PARA ESTUDIO: Tesalonicenses 2:1-16.
LECTURA DEVOCIONAL: Hechos 16:11-40.
TEXTO PARA MEMORIZAR: I Tesalonicenses 2:10.
PROPÓSITO
Enseñar que el apóstol San Pablo y sus compañeros se comportaron de tal modo que, cuando vino la acusación por parte de los enemigos, los hermanos de Tesalónica defendieron su apostolado, diciendo que su ministerio no fue vano. He aquí la importancia del buen comportamiento en el ministerio del Señor.
INTRODUCCIÓN
Pablo respondió que su enseñanza no procedía del error, ni del engaño, ni de impureza, porque su ministerio fue aprobado por Dios. Afirma que cuando tuvo necesidad material se sostuvo trabajando con sus manos para no ser carga a los tesalonicenses, aunque tenía derecho de aceptar dádivas de la Iglesia de Tesalónica.
2. Es una gran dicha cuando el ministro de Dios puede confiadamente apelar a los hermanos para que ellos comprueben su testimonio de que su ministerio no fue vano.
1. Decían que por haber sido prisionero en Filipos no se podía confiar en su predicación; ponían en duda su vida moral como mensajero, pues no se sabía por qué había estado preso (2:2).
2. La segunda acusación tenía que ver con la pureza doctrinal de Pablo, según la mente maligna de los acusadores, quienes decían que su doctrina procedía del error. Los que no creen inventan cosas increíbles contra los hijos de Dios, dándole otro sentido a las palabras usadas en el vocabulario evangélico (2:3).
3. También acusaban a Pablo y a los colaboradores suyos, de ser inmorales, porque usaban palabras como: “Fiesta de amor” (agape”) la cual era la reunión de comunión pura entre los hermanos. También acusaban al apóstol de usar palabras inmorales tales como “ósculo” lo cual era en aquel tiempo el beso de paz. Acusaciones como éstas proliferaban en los primeros días de la Iglesia Primitiva.
4. Los enemigos de Pablo decían que la predicación de éste estaba encaminada a engañar a sus oyentes, no porque Pablo mismo estuviera equivocado, sino que engañaba maliciosamente a quienes le oían.
5. Que su predicación era sólo para agradar a los hombres en vez de agradar a Dios, era otra falsa acusación contra el apóstol (2:4).
6. Otra acusación es que Pablo predicaba por lucro, que predicaba para que le pagaran, o sea, que ganaba por los servicios prestados a las iglesias que él visitaba (2:5).
7. Se acusaba a Pablo de buscar prestigio personal, pero él les dice que el Evangelio llegó a ellos con poder de lo alto. Esto da claridad a los hermanos de Tesalónica y cierra la boca a sus adversarios (2:6).
8. El apóstol era acusado también de ser áspero con sus oyentes; pero Palo les responde que es todo lo contrario, porque fueron tiernos con los tesalonicenses como una madre lo es con sus hijos. Ningún siervo de Dios está exento de acusaciones como las que le hicieron al apóstol San Pablo.
2. El mensaje no fue dado con actitud arrogante sino que fue con la actitud de una madre para su tierno bebé o recién nacido. En el verso 6 vemos al predicador; en el verso 7 vemos al pastor.
3. Pablo tenía un espíritu afable y generoso para todos los hermanos y este espíritu le hacía dar gracias por ellos y orar por ellos, como también darles el mensaje con amor y ternura.
2. (2:9). Pablo mostró su generosidad, para lo cual tuvo que trabajar con sus manos de noche y de día en su oficio de hacer tiendas de campaña para no ser carga económica a los tesalonicenses y para no poner obstáculo al Evangelio. Aunque tenía derecho a ser sostenido, no fue carga en este sentido a los hermanos de Tesalónica. No estamos diciendo aquí que no se debe sostener a los obreros de Dios, sino que cuando una obra es nueva, las iglesias de más edad deben dar su sostenimiento.
3. Cuando una obra se inicia la iglesia patrocinadora de este campo blanco debe cubrir el sostén económico, pero a la vez enseñando que la nueva congregación debe tomar parte en el privilegio de dar para la obra de Dios, como lo hizo Pablo en Tesalónica. Él les enseñó a dar con el corazón y así, después, no les importó la pobreza (II Corintios 8:1, 2).
4. (2:10). La seguridad de Pablo de que las acusaciones contra él eran falsas, residía en saber que tenía en su favor el testimonio de los hermanos de Tesalónica, el testimonio de Dios mismo, y la manera como se había comportado entre ellos cuando llegó con el mensaje de Dios.
5. (2:11,12). En estos versículos encontramos la autoridad de Pablo como apóstol de Cristo, y que no hizo mal uso de ella, sino que fue como un don con dos funciones importantes.
Dios nos llamó a su Reino, nos dio entrada en la familia celestial, somos una comunidad de redimidos. Por esta razón, no debemos comportarnos como tiranos con nuestros hermanos, especialmente en las sesiones de los negocios de Dios, en las cuales no debemos usar palabras hirientes.
La otra razón por la cual andar dignamente para con Dios es porque nos hace partícipes de su gloria en nuestros corazones. Se nos dice que la gloria que Dios le dio a Jesús también nos la ha dado a nosotros (San Juan 17:22).
2. La Palabra predicada por Pablo fue recibida no como palabra de hombre sino como Palabra de Dios, como la verdad de Dios venida del cielo; pues Pablo no anunciaba su propio mensaje, sino el de Dios en el poder del Espíritu Santo.
3. (2:14). La Palabra de Dios estaba activa en los tesalonicenses, revolucionando su conducta diariamente; este era lo que los hacía imitar a las iglesias que estaban en Judea.
4. (2:14b). Los pecados de los judíos:
Cuando hacemos el trabajo para Dios vamos a encontrar oposición de los adversarios del Evangelio como le pasó a Pablo, pero vamos a hallar grandes bendiciones y frutos para la gloria de Dios.
El ministerio fructífero nos traerá
acciones de gracias por los hermanos que Dios nos da, tanto en la iglesia
local, como en nuestra denominación.