LA PROMESA DEL CONSOLADOR
PARA ESTUDIO: Juan 14-16: Lucas 24:44-49; Isaías
61:1-2; Gálatas 5:22-25.
LECTURA DEVOCIONAL: Jeremías 1:1-12.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Juan 14:26
LECTURAS DIARIAS
LUNES: Vendré Otra Vez. Juan 14:1-14.
MARTES: El Espíritu de Verdad. Juan 14:15-27.
MIERCOLES: Permaneced en Mí. Juan 14:28-15:11.
JUEVES: Yo os Enviaré. Juan 16:1-15.
VIERNES: Derramaré mi Espíritu. Joel 2:21-29.
SABADO: A Libertad Fuisteis Llamados. Gálatas 5:21-29.
DOMINGO: Yo Estaré Contigo. Jeremías 1:4-12.
PARA DISCUSION Y ESTUDIO
1. ¿Cuál es la señal indiscutible de que
amamos a Cristo? Discuta.
2. ¿Cómo se cumplió la promesa de Cristo
de que él no nos dejaría huérfanos? Comente.
3. ¿Qué clase de paz es la que Cristo da?
Discuta.
4. ¿Puede el creyente en Cristo ser libre del temor?
¿Es el miedo un estado o sentimiento contrario a las enseñanzas
de Cristo? Discuta.
PROPOSITO DE LA LECCION
Ayudarnos a entender con más claridad la Persona y obra
del Espíritu Santo.
EXPOSICION DE LA LECCION
INTRODUCCION
El domingo pasado estudiamos acerca de las demandas del discipulado; en la lección de hoy, consideraremos la venida del Espíritu Santo, cuya presencia y poder capacitó a los cristianos primitivos a realizar el propósito de Dios para sus vidas. Por supuesto que el Espíritu Santo no se manifestaba por primera vez en la tierra. Su venida el día de Pentecostés, introdujo un ministerio universal nunca antes realizado. Su venida inició una nueva dispensación, o sea la era del Espíritu Santo. Esta verdad no implica que el Espíritu Santo no hubiera existido antes del Pentecostés, o de que el Antiguo Testamento guarda silencio a su ministerio.
Entre Génesis y Malaquías la frase "Espíritu de Dios" o "Espíritu del Señor" aparece 86 veces. El hecho es que apenas principiamos a leer el libro de Génesis cuando nos encontramos con "y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas" (Génesis 1:2). La Biblia está vivamente interesada en darnos a conocer el Espíritu Santo. Pues encontramos que la Biblia desde su principio nos muestra del interés del Espíritu de Dios hacia el alma de los hombres (Génesis 6:3).
El término "santo" es usado en relación con el Espíritu solamente tres veces en el Antiguo Testamento, pero en cada uno de esos casos, el ministerio moral y espiritual es recalcado. En el glorioso Salmo de penitencia de David él dice "no quites de mí tu Santo Espíritu" (Salmos 51:11). Isaías hace referencia al Espíritu Santo dos veces; y ambas veces él habla del trato de Dios con el rebelde Israel (Isaías 63:10-11). Ezequiel testifica gloriosamente cuando dice: "Entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba" (Ezequiel 2:2).
Sin embargo, al Nuevo Testamento le corresponde el lugar de presentar
el énfasis primordial del ministerio del Espíritu Santo.
En el mensaje que el ángel le dio a María, encontramos "El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del altísimo
te cubrirá con su sombra; por lo cual también el santo Ser
que nacerá, será llamado Hijo de Dios" (Lucas 1:35).
Es Lucas también el que ha archivado las significativas palabras
relacionadas con el Espíritu Santo. "He aquí, yo enviaré
la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad
de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo
alto" (Lucas 24:49). En el libro de los Hechos encontramos, "Y estando
todos juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino
que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de
mí" (Hechos 1:4). Esta es en verdad una de las promesas más
emocionantes del Nuevo Testamento. No debemos olvidar sin embargo,
que las enseñanzas acerca del Espíritu Santo no sólo
se concentran a los escritos de Lucas. En Juan 14-16, se encuentra
toda una sección muy significativa acerca del don del Espíritu
santo. Vea su concordancia y se dará cuenta de la abundancia
de citas relacionadas con el ministerio y obra del Espíritu Santo.
I. LA PROMESA DEL PADRE
(Lucas 24:44-49)
¿Cuál es el significado sobresaliente de "la promesa de mi Padre"?
La Biblia está llena de promesas de Dios. Sin embargo, una de ellas es tan distintiva, que Jesús habló de ella como "la promesa" de mi Padre". No sabemos con seguridad cuándo habló el Señor estas palabras. Pero estamos seguros que los eventos sucedidos en capítulo 24 de Lucas sucedieron el día de la Resurrección; sin embargo, la última parte de dicho capítulo, habla de la ascensión del Maestro que sucedió cuarenta días más tarde (vrs. 50-53). La cronología de los versos 44-49 no es muy clara.
1. "ESTANDO AUN CON NOSOTROS"
¿Qué quiso decir el Señor con esas palabras? ¿Qué todavía no estaba con sus discípulos? Esta era su manera de decirles que estaba con ellos pero no en la forma de antes. Estas palabras nos dicen tres cosas: 1) Su ministerio en "la carne" era del pasado. 2) Su ascensión y partida estaban por delante. 3) El había pasado para siempre el golfo que lo separaba entre la mortalidad e inmortalidad. Por eso les da un sentimiento de que ya no estaba con ellos.
2. "LES ABRIO EL ENTENDIMIENTO"
Para los discípulos, las Escrituras significaban la ley de Moisés, los profetas y los Salmos (v. 44). Cristo les recordó que las profecías acerca de él habían sido cumplidas. Pero ellos necesitaban un discernimiento más profundo, por eso les abrió el entendimiento. Ahora los discípulos por primera vez estuvieron capacitados para comprender: 1) Que los sufrimientos y muerte de Jesús eran necesarios (v. 46). 2) Que esta verdad los obligaba a predicar arrepentimiento y remisión de pecados como el Señor y Juan el Bautista lo habían hecho (vea Mateo 3:2; 4:7).
3. "VOSOTROS SOIS TESTIGOS (v. 48)
Los discípulos serían testigos; y debían principiar donde eran mejor conocido, en Jerusalén. Debían contar acerca de las cosas que habían visto y sentido en sus corazones. Este programa de evangelismo es delineado más detalladamente en Hechos 1:8.
4. "LA PROMESA DE MI PADRE" (v. 49)
La Gran Comisión se pudo haber tornado en una burla sin
la capacitación del poder del Espíritu Santo derramado en
el día de Pentecostés. Hubiera sido como ordenarles
a unos niños a escalar el Monte Everest. Cristo Jesús
había apuntado al horizonte y dicho a sus discípulos "id".
Ahora les dice, "Quedaos ... hasta". Ninguno de los discípulos
debía de salir de Jerusalén hasta que fueran investidos de
poder desde lo alto. Y precisamente porque los discípulos
siguieron las instrucciones del Maestro, el Espíritu Santo descendió
sobre ellos, sus espíritus fueron revestidos, y su testimonio hizo
un impacto en el mundo.
II. LA PROMESA DEL CONSOLADOR
(Juan 14:15-17)
¿Cuál es el significado de la palabra Consolador cuando se aplica al Espíritu Santo?
1. "Y YO ROGARE AL PADRE" (v. 16)
El investimiento del Consolador sobre cada uno de los discípulos dependía de la continuidad del amor que le tuvieran a Cristo. Este era el requisito número uno para todos los que esperaban recibir el Espíritu Santo. Sólo cuando nos mantenemos en la luz y lo amamos devotamente, tenemos la esperanza de experimentar la provisión completa de la gracia divina para nuestras vidas (I Juan 1:7).
La palabra griega para designar al Consolador es un poco difícil de traducir. Es Parakletos, de donde sacamos Paracleto.
Esta palabra aparece solamente cuatro veces en el Nuevo Testamento, y estas cuatro veces en el evangelio de Juan. Y en cada caso el Señor fue el que la uso. La palabra Paracleto tiene varios significados, "ir al lado de", "el que ruega por nosotros", "intercesor" y "abogado". Cristo habló atinadamente de otro consolador, porque la palabra consolador, también se aplica a él. Juan habló de él como un "abogado (consolador) tenemos para con el Padre" (I Juan 2:1).
2. "EL ESPIRITU DE VERDAD"
La clave para que el Espíritu Santo descendiera sobre los discípulos, fue su obediencia al mandamiento de esperar en Jerusalén. El Consolador es llamado el "Espíritu de verdad", porque trata con el error y lo desenmascara. El Espíritu Santo impresiona la conciencia de los hombres con la verdad, especialmente los que "lo conocen". El mundo, dijo el Señor, "no le ve, ni le conoce". Cristo se refiere al discernimiento espiritual que va más allá de los cinco sentidos, un discernimiento que generalmente va más allá de las percepciones físicas. El mundo está controlado por los sentidos, pero la persona que ama a Dios desea ser controlada por el Espíritu.
3. "Vosotros le conocéis" (v.17)
Estos hombres conocían al Consolador. El había
sido su fortaleza en muchas ocasiones. Las palabras "mora con vosotros",
hablan de la presencia del Espíritu de Cristo entre ellos.
Pero no sería sino hasta que Cristo ascendiera al Padre cuando el
Espíritu descendería para establecer su propia dispensación
morando personalmente en todos los hombres que se lo pidieran. Así
que notamos el cambio de "con vosotros" a "en vosotros". La presencia
del Espíritu sería en tonos más íntimos, y
el acceso a obtenerlo sería universal.
III. CONDICIONES PARA LA VENIDA DEL ESPIRITU SANTO
(Juan 14:18-23)
¿Que beneficio recibiría el hombre con la ascensión de Cristo al Padre?
1. "VENDRE A VOSOTROS" (v. 18)
La promesa de Cristo para sus discípulos era doble. Primero, no los dejaría huérfanos, y segundo, por medio de él tendrían vida eterna. Algunos eruditos dicen que la palabra huérfana también tiene referencia a la "enseñanza". El Espíritu Santo continuaría el ministerio de la enseñanza en el lugar que Cristo la había dejado (Juan 14:26). Y la promesa de Cristo "vosotros también viviréis" es la garantía personal de una vida eterna, porque él es la Resurrección y la Vida.
2. "Y LOS GUARDA" (v. 21)
Las condiciones para recibir el Espíritu santo son expresadas
con toda claridad. Primero, los discípulos deben conocer los
mandamientos, y segundo, deben obedecerlos. No hay nebulosidad en
sus requisitos. Cristo recalca sus requisitos de obediencia dos veces
(vrs. 15,21). Además notemos que en ambos casos la obediencia
está relacionada con el amor que le tengamos al Señor.
Cristo les recuerda a sus discípulos que si ellos lo aman, entonces
ellos serán amados por el Padre.
IV. EL MINISTERIO DEL ESPIRITU
(Juan 14:24-26)
¿Cuál es la relación entre el ministerio de Cristo y el del Espíritu Santo?
"EL OS ENSEÑARA" (v. 26)
El verso 26 nos dice que el Espíritu Santo sería el Maestro de los discípulos. En este ministerio de la enseñanza, el Espíritu Santo no les traería nuevas verdades a los discípulos. El vendría a refrescar sus mentes acerca de lo que Cristo ya les había enseñado. El Señor también les había dicho que realmente sus palabras no eran de sí mismo, "sino del Padre que me envió" (v. 24).
En este ministerio, el Espíritu Santo les enseñaría
"todas las cosas", y en 16:13 el mismo Señor recalca la habilidad
del Espíritu para enseñar toda la verdad. ¿Qué
se quiere decir con "todo" en estos versículos? ¿Será
que quiere decir toda la verdad de las cosas en el mundo? ¡No,
eso sería un absurdo! Quiere decir que el Espíritu
Santo nos enseñará todas las verdades esenciales para nuestra
salvación.
V. CRISTO TENDRIA QUE PARTIR
(Juan 14:27-29)
¿Cuál es la paz que Jesús ha prometido?
1. "LA PAZ OS DEJO" (v. 27)
Ahora Cristo Jesús habla de su partida. Notemos la forma tan hermosa como lo hace. Principia recordándoles acerca de su herencia, "mi paz". Esta no sería la paz experimentada por un mundo libre de problemas, porque esa no era la paz que él conocía. El le prometió a sus discípulos su paz. Adam Clarke le llama a esta paz, "tranquilidad del alma, ininterrumpida felicidad de la mente, amistad eterna con Dios". Esta era la clase de paz que Cristo Jesús gozaba, una comunión de paz en medio de la crisis y el conflicto.
Esta paz no era como la paz que el mundo da. Entre los judíos era muy común saludarse usando la palabra paz. Pero aquel saludo vino a ser tan común, que se tornó en una mera rutina sin significado. Cristo les estaba diciendo a sus discípulos que cuando él les concedía la paz, no sería como una mera salutación; a sus discípulos, Cristo les daba y preservaría su paz.
Con una herencia de esta naturaleza que Cristo les dejaba a sus
discípulos, él les dice que era ahora de que regresara al
Padre. Pero, les aseguró que cuando la realidad de su ausencia
viniera sobre ellos como un peso inmenso, se acordaran que había
regresado a la gloria con su Padre, pero que un día él regresaría
por los suyos. Mientras, el Espíritu Santo sería el
compañero constante y guía.
CONCLUSION
Dos de los atributos del Espíritu Santo nos son dados en este lugar: El Maestro por excelencia y el Activador de la memoria, Recordado de las enseñanzas de Cristo. No hay ninguna doctrina nueva que el Consolador daría a los hombres a través de las edades. Cristo en persona, como Revelador del Padre dio todas las enseñanzas, preceptos y lo que incumbieran para la salvación de los hombres. El Espíritu Santo no traería nuevas doctrinas sino que como él dijo, "Tomará de lo mío y os lo hará saber".
Todos podemos y debemos escudriñar las escrituras y si andamos en luz y con una mente humilde y dispuesta, él interpretará y nos dará a entender la mente de Cristo. Nadie ha llegado a saber todo en cuanto a él. Es tan inagotable que debemos sentirnos siempre alumnos en su escuela. Cada día aprenderemos algo nuevo que nos acercará a él. No una nueva doctrina, pues allí está el peligro de los fantásticos que se sienten con una nueva inspiración.
El Espíritu iluminará la Palabra en cuanto a nuestra
vida. Casi no hay un asunto de la vida humana que no tenga su precepto
en el Libro y si somos honestos, el Espíritu nos irá enseñando
lo que antes no vimos. El espíritu es una Persona y nos habla.
En el momento preciso, si andamos en él, vivificará nuestra
mente como un repentino rayo de luz que nos ayudará a evitar lo
malo. La cosa de importancia es vivir en el Espíritu para
que todas sus funciones se operen en nosotros.
ILUSTRACION
Una maestra cristiana quería presentar este asunto a su clase en una forma interesante y les dijo que Dios está transmitiendo mensajes todo el tiempo, y que cualquier persona puede recibir sus mensajes si mantiene su aparato en buenas condiciones. Concluyó diciendo: "Esta mañana pongamos nuestro aparato y oigamos el mensaje que Dios nos transmita.
Después de algunos minutos les preguntó qué les había dicho Dios y algunos contestaron de la manera siguiente: "Dios me dijo que trabajara más en la escuela", otro, "que no fuese tan necio", otro, "que no hiciera trampa cuando corregía sus propias pruebas de aritmética".
Cerca del fin del año los niños escribieron lo que el escuchar a Dios había hecho con ellos en la escuela y en el hogar. Habían aprendido a leer en seis meses antes de lo que se requería normalmente, y un muchacho dijo que antes se quejaba y peleaba mucho, y que ahora que escuchaba a Dios había cambiado.
No hay duda que el Espíritu Santo está esperando
para ayudarnos.
-El Hogar Cristiano.
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