PASAJE PARA ESTUDIO: Salmo 100
LECTURA DEVOCIONAL: Salmo 95
TEXTO PARA MEMORIZAR: Salmo 95:6
PROPÓSITO
Practicar la adoración a Dios en nuestra vida, orando y leyendo la Biblia todos los días.
INTRODUCCIÓN
I. LA ADORACIÓN
Adoración es la respuesta humana a la naturaleza divina. Es el culto o reverencia que se rinde a Dios por sus obras y por lo que es Él. Se expresa a través de la oración, el sacrificio, la ofrenda, la alabanza, el canto, la meditación, el ayuno y las acciones de gracias.
El ver las obras de Dios en la naturaleza y en nosotros mismos, nos hace recordar el poder y la inteligencia de nuestro Dios, en contraste con nuestra limitación humana. Sólo cuando conocemos verdaderamente quién es Dios, podemos llegar humildemente ante su presencia para rendirle acciones de gracias por sus obras infinitas. El salmista dice: "Reconoced que Jehová es Dios" (Salmo 100:3). Por medio de la adoración llegamos a reconocer la persona total de Dios, y este reconocimiento puede ser expresado en varias formas.
Por medio de la adoración podemos contemplar a Dios, acercarnos a Él y sentir su presencia en nuestra vida. Job 42:5 dice: “De oídas te había oído mas ahora mis ojos te ven”.
Cuando hablamos de reconocer la persona total de
Dios, estamos pensando en sus atributos, quién es Él en realidad.
Un atributo es una cualidad inherente de Dios. Es una de las verdades
básicas en cuanto a la persona o carácter de Dios.
Dios quiere que le adoremos con corazones limpios y siendo santificados por su sangre. Que estemos dispuestos a obedecer lo que Él manda. El Salmo 101:6 y Juan 4:21-24 dice que Dios busca adoradores verdaderos o sinceros para que le adoren en espíritu (porque Él es Espíritu) y verdad (sinceramente). Hermano, ¿es usted siempre sincero al acercarse a Dios en oración?
C. PODEMOS ADORAR A DIOS SIN COMPRENDERLO TOTALMENTE
Nosotros somos finitos. Siempre estamos aprendiendo cosas de Dios. Nosotros podemos conocer mejor a Dios al leer su Palabra y meditar en lo que leemos, y al ver cómo trató con sus siervos en los tiempos antiguos. En la historia, vemos su amor, su fidelidad y su misericordia para con el hombre. Cuando recordamos su fidelidad, nos llena con la confianza de que siempre va a actuar a nuestro favor.
D. EL CULTO CRISTIANO COMO UNA OPORTUNIDAD PARA ADORARLE
El culto debe ser un tiempo en donde el hijo de Dios se une con su Creador. Debe haber una atmósfera donde se sienta la presencia de Dios. Por eso cada punto del culto debe estar cuidadosamente preparado porque de ello depende el ambiente de adoración. Es importante que reconozcamos la presencia de Dios en nuestra vida y en el culto mismo (Habacuc 2:20).
Si pensamos en todo lo que Dios es y lo que puede hacer por nosotros, notaremos que Él es digno de nuestra adoración. El coro "Maravilloso es" nos ayuda acercarnos a Él con un espíritu de quietud, de seriedad y confianza. Lo cantamos en dos formas: "Cuando siento que Dios me ama a mí" y también, "Cuanto pienso que Dios me ama a mí". A veces se siente tanto su amor, y aun si no lo sintiéramos, sabemos por la lectura de la Biblia que Dios nos ama con un amor eterno. Por su amor hacia nosotros los pecadores fue que Él envió a su Hijo Jesucristo al mundo para rescatarnos del pecado y de la muerte (Juan 14:21; 17:23).
El Salmo 100 es un llamado a adorar a Dios. Vamos a estudiarlo, no en orden de los versículos, sino en orden de sus temas.
Salmo 100:2 “Venid ante su presencia con regocijo”. El gozo no es una simple emoción, sino una calidad de vida basada en la eterna y segura relación del cristiano y Cristo. El fruto del Espíritu, por lo tanto, no depende de las circunstancias, sino que siempre permanece. Podemos venir con una actitud de gozo ante el Señor. El salmista lo dice como un mandato. Entonces, con un acto de nuestra voluntad, recordemos los tiempos buenos, las cosas buenas que Dios nos ha hecho, y acerquémonos a Él con gozo.
Salmo 100:1, “Cantad alegres a Dios”. El Salmo 33:3 dice que cantemos cántico nuevo, y que lo cantemos bien. La música cantada puede preparar el alma y hacerla consciente de la presencia de Dios. Por eso la música debe ser elegida cuidadosamente, procurando que tenga un mensaje que edifique y motive a nuestra alma a adorar a Dios. No debemos cometer el error de improvisar. Lamentablemente, la improvisación es la trampa donde muchas veces todos caemos. Ojalá que en nuestras iglesias ya no exista la improvisación.
El predicador debe ponerse de acuerdo con el director de himnos. Ambos deben seleccionar los himnos y coros que se relacionan con el tema del mensaje. Estos himnos deben ser ensayados previamente antes de ser cantados con toda la congregación. Los coros son buenos para comenzar el culto, pero se debe continuar con himnos que dirija nuestra mente hacia el tema del mensaje. El Salmo 33:3 nos dice: “Hacedlo bien”. Esto requiere bastante preparación antes de llegar al culto. Lo que hacemos, hagámoslo lo mejor que podamos. Recordemos que es para el Dios todopoderoso, quien nos salvó y nos está llevando de triunfo en triunfo. Él merece lo mejor, siempre. Que nuestros cantos, hechos y palabras sean para la honra y gloria de Dios. Que todo sea bien hecho.
Salmo 100:4, “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza”. La Biblia dice: “Dad gracias a Dios en todo” (I Tesalonicenses 5:18). “Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (Efesios 5:20). Nuestro deber es ser agradecidos por todo lo que Dios permite que venga a nuestra vida. Por las cosas buenas y por aquellas que pensamos que no son tan buenas. Si Él las permitió, fue por algo. Acerquémonos a Él en oración, pidiendo sabiduría para recibirlo como de las manos cariñosas de Dios. Aprendamos las lecciones que por ellas Dios nos quiere enseñar. Juan Wesley, en una oración, dijo: “Señor, te doy gracias por haberme quebrado el brazo y no la cabeza, que tal vez me hubiera ocasionado la muerte”.
Al entrar al Templo, nuestra actitud debe ser de agradecimiento, pensando en la bondad de Dios para con nosotros; así preparamos nuestro corazón para adorarle con acción de gracias.
Salmo 100:4, “Alabándole”. En II Crónicas 20:19-24 vemos el poder de la alabanza. El poder de Dios puede manifestarse para derrotar a nuestros enemigos cuando alabamos a Dios. Josafat, rey de Israel, venció al enemigo. Primero, habló con Dios; luego con el pueblo. Los soldados salieron mientras los sacerdotes tocaban las trompetas y los coros cantaban alabanzas a Dios. Al llegar al campo de batalla, hallaron que Jehová ya había estado peleando con los enemigos y la victoria estaba segura.
Salmo 100:4, “bendecid su nombre”. Bendecir quiere decir atribuir honor, gloria y alabanza. Jehová merece que lo bendigamos y que le rindamos nuestra alabanza.
B. CON NUESTRO SERVICIO
Salmo 100:2, “Servid a Jehová con alegría”. El salmista nos llama para que sirvamos a Dios. Aunque Él no especifica cómo hacerlo, nos indica la actitud que se debe tener; es decir, que el servicio se debe hacer con alegría.
El servicio es todo lo que podemos hacer en favor del extendimiento del Evangelio, o bien en beneficio de la humanidad. Tiene que ser voluntario y en el momento adecuado según lo que Dios quiere. Podemos hacerlo en la iglesia con los distintos trabajos que hay. Podemos servir al prójimo (Lucas 10:25-37; Mateo 25:31-40). Cristo dio el ejemplo de servidor (Juan 13:5; Colosenses 3:17; también dio una promesa para el que sirve (Juan 12:26).
Jehová, como el único Dios merece ser reconocido en gran manera. Los ídolos no son nada. Pero nuestro Dios eterno hizo todo lo que hay, y lo mantiene según su plan. Nosotros, los salvados por la sangre preciosa del unigénito Hijo de Dios, tenemos parte íntegra en ese gran plan. Es Dios quien nos ha hecho (Apocalipsis 4:11; Salmo 139:14. No existe ninguna persona que se atreva a decir que él mismo se ha hecho.
B. "PORQUE JEHOVÁ ES BUENO" (Salmo 100:5a)
Ser bueno, es la naturaleza de Dios. No hay nada malo en su ser. Este es el punto más alto de adoración. Reconocerle por ser bueno, misericordioso, veraz para siempre y creador.
Dios es solamente bueno. Igualmente, cuando recibe algo, exige lo bueno; y cuando da algo, también da lo bueno. Su bondad es perfecta. Su eterna oposición al mal es esencial en Dios. Si no fuera así, no sería Dios.
C. "PARA SIEMPRE ES SU MISERICORDIA" (Salmo 100:5b)
El Salmo 136 muestra muchas razones por las que el salmista alaba a Dios. Cuántas cosas Dios nos ha dado, sólo por su misericordia. Como su naturaleza es eterna, todo lo que brota de él es eterno. También el Salmo 103:1-5 trata de eso.
La misericordia es la compasión, la simpatía para el que sufre y la acción para aliviar su sufrimiento. Su misericordia nos acompaña en todos lo problemas y asechanzas por donde pasamos. Él goza con nosotros en nuestros triunfos. Su misericordia es nueva cada mañana (Lamentaciones 3:22-23; Salmo 68:19).
D. "SU VERDAD POR TODAS LAS GENERACIONES" (Salmo 100:5c)
Números 23:19, Hebreos 6:18 y Juan 17:17, nos hablan de su veracidad. Dios no miente. Él cumple todo lo que él promete. Su veracidad y su fidelidad es eterna. Salmos 36:5; 89:1; 40:10; 92:2; 117:2. Todos estos pasajes nos hablan de su fidelidad en cumplir su Palabra. Esto quiere decir que Él salvará al que confía en Él y juzgará al desobediente, porque así lo ha dicho.