PASAJE PARA ESTUDIO: I Tesalonicenses 4:13-18.
LECTURA DEVOCIONAL: II Pedro 3:1-18.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Juan 17:24.
PROPÓSITO
Procurar hallar algunas lecciones que Pablo les dio a los Tesalonicenses en respuesta a sus inquietudes con respecto al regreso del Señor Jesucristo, por su Iglesia redimida por su sangre en la cruz del Calvario, la cual es para Cristo la perla de “Gran Precio”.
INTRODUCCIÓN
2. Cuando Pablo habla a los tesalonicenses usando la palabra: “Tampoco” es porque el capítulo anterior lo ocupó en explicar la doctrina de la santidad práctica; es decir, en los versículos del 1 al 12 del capítulo 4. Ahora él sigue con otro tema importante de la teología práctica, y éste tiene que ver con la escatología, que es una rama de la Teología Sistemática. Escatología es el estudio de las cosas últimas o del futuro. También la expresión “tampoco” es un puente para pasar de un punto a otro, como una llamada de atención.
3. La expresión, “Los que duermen” está en presente para indicar que la solución divina es válida también para nosotros hoy. No dice los que durmieron ni los que dormirán, sino los que “duermen”.
4. Pablo les dice a los hermanos de Tesalónica que la muerte es ausencia de este mundo para estar presentes con el Señor. ¿Si morimos vamos de una vez al cielo? ¿Y los malos van de una vez al infierno? Sí. Lo sabemos por los siguientes pasajes: Lucas 16:22-23; II Corintios 5:6-8; Lucas 23:42-43; Filipenses 1:23; II Pedro 1:13-15. Según estos pasajes, la muerte es el acto de dejar el cuerpo y partir para estar con el Señor. Por la figura que usa el apóstol, es como soltar el barco del puerto para que zarpe a otro puerto (4:13).
2. La manera como lo va hacer: Tanto los que ya murieron como los que estén vivos cuando Él arrebate a su Iglesia, tendrán el mismo privilegio, ya que a los muertos los va a resucitar con cuerpo glorificado. A los que estén o estemos vivos nos va a transformar a la semejanza de su gloria, para que podamos estar en su presencia y soportar el resplandor de su gloria. Porque Él que murió y resucitó, puede también llevar a su pueblo con Él, porque esa es la meta final.
3. Pablo les dice que el mensaje de aliento que les está dando es revelación de Dios, y sólo él sabía dónde y cuándo Dios le mostró esto; lo cierto es que lo comparte con os Tesalonicenses.
2. El primer evento es la presencia del Señor (parusía o venida), la cual es la tercera vez que la encontramos en esta epístola. En esta esperanza hemos sido salvos para esperar a Cristo en su venida en gloria; éste es el evento más glorioso que espera la Iglesia del Señor; es el evento más grande por suceder en este mundo: El regreso de Cristo.
3. El segundo evento es la resurrección de los que duermen en Cristo, cuando sea tocada la trompeta de Dios (I Corintios 15:52). Siempre el sonido de la trompeta es para convocar, y esta vez es para convocar a los tesalonicenses, diciéndoles que sus muertos no estarán en desventaja con los que estemos vivos cuando Cristo regrese por su Iglesia. Primera resurrección: Así como el Hijo de Dios se levantó glorioso, los suyos, los fieles, también seremos resucitados o transformados para ser semejante a Él.
4. El tercer evento será el arrebatamiento de los santos; los resucitados y los transformados en un abrir de ojos seremos arrebatados. Pablo les dice: “Nosotros”, para indicar que todos los fieles tomaremos parte en esta gloriosa manifestación de Dios cuando llame a su presencia.
2. La iglesia es exhortada a velar en vez de dormir; es exhortada a andar de día para que cuando Cristo aparezca no sea avergonzada, como nos sucede cuando se nos ha confiado algo y no lo hemos hecho: Sentimos gran pena y vergüenza. El arrebatamiento es por parte de Dios y no iniciativa de los humanos, lo cual tendrá lugar cuando sea el tiempo establecido por el Señor, como fue en la primera venida. Cristo, en su segunda venida, dará la orden por medio de la trompeta; llevará a su Iglesia, la cual se reunirá con Él en el aire. Por ser el arrebatamiento, iniciativa de Dios, nadie podrá impedir tal acción.
3. No todos los creyentes experimentaremos la muerte física, con lo que Pablo hace clara la doctrina de la inmortalidad del cuerpo, ya sea por la resurrección o por la transformación del cuerpo. Será una obra al instante y completa, correspondiendo a la semejanza del cuerpo de Cristo después de su resurrección, quién pudo aparecerse a sus discípulos, mostrarles las señales de los clavos, comer con ellos, viajar con ellos y traspasar las puertas cerradas (Lucas 24:39; 24:41; Juan 20:19; 20:24-31). Según estos pasajes, nuestros cuerpos podrán reconocer y ser reconocidos por aquellos con quienes convivimos.
4. “Recibirlo en las nubes”. Es en respuesta a la profecía de Hechos 1:9-11. Cuando Jesucristo ascendió, una nube lo ocultó de los discípulos, y los ángeles dijeron que así como se fue, así también volvería.
2. Pero la alegría más grande será estar con nuestro Señor, quien nos salvó y a quien servimos, y a quien debemos servir con gozo y con fidelidad. La Iglesia dejará tras sí: la humanidad, el dolor, la muerte, la angustia y el arduo trabajo, y recibirá su esperada recompensa. Estar con Él para siempre será lo más grande y lo último para la Iglesia del Señor.
3. El propósito de Pablo fue consolar a los Tesalonicenses, según lo hallamos en el versículo 18. Mientras viene el Señor podemos ser consolados con la Palabra de Dios, por lo que debemos esforzarnos en ser constantes en la esperanza de la segunda venida de Cristo.
Cristo viene otra vez. Esto es un evento ineludible
que puede suceder en cualquier momento, en el cual tanto los muertos en
Cristo como los que aún estén o estemos vivos, tendremos
igual privilegio. Ningún grupo estará en desventaja.
Lo más importante es estar preparados y amando su venida, y no tanto
saber la fecha de tan importante evento, o la secuencia de los acontecimientos
relacionados con el mismo. Lo más grande será estar
para siempre con el Señor.