PASAJE PARA ESTUDIO: I Tesalonicenses 5:1-11.
LECTURA DEVOCIONAL: Amós 5:16-27.
TEXTO PARA MEMORIZAR: I Tesalonicenses 5:6.
PROPÓSITO
Descubrir la exhortación de Pablo para que los tesalonicenses se mantuvieran fieles a Dios y firmes en la doctrina enseñada por Él y sus colaboradores, para que no se dejaran inquietar, antes se mantuvieran en la luz de Dios, en la que ya andaban como hijo, no como los demás que estaban desapercibidos.
INTRODUCCIÓN
Pablo pasa a darles su respuesta, en primer lugar, con exhortación doctrinal en cuanto al Día del Señor. Para que ese Día no nos sobrecoja, tenemos que estar despiertos y andar en la luz, estando vestidos de Dios con fe, amor y salvación. Después de ser salvos hay que vivir en constante vigilia mientras Cristo viene.
B. Como dijimos en otra lección, los tesalonicenses ya conocían la doctrina de la segunda venida de Cristo, por lo que Pablo no tenía necesidad de escribirles.
2. Pablo no les enseña una nueva doctrina, sino que les recuerda lo que ellos ya sabían, como dijo Sócrates: “Educación es sacar de la mente de las personas lo que ya saben”. Esto es lo que Pablo hace en este caso aunque, por otro lado, todos somos dados a estar más preocupados por las cosas que en lo profundo del corazón ya sabemos con exactitud.
3. Pablo les recuerda a los hermanos de Tesalónica que así como hay un día de salvación, también habrá un día del Señor, que tendrá varias fases o eventos. Este es el Día del Juicio de Dios, al cual no escaparán los desapercibidos de la salvación que Cristo logró en el Calvario para nosotros.
4. El día del Señor vendrá sin previo aviso por la Iglesia. Ésta debe prepararse y estar esperando ese día con amor, porque el verbo que usa este versículo está en el tiempo presente en el original griego, en el idioma en que fue escrito el Nuevo Testamento. En vez de decir vendrá, dice: “Viene”, por lo que indica que tenemos que estar apercibidos.
5. Las figuras que usa son vívidas: El ladrón, el relámpago y los dolores de la mujer que va a dar a luz.
En contraste con los desapercibidos mencionados en los versículos 1 – 3, el versículo 4 marca la posición de los creyentes de Tesalónica que no estaban en tinieblas. Y para hacer la diferencia usa un puente llamativo: “Pero”, indicando que los que hemos recibido a Cristo en cualquier parte del mundo, no estamos en tinieblas para que aquel día nos sorprenda.
Pablo les dice que ellos no van a ser sorprendidos porque son hijos de luz y andan de día, o sea, que son nacidos de Cristo, quien dijo: “Yo soy la luz del mundo”.
Les exhorta a que no duerman, pero lo pone en primera persona para incluirnos a todos e instarnos a que no durmamos en las tinieblas del pecado. La razón fundamental es que antes fuimos tinieblas, ahora somos de Cristo, y, en consecuencia, somos luz (Efesios 5:8).
Pablo Los exhorta a velar como lo hizo Cristo con sus discípulos, cuando les dijo: “Velad” (Marcos 13:35). Dormir espiritualmente es vivir como que si nunca va a venir ese día de juicio. Es pensar que tenemos suficiente tiempo para nuestras cosas triviales.
En cambio, ser vigilantes es vivir la vida de santidad,
conscientes de un día de juicio y del regreso del Señor a
esta tierra por su Iglesia. Vigilante es la persona que está
siempre preparada.
Pablo les exhorta a ser sobrios. Una persona sabia es la que no depende tanto de los sentimientos, sino la que tiene el fuego de Dios. Por un lado está despierta y, por el otro lado, está confrontada por la Palabra de Dios, no dependiendo de las emociones. Sobrio es lo contrario de ebrio. Pablo quiere que estemos conscientes de que Cristo viene, y que alcancemos el dominio de nosotros mismos. Quiere que no seamos dominados por la carne, como aquel siervo malo que dijo: “Mi señor se tarda en venir”, y luego se fue con los borrachos y fue sorprendido.
2. La otra exhortación práctica de Pablo para los tesalonicenses y para nosotros es que, siendo sobrios, debemos estar vestidos y no desnudos como estaba la Iglesia de Laodisea descrita en Apocalipsis 3:18. La vestidura es, en primer lugar, la coraza de la fe, la cual es parte de la armadura del cristiano. Nos da la idea del centinela que siempre se encuentra vigilante. La fe nos da serenidad, seguridad y confianza, haciendo uso de las promesas de Dios para desviar las flechas envenenadas de la tentación. La coraza cubre el pecho, la espalda y los hombros. Hoy se usan los modernos chalecos antibalas.
3. Pablo exhorta a los hermanos a estar vestidos de fe y amor, porque estas virtudes también son parte de la salvación; y, para ser más específico, les habla de otra pieza defensiva: el yelmo, una pieza que cubre la cabeza como el casco protector de los pilotos de motocicletas. La salvación es el rescate de nuestros pecados, y también es la vida espiritual que nos ha dado Dios al andar en obediencia.
4. Pablo nos da el propósito por el cual estamos en su Iglesia. No es para ira, no es para condenación, sino para adquirir salvación que Dios nos ha destinado, y no por nuestros méritos, sino por la muerte de Cristo. Él enfatiza que es por medio de Jesucristo. Por su amor murió por nosotros, los que vivimos ahora y que esperamos a Cristo, y los que ya duermen en Él. Pablo no ha olvidado el grupo de 4:13-18, con relación a los versículos 9 y 10.
5. Otra vez Pablo les dice a los tesalonicenses que sólo quiere afirmarlos en lo que ellos ya saben, y que ya están practicando, como lo indica el versículo 11. La exhortación es alentarse unos a otros y edificarse unos a otros, como lo estaban haciendo ya. Pablo sólo les indica que van bien, que sigan. Recordemos que esta iglesia era reciente y estaba en peligro de caer en manos de malos maestros.
En respuesta a los problemas en cuanto a fechas o
el tiempo de la segunda venida de Cristo, Pablo les dice que ellos ya conocen
la doctrina, pero que les exhorta a ser fieles a Dios, siendo vigilantes
y sobrios, vistiéndose de las armas de luz. Por ser hijos
de luz y ser del día, no debían dormir como los que están
desapercibidos quienes están alentados por una falsa seguridad y
una paz espuria. Pablo les dice que la salvación viene por
la muerte de Cristo, y que no importa si estamos vivos o muertos cuando
Él regrese.