quería que
sus discípulos refrescaran sus almas, que sus tensos nervios recibieran
descanso, y que sus mentes se despejaran. Cristo Jesús tomó
el medio ambiente apropiado para hacer una gran decisión espiritual.
Seríamos sabios si nosotros tomamos oportunidades similares de vez
en cuando.
II. ACERCANDOSE A LA DECISION
(Mateo 16:14)
¿En qué forma reveló el Señor sabiduría divina al considerar la Gran Confesión?
1. "¿QUIEN DICEN LOS HOMBRES?" (v. 13)
El momento de la verdad había llegado; el medio ambiente era propicio. Ahora él hacía la pregunta directa y claramente, "Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?" Esta era una invitación a una respuesta honesta. El Señor realmente estaba diciendo, "¿Qué es lo que la gente dice acerca de mí?" Muy pocos de nosotros buscamos esa clase de información de nosotros, generalmente no tenemos el valor de hacerlo. Cristo no estaba haciendo esa pregunta sencillamente porque quisiera recibir cierta información, ya que él conocía el pensamiento de los hombres. El quería saber si sus discípulos escuchaban la reacción de la gente. Si ese era el caso, él quería saber si ellos mismos habían sacado conclusiones espirituales de sí mismos. El Señor estaba conduciendo aquellos hombres al momento de gran decisión.
2. "UNOS DIJERON" (v. 14).
No se nos dice específicamente quiénes dijeron,
pero es revelador el significado de su respuesta. "Unos, Juan el
Bautista", tal vez porque él también recalcaba el arrepentimiento
en su predicación. "Otros Elías", tal vez por el conocimiento
del pasaje de Malaquías 4:5 en el que se había prometido
la aparición de Elías "antes que venga el día de Jehová,
grande y terrible". "Otros, Jeremías", por la similaridad
que Cristo tenía con el profeta lleno de compasión y amor
para su pueblo. "O alguno de los profetas", por su predicación
temeraria y con énfasis profético.
III. LA GRAN CONFESION
(Mateo 16:15-16)
¿Qué características de Cristo se dejan ver en su escrutinadora pregunta?
1. ¿"VOSOTROS, ¿QUIEN DECIS QUE SOY YO" (v. 15)
El momento para lo cual había estado preparando a los discípulos había llegado. Con un tacto sobresaliente y abierta franqueza, él les hizo la pregunta, "¿Quién decís que soy yo?" Aquella pregunta implicaba no sólo lo que ellos pensaban en lo privado, sino lo que ellos decían de él cuando estaban con otras personas.
2. "TU ERES EL CRISTO" (v. 16)
La respuesta fue magnífica. Las palabras "Tú eres el Cristo", fueron enunciadas por los labios de Pedro, quien habló por todo el grupo. Adam Clarke dice acerca de ésta confesión: "Cada palabra es enfática, concisa, y sin embargo, la más comprensiva declaración de fe".
Veamos o consideremos la confesión en detalle. El Cristo habla de su oficio, el Mesías, el Ungido de Dios.
El Hijo, nos habla de su persona. Para un judío el declarar que Dios había enviado a su Hijo al mundo era una doctrina iluminadora y sorprendente.
"DEL DIOS VIVIENTE". Esa era su estirpe, su genealogía. Parece que Pedro tenía en mente el término Jehová, el cual los judíos usaban con profunda reverencia y temor. Quería decir el Eterno, el Omnipotente, EL YO SOY.
Tan majestuosa era aquella confesión, que Jesús explotó con "Bienaventurado eres". Esta palabra bienaventurado es una promesa abundante de las bienaventuranzas, las cuales los discípulos conocían tan bien.
Al mismo tiempo que Jesús estaba satisfecho con la profesión
de Pedro, el Maestro le recordó que aquella confesión había
sido el producto de una revelación divina. Sólo por
medio de la revelación divina, los hombres pueden llegar a conocer
a Cristo. Con cuanta razón Pedro más tarde escribiría
que los escritores de las Escrituras habían "sido inspirados por
el Espíritu Santo" (II Pedro 1:21).
IV. EL RECONOCIMIENTO DIVINO
(Mateo 16:17-20)
1. LA ROCA SOBRE LA CUAL CRISTO EDIFICARIA SU IGLESIA
Cristo Jesús le había cambiado el nombre a Pedro (Juan 1:42). Se derivaba del griego petros que significa piedra, aunque un fragmento, o un pedazo de pierda aislado. Sin embargo, la palabra roca viene del griego "petra" que significa una gran masa de piedra. Es probable que Jesús haya usado esas palabras porque ahora se encontraba en un territorio donde se hablaba griego. Algunos eruditos sugieren que la palabra roca, tiene conexión con la fuerza de la Gran Confesión, mientras que "petros" hablaba de Pedro como un pedazo de piedra, que fácilmente se separa y hasta puede ser causa de tropiezo.
2. "EDIFICARE" (v. 18)
La palabra iglesia significa o se refiere a los llamados. Este término se usa sólo dos veces en los evangelios (Mateo 18:17). Pedro era uno "de los llamados" y no pudo haber sido el fundamento para toda la congregación o la iglesia cristiana en general como algunos grupos religiosos lo proclaman.
3. "LAS PUERTAS DEL HADES" (v. 18)
Se piensa que esta frase quiere decir "los poderes de la muerte". Los discípulos experimentarían la muerte, pero pasarían por ella con victoria. Esta expresión también puede estar relacionada con las fuerzas de maldad que se oponen al reino de Cristo.
Otros piensan que "las puertas" se refieren a la costumbre judía
de tener sesiones del concilio de gobernantes a las puertas de la ciudad.
Cristo nos asegura que el mejor de los planes del concilio del mal no podrá
derrotar a la iglesia. En proporción directa con la claridad
de la proclamación del evangelio, las puertas del reino están
abiertas de par en par. Las llaves del reino de los cielos son dadas
a todos los que presenten el evangelio de Cristo (v. 19). Pedro fue
un ejemplo espléndido de esta promesa. Hechos 2:14-41 y 10:34-38
prueban claramente este punto.
V. EL CASTIGO DIVINO
(Mateo 16:21-24)
¿En qué sentido fue Pedro una ofensa para Jesús?
"QUITATE DELANTE DE MI"
El cielo brillante de las promesas fue oscurecido de pronto. Al anunciar el Señor la jornada del calvario, Pedro firme y ansiosamente lo asió como si quisiera librarlo de caer a un profundo desfiladero. Entonces el Señor con sincero candor le dice "¡Quítate de delante de mí, Satanás!" ¿En dónde estaba el Pedro de la Gran Confesión? Aquel que hacía un momento había sido llamado bienaventurado, ahora era llamado "Satanás". Pedro es un individuo completamente humano. Aquellos que tratan de deidificarlo deben leer Mateo 16:18 y 16:22 juntos.
La visita a Cesarea de Filipo había terminado. El
grupo de seguidores se empezó a retirar lentamente del remanso espiritual.
Pero lo que habían presenciado nunca se les olvidaría.
Fue allí donde escucharon las palabras de la Gran Confesión
por primera vez y las creyeron en su corazón.
CONCLUSION
Las palabras Mesías, el "Ungido" y el "Cristo", son afines. Los discípulos necesitaban la interrogación de nuestro Señor "¿qué dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?" Y, avanzando, más adelante a ellos mismos "¿Y vosotros, quién decís que soy?" No hay duda que todos los hombres se ven ante una interrogación parecida: ¿qué dices tú de Cristo?
Para algunos, era sólo alguien importante; para otros, un profeta, un hombre bueno, un Maestro; pero lo que les salvaría a ellos y a nosotros era la opinión y actitud personal hacia Cristo.
Me parece que Pedro con su acostumbrada intrepidez estaba hablando en nombre de los demás: "Tú eres el Cristo, el Mesías, el Prometido por los patriarcas y profetas como el Cordero de Dios, el Hijo del Dios viviente". Era la actitud mental, espiritual, correcta.
Después de haber contemplado y sido testigos de los milagros tremendos de Cristo en los cuales en ocasiones habían sido participantes directos. Después de haber escuchado las palabras: "ningún hombre ha hablado como este hombre", a menos que estuvieran ciegos, tenían que reconocer las Escrituras y a Aquel que era el cumplimiento de ellas.
Muy importante es notar que Cristo respondió a Pedro: "Mi
Padre te lo ha revelado"; porque es Dios mismo, Su Santo Espíritu
que revela al Cristo en el Corazón. La carne, la sangre, la
erudición, el conocimiento escritural, no podrán hacerlo;
pero sí, el mismo Dios que lo hará para salvarnos y traernos
al evidente conocimiento de la verdad. Todavía él quiere
revelarse al corazón del hombre dispuesto. Y cuando se toma
esa actitud, con humillación y sinceridad, él se manifiesta
corroborando su palabra al alma humana para sí misma y para conducir
a otros al Salvador.
ILUSTRACION
A un hombre que no podía leer, y que se ganaba la vida remendando zapatos viejos, le preguntó un ministro arriano, cómo sabía él que Cristo era el Hijo de Dios: Pregunta difícil para los hombres no regenerados.
-Señor, -contestó- siento mucho que me haya usted hecho esta pregunta delante de mis hijos, aunque creo que puedo darle una contestación satisfactoria. Pues, señor, cuando comencé a interesarme por mi espíritu, y a entristecerme por causa de mis pecados, acudí a usted pidiéndole su consejo, y usted me dijo que me asociara con otras personas y pasara el tiempo tan alegre como pudiera.
-Es cierto -contestó, el ministro impío-.
-Seguí su consejo -continuó el remendón sin letras-, pero mientras más me divertía, más aumentaba mi miseria. Al fin me persuadieron a que oyera a uno de aquellos ministros evangélicos que vinieron al pueblo predicando a Jesucristo como el Salvador. En la tremenda agonía de mi alma oré a él, pidiéndole que me salvara y me perdonara mis pecados; y ahora tengo la convicción de que me los ha perdonado de gracia y por esto yo sé que él es el Hijo de Dios.
-Grey.
Jesús le recordó que aquella confesión había sido el producto de una revelación divina. Sólo por medio de la revelación divina, los hombres pueden llegar a conocer a Cristo. Con cuanta razón Pedro más tarde escribiría que los escritores de las Escrituras habían «sido inspirados por el Espíritu Santo» (II Pedro 1:21). Jesús edificó su Iglesia sobre la declaración de Pedro: «TÚ ERES EL CRISTO, EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE». La palabra iglesia se refiere a los llamados. Pedro era uno «de los llamados», y no puede ser el fundamento para toda la congregación o la iglesia cristiana en general, como algunos grupos religiosos lo proclaman. |