LECCIÓN No. 13 (regresar
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EL QUE ES MAYOR QUE LOS PROFETAS
PARA ESTUDIO: Malaquías 3:1-4; Miqueas 5:2-5; Isaías
9:2-7.
LECTURA DEVOCIONAL: Juan 1:1-14.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Malaquías 4:2.
PROPÓSITO
Interesarnos en conocer más las profundidades de la gracia en
Cristo Jesús, estudiando el significado de los títulos que
le son dados en su Palabra, y apropiándonos esa gracia para nuestras
vidas diarias.
OCASIÓN
Como hicimos notar en nuestra lección anterior,
la palabra “Malaquías” significa “mensajero del Señor”; y
en su libro al cierre del Antiguo Testamento, proclamó tanto a Juan
el Bautista como precursor de Cristo, como también a Jesús
el Mensajero del Pacto. Por lo regular colocamos en el ministerio
de Malaquías como por el año 540 a. C. Él predicó
en contra de los mismos abusos que Esdras y Nehemías trataron de
corregir. Malaquías los exhortaba a recordarse de la ley de
Moisés fue leída públicamente por Esdras en el año
444 a. C. Su mensaje ocupó un lugar muy significativo en la
historia religiosa de Israel, durante el reinado de Artajerjes en Persia,
quien reinó de 465 a 425 a. C.
EXPOSICIÓN DE LA LECCIÓN
Cuando llega la Navidad, todo el mundo celebra el
nacimiento de Jesús. ¿A qué clase de Cristo
estaremos adorando nosotros? ¿Le veremos sólo como
un niñito en el pesebre? ¿Le veremos sólo como
el que vivió en Nazaret? ¿Cómo el que trabajó
en la carpintería de su padre en la carne? ¿Cómo
aquel que escogió a unos cuantos seguidores para andar con Él
en Judea y Galilea, y que finalmente cayó en manos de sus enemigos
que le crucificaron por causa de su doctrina? ¿En la Navidad
pensamos más en los regalos que nuestros amigos nos traen y los
cánticos que escuchamos o cantamos? ¿O le vemos como
aquel que vino para salvar al pueblo de sus pecados, Rey de reyes y Señor
de señores, ante quien todos apareceremos para ser juzgados conforme
a nuestros hechos?
Él es el mejor regalo de Dios para la raza
humana; pues, el amor de Dios es tan grande que dio a su Hijo amado para
que todos los que en Él creemos, permanezcamos creyendo y no perezcamos,
sino que tengamos vida eterna (Juan 3:16). El título que se
le da en el tema de nuestra lección describe sólo una pequeña
parte de lo que en realidad Él es y vino a hacer por nosotros.
Él es el único más grande que los profetas.
Es el Mensajero del Pacto, quien llegó a ser el cumplimiento de
un nuevo pacto de gracia para hacer posible la salvación eterna
(Jeremías 31:31-34). Es el Refinador de la plata, que se sienta
a juzgar a toda nación pecadora que necesita su disciplina purificadora
(Malaquías 3:2-3). Es el Sol de justicia (4:1-2) para quemar
la basura y llevar salud al quebrantado y luz para los que están
en tinieblas. Es el Señor y Pastor de sus redimidos (5:2-4).
¡Qué maravilloso es Cristo! Es a Él a quien adoramos
en estos días.
I. MENSAJERO DEL PACTO (Malaquías 3:1-4)
Vss. 1-4. La profecía del mensajero
que habría de preparar el camino se cumplió en la persona
de Juan el Bautista (Mateo 10:10). Juan dijo que él no era
literalmente Elías; pero Jesús claramente dijo que Juan era
su precursor, tal como Malaquías había predicho. En
el sentido espiritual era Elías, pero jamás podríamos
decir que haya sido un acto de reencarnación (Juan 1:21).
El segundo Mensajero era Jesús mismo, del cual muchos profetas habían
hablado. Los judíos esperaban a un Mesías que inmediatamente
venciera a todos sus enemigos, estableciera su reino y derrotara a todas
las naciones de la tierra. Ellos estaban muy confundidos con relación
a las profecías del Mesías que habría de venir.
El profeta Miqueas les estaba advirtiendo que la idea que ellos tenían
del día del Señor estaba equivocada; aquél sería
un día de juicio que sólo los puros de corazón estarían
en capacidad de ver (Amós 5:18).
“¿Quién estará en su lugar santo?
El limpio de manos y puro de corazón” (Salmo 24:3-4). Solamente
los puros de corazón pueden resistir su presencia. El fuego
refinador es el que quema la escoria de la plata y la deja pura.
Jabón de lavador es el que usaban para quitar manchas de la ropa.
Lo que se requería del pueblo de Dios era purificación.
Los hijos de Leví y los sacerdotes eran culpables de apartarse de
los caminos verdaderos y de llevarse a otros consigo. Dios tenía
que condenar sus caminos malos. Pero cuando el pueblo se purificara,
entonces Dios estaría listo a aceptar sus ofrendas y sacrificios.
La diferencia entre los dos pactos, el antiguo y el nuevo, es que el primero
era de naturaleza externa, mientras que el segundo es interno, en el corazón
(Jeremías 31:33). El antiguo pacto tenía que ver con
observancias materiales que simbolizaban la obra que Cristo haría
en la cruz; era asunto simbólico. El nuevo enfatiza la vida
interna del corazón. El antiguo otorgaba privilegios especiales,
mientras que el nuevo ve a todos en el mismo plano. El antiguo pacto
cubría los pecados temporalmente, mientras que en el nuevo hay perdón
para todos aquellos que quieren venir (Jeremías 31:34). Este
es un pacto de gracia, que fue ratificado por la sangre derramada por Cristo
en la cruz. Donde hay perdón también hay limpieza de
todo pecado, y no hay más temor de juicio.
II. SOL DE JUSTICIA (Malaquías 4:2a)
Vs. 2a. Los días en que vivió
este profeta eran de oscuridad, pero al fin, el propósito de Dios
sería realizado. La tierra estaba llena de oscuridad muy densa
y rebelión, desintegración individual y desolación
nacional. Pero había esperanza. Dios siempre es capaz
de destruir las tinieblas, y Él no se había dado por vencido.
El Sol de justicia estaba por levantarse, para iniciar una nueva era para
los judíos y gentiles. Habría un nuevo día cuando
el fuego purificador sería encendido como horno para quemar todas
las inmundicias; un día cuando habría sanidad para el cuerpo,
alma y espíritu; y cuando, en vez de tinieblas, habría luz
en la cual podrían habitar los justos para siempre. Jesús
es la Luz del mundo (Juan 8:12). En Él tenemos la luz de la vida.
Vemos la gloria de Dios en el rostro de Cristo Jesús (II Corintios
4:6).
PREGUNTAS PARA DISCUTIR
-
Compare cómo terminan los libros de Génesis, Malaquías
y Apocalipsis. ¿Cuál es la diferencia?
-
¿Qué otros títulos de Jesús vienen a su mente
al recordarlo juntamente con su obra?
-
¿En qué sentido preparó Juan el Bautista el camino
del Señor?
-
¿Se le ha dado su lugar debido a Jesús en la Navidad?
¿Qué podemos decir de la comercialización de esa celebración?
-
¿Qué podemos hacer nosotros para que Jesús vuelva
a ser el centro de las celebraciones navideñas?
III. EL SEÑOR DE ISRAEL (Miqueas 5:2-4)
Vss. 4-4. Belén era tan pequeña
que no se colocó en la lista de pueblos de Judá que encontramos
en Josué 15. Este es el pueblo que significaba “casa de pan”,
y llegó a ser el lugar de nacimiento del “Pan de Vida”, que sería
el Heraldo y Príncipe de Paz. Ciertamente era extraño
que príncipe naciera en un lugar tan humilde, en Belén en
vez de Jerusalén, que era la capital del reino. María
y José vivían en Nazaret de Galilea, pero ellos viajaron
como 100 kilómetros hasta Belén, porque el rey había
puesto un decreto de que todos debían ser censados en el lugar de
su descendencia, para después calcularles sus impuestos por pagar
(Lucas 2:1-7). Este era el lugar de nacimiento del rey David, de
quien Jesús descendía, humanamente hablando. Aunque
pareciera muy extraño que el Rey de reyes naciera en lugar tan pequeño,
ese era el pueblo que había sido anunciado para ello. Más
de 300 profecías del Antiguo Testamento se cumplieron en el nacimiento,
vida, muerte y resurrección de Jesús. Los doctores de la
ley en Jerusalén al ver en sus libros antiguos sabían bien
que éste era el lugar en donde el Señor habría de
nacer del linaje de David. Miqueas dijo estas palabras antes del
exilio en Babilonia. ¿Cómo pudo saber con seguridad
que María tendría este Hijo, el Mesías, para ser el
Pastor de los pastores no sólo de Israel sino de todas las naciones,
a no ser por inspiración divina? Jesús tiene poder,
sí, sobre el cielo y la tierra. Su reino prevalece no solamente
en un lugar y en una persona, sino para “todo aquel que quiere”.
Si nosotros hemos aceptado su gracia, ya somos parte de su reino, y Él
invita a todos, diciendo: “Venid a mí”.
PREGUNTAS
-
¿Por qué no podía nacer Jesús en Nazaret donde
vivían sus padres?
-
¿Qué ha significado para la humanidad la venida de Cristo?
¿Para la sociedad? ¿Para usted?
-
¿Qué debe significar la venida de Cristo en nuestras iglesias
en lo que se refiere al testimonio?
-
¿Cómo debemos celebrar la Navidad nosotros los cristianos?
-
¿Se ha puesto a pensar usted en cómo son las vidas de los
que no conocen a Cristo como su Salvador?
REFLEXIÓN
-
Mediante el pesebre, debemos ver también la cruz, la tumba, la piedra
removida y el trono en donde Jesús está sentado orando por
los suyos, para que no les falte la fe.
-
¿Reina Cristo sin rival en el trono de su vida?
-
El Cristo de Belén es el único que puede limpiarnos de nuestros
pecados, y solamente Él porque es el único que murió
en nuestro lugar, e hizo perfecto en la cruz el plan de salvación.
Fue por su amor imperecedero que Él murió, y asimismo nos
ama también ahora.
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