LECCIÓN No. 10 (regresar
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LO QUE DIOS REQUIERE
PARA ESTUDIO: Miqueas 1-3 y 6.
LECTURA DEVOCIONAL: Santiago 1:22-27.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Miqueas 6:8.
PROPÓSITO
Explicar que Dios requiere de nosotros una obra interna de gracia en
nuestros corazones, que sea ciertamente mostrada en evidencias externas
de vida diaria recta, interés en la salvación de otros y
por el progreso de la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo.
OCASIÓN
Miqueas era un predicador campesino que vivía
como a 20 kilómetros al sur de Jerusalén, en un lugar llamado
Moreset, en la frontera los filisteos. Era contemporáneo Isaías
y Oseas; y profetizó durante los reinos de Jotam, Acaz y Exequias,
con especialidad en el reino de Judá, aunque varias veces menciona
también a Israel. Su ministerio fue aproximadamente entre
los años 720 y 700 a. C. Su nombre, “Miqueas”, significa “¿Quién
es como Dios? Lo cual era una exhortación al arrepentimiento.
Los primeros tres capítulos del libro se dedican casi completamente
a denunciar el pecado de Judá; los próximos dos, hablan del
exilio que estaba por venir y las promesas de esperanzas; los dos últimos
presentan tanto el juicio como la promesa. El capítulo 6 presenta
una escena en la corte (juzgado), en la cual se representa al Señor
haciendo un juicio con su pueblo, para el cual se llama hasta la naturaleza
para ser testigo. La fidelidad de Dios se presenta como una mayor
evidencia de la infidelidad del pueblo. Se le hace ver su rebeldía
en la salida de Egipto, muchas veces siendo culpable de castigo severo.
Dios siempre se había mantenido fiel a su promesa, pero Israelitas
no habían cumplido su parte del pacto.
DESARROLLO DE LA LECCIÓN
En las leyes levíticas encontramos unos 613
preceptos que los israelitas pensaban y declaraban que la gente debía
guardar para poder recibir el favor de Dios. Los sacerdotes siempre
trataban de impresionar a las gentes enseñándoles que era
necesario guardar los muchos detalles de la ley. Muchas veces se
usaba un pedazo cuadrado de tela, bordado con 613 listas, como un castigo
para repetir esas leyes. Todo el sistema era aburrido e imposible.
David, en el Salmo 15, redujo esos requisitos a sólo once.
Miqueas los enumera a todos bajo tres títulos en el capítulo
6:8. En Mateo 22:35-40, Jesús les dijo a los doctores de la
ley que todas esas leyes podían resumirse en dos: Amar a Dios con
todo el corazón, alma y mente; y amar a nuestro prójimo como
a nosotros mismos. Pero, en esto Dios incluye nuestra obediencia
y caminar de acuerdo con toda la luz de su Palabra. Con toda seguridad
podemos decir que fe en Dios significa una entrega total del hombre a Cristo,
lo cual encierra nuestra relación íntima con Él y
con los demás.
I. CONTROVERSIA DE DIOS DEFINIDA (Miqueas 6:1-5)
Vss. 1-2. En este caso el Señor es
el Demandante; el reino del sur es el demandado. La creación
misma, montañas y cimientos de la tierra, son los testigos ante
las acusaciones del Señor contra un pueblo rebelde. Probablemente
las montañas tendrían que ser jueces en este caso.
Miqueas menciona varios pecados, pero ante todo, lo más grave es
la ingratitud del pueblo ante la gran fidelidad de Dios. Ellos no
merecían su misericordia, pero con toda liberalidad Él los
invita a responder en su contra; pero mejor aún, que se volvieran
a Él en arrepentimiento.
Vss. 3-5. ¿Acaso no podemos imaginarnos
el clamor y súplica del Señor diciendo: “Pueblo mío,
¿qué te he hecho, o en qué te he molestado?
¿Por qué te has alejado de mí? ¿No te
recuerdas mi amor por todos los años? Te hice subir de la
tierra de Egipto, y de la casa de servidumbre te redimí”.
Bien podemos recordar cada momento en la salida de Egipto, cómo
Dios los defendió bajo la dirección de Moisés. Ciertamente,
ellos no podían decir nada en contra del Señor ante tanta
bondad y fidelidad. Todos sus hechos habían sido siempre rectos
y justos para con ellos.
PREGUNTAS PARA DISCUTIR
-
¿De qué manera debía afectar la conducta presente
de Judá aquel pacto que Dios había hecho con Israel?
Lea Lucas 12:48 y aplíquelo a nuestras vidas presentes.
-
¿Cuáles son algunas bendiciones que debemos recordar para
fundamentos nuestras actitudes para con Dios?
II. MOSTRANDO EL GRAN SACRIFICIO (Miqueas 6:6-7)
Vss. 6-7. Todos pensaban que si tan sólo
hacían los sacrificios apropiados delante de Dios, ellos serían
aceptados. El profeta hizo las preguntas que seguramente la gente
se preguntaba sinceramente dentro de sí. El holocausto tipificaba
una entrega total del individuo para el servicio de Dios. Los becerros
de un año eran ofrecidos por un sacerdote o por todo el pueblo en
masa. Había ocasiones en las cuales muchos animales se sacrificaban
(I Reyes 8:63). El aceite se usaba en varios sacrificios. El
sacrificio de niños era usado frecuentemente en las religiones paganas;
así lo hizo el rey de Moab cuando estaba en batalla contra los israelitas
(II Reyes 3:27). Dios nunca les pidió sacrificios humanos.
Cuando Dios le pidió a Abraham que sacrificara a Isaac lo hizo con
el solo propósito de mostrarle que al serle obediente Él
tendría un sustituto para que no fuera sacrificado Isaac.
Sólo fue una prueba de su fe (Génesis 22:1-14). No
son los actos religiosos los que nos dan aceptación delante de Dios,
sino que la persona completa debe responder a su voluntad y rendirse por
completo. Jesús es el sacrificio único y suficiente
por el pecado, y el motivo de que la gente trajera sacrificios era para
que respondiera al plan de la redención. Sus ofrendas no podían
salvarlos, sino dirigirlos al sacrificio de Cristo en el Calvario.
Tanto en aquel tiempo como ahora, lo esencial para la salvación
son la fe y la obediencia. ¿Cuál es la respuesta a
todas las preguntas que aparecen en estos versículos? ¡No!
Lo que sí trae la aceptación de Dios se muestra en el versículo
siguiente.
PREGUNTAS
-
¿Cuándo son agradables a Dios nuestros hechos?
-
¿Cuál debe ser la actitud de los cristianos en relación
con a la observancia de ceremonias en la iglesia?
III. DECLARADA LA VERDADERA RELIGIÓN (Miqueas 6:8)
Vs. 8. No podemos estar en comunión
con Dios si no amamos a nuestros semejantes; pero tampoco podemos tener
una buena relación con los demás si no experimentamos una
comunión verdadera con Dios. Primero viene nuestro andar de
humildad delante de Dios; pero el pueblo israelita había sustituido
todo eso con ritos y ceremonias. Hasta la oración rechazó
Jesús, si ésta se hacía sólo para ser oída
de los hombres (Mateo 6:5-6), porque Dios requiere sinceridad de nosotros.
Lo importante es que caminemos de acuerdo con Dios; y esto tendrá
como resultado los hechos de amor, bondad y todo aquello que refleja el
carácter de Dios. Los hechos vienen a ser como una prueba
visible de la comunión verdadera que tenemos con Dios. La
fe que salva es siempre una fe que obra; si no obra no es fe. A veces
en la vida diaria hay actos que pretenden ser cristianos en carácter,
pero en efecto, están saturados de orgullo, envidia, hipocresía
y poco interés en la amistad con Cristo. Los buenos hechos
parar ser vistos de los hombres no tienen ningún valor delante de
Dios; sin embargo, del interior de la vida de todo individuo que realmente
ha conocido a Cristo en su corazón, brotan hechos que honran a su
Señor en todo. Esta es la religión pura; toda otra
clase no es genuina.
PREGUNTAS PARA DISCUTIR
-
Junte los conceptos de Miqueas 6:8 con los de Santiago 1:26-27, y luego
lea los dos mandamientos que Jesús dio en Mateo 22:37-40.
¿Estamos viviendo nosotros de acuerdo con los preceptos de Dios
y sus requisitos para ser cristianos? ¿Qué nos hace
falta?
-
¿Dónde se ve la santidad en estos mandamientos? ¿Se
verá santidad en nosotros si caminamos en la luz de la Palabra de
Dios?
-
¿Qué debe caracterizar nuestras vidas sobre todo?
PARA REFLEXIONAR
-
La desobediencia jamás puede hallar lugar en nuestro amor y entrega
a Cristo Jesús.
-
La verdadera humildad consiste en vaciarnos del “yo” para ser llenados
de Cristo.
-
Si un hijo o hija dice que de convertirse le gustaría ser de la
clase de cristiano que es su padre, ha de ser porque él vive una
genuina vida en Cristo.
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