PASAJE PARA ESTUDIO: II Tesalonicenses 2:1-12.
LECTURA DEVOCIONAL: I Juan 2:18-29.
TEXTO PARA MEMORIZAR: I Juan 2:20.
PROPÓSITO
Explicar que el regreso de Cristo a esta tierra estará marcado por la apostasía de los que antes decían creer en Él, pero que ahora lo niegan. Éstos, habiendo conocido al Señor, le negarán, siendo encabezados por el hombre de pecado. Este hombre tendrá un sistema trinitario, como lo veremos en esta lección. No es Satanás, sino un agente de Él.
INTRODUCCIÓN
2. El segundo evento será la manifestación del “hombre sin ley”; no porque no la conozca, sino porque se negará a obedecerla. Por esta razón se le llama “hombre de desafuero”. Se refiere a un individuo que en forma deliberada decide desobedecer las normas establecidas. Será el personaje más perverso que jamás haya existido.
3. El mensaje de Pablo de que Cristo vendría en forma repentina, había sido mal interpretado como un regreso inmediato. Por eso había confusión entre los hermanos, al grado de que la segunda venida de Cristo llegó a ser el tema del día. Por esta razón daban atención a cualquier conversación que tenía que ver con este asunto. Esta situación fue aprovechada por los falsos maestros, quienes empezaron a inquietar a los hermanos con cartas y mensajes, como si fueran del apóstol Pablo. Por esa razón, el apóstol les aconseja que nadie los mueva del modo de pensar que aprendieron al oír el Evangelio de Dios. Los tesalonicenses estaban interesados en la resurrección y en el regreso del Señor.
Pablo se dirige a ellos como “hermanos” y les ruega que no sean perturbados ni sacudidos por ningún motivo. También para nosotros es válida esta advertencia, para que nos cuidemos de aquéllos que pretenden tener voz profética, cuando realmente son mentirosos. Ahora ya tenemos toda la revelación escrita: La Palabra de Dios, y no necesitamos ni revelaciones contradictorias, ni adicionales.
4. Los tesalonicenses debían saber que antes de la venida de Cristo habría un margen de tiempo. Tenían que saberlo ya fuera por espíritu, por palabra, o por carta. El apóstol los instruye para que nadie los engañe. La expectación acerca de la segunda venida de Cristo, los hacía vulnerables a ser engañados por falsas doctrinas. Pablo les dice que la apostasía vendrá primero antes que Cristo aparezca. La apostasía será una negación abierta por parte de algunos infieles. Será una negación de la fe que ellos mismo afirmaron antes.
5. El regreso de Cristo será precedido por un tiempo de temible apostasía, oposición a la Iglesia verdadera y a Dios mismo. No sucederá en el Templo de Jerusalén, sino en forma espiritual en la Iglesia del Señor.
6. Israel cayó en apostasía cuando decidió desobedecer a Dios. Entre los años 175 – 164 a. C., el malvado dictador Antíoco Epífanes mandó a un sacerdote israelita a hacer un sacrificio pagano para liquidar la religión judía. Sin embargo, Matatías, quien era el sacerdote, rehusó hacer tal sacrificio y mató al emisario del dictador. Este trágico evento dio origen a la guerra de los Macabeos.
7. ¿En qué consistió la desobediencia de Israel? En que los transgresores de la ley de Dios persuadieron a los demás a hacer alianzas con los paganos que estaban alrededor de ellos. Esto les hizo incircuncisos, lo cual era abominación a Dios.
2. Tres ciudades: Jerusalén, Babilonia y Roma.
3. La trinidad cultural: Unidad política, unidad religiosa y unidad económica.
4. El dragón es el poder demoníaco que inspira el sistema.
5. La bestia u hombre de pecado es la autoridad suprema de la política.
6. El falso profeta es la autoridad suprema de la religión.
7. Así como envía al Hijo al mundo (Juan 6:57), también el dragón envía al anticristo (Apocalipsis 12:7-12).
8. Tal como Dios dio autoridad al Hijo (Juan 17:2), el dragón da poder al anticristo (Apocalipsis 13:2).
9. Así como Dios recibe la gloria por parte de Cristo (Juan 12:27), el dragón recibe exaltación de la bestia.
10. Cristo vino del cielo (Juan 6:38); el anticristo viene del abismo (Apocalipsis 11:17).
11. Cristo vino en nombre del Padre (Juan 5:43); el anticristo viene en su propio nombre.
12. Cristo es santo; al anticristo se le llama “el inicuo”.
2. La primera venida de Cristo fue marcada por una apostasía considerable. Era una noche oscura que ya había durado unos cuatrocientos años, aunque sí había un remanente fiel a Dios. Así será en nuestro tiempo; la verdadera Iglesia permanecerá fiel, aunque haya apostasía.
3. El hombre de pecado no es Satanás, sino un agente de él. No será un poder abstracto y colectivo, sino una persona escatológica que se exaltará así misma. Se opondrá a todo lo que se llama Dios. Se hará pasar como Dios, y se sentará en el Santuario. Pero Dios lo matará. El hombre de pecado, el anticristo que aquí llamamos “hombre desafuero” por su carácter desenfrenado, vendrá en la última hora. Sin embargo, su espíritu ya está obrando en el mundo. A esto se le llama el misterio de iniquidad en 2 Tesalonicenses 2:7. También lo llama así Juan en su primera carta 2:18. Al final vendrá este personaje, que Pablo describe en II Tesalonicenses 2, como un individuo. Ya no es un precursor como lo ha sido hasta ahora. Es el mismo personaje tristemente esperado.
4. La venida de este personaje diabólico será por operación de Satanás, quien hará señales y milagros mentirosos, porque ése es su carácter: Ser mentiroso y engañador (II Tesalonicenses 2:9). Es el personaje que pertenece al tiempo del fin.
Juan nos habla de los anticristos salidos por el mundo (I Juan 2:18); pero habrá un personaje final: El Anticristo en grado superlativo al dar una mirada a II Tesalonicenses 2, nos damos cuenta de que estamos frente a la predicación del personaje que está por aparecer.
2. Será el hijo de perdición (Daniel 8:26).
3. Será el que se opondrá a Dios (Daniel 7:25).
4. Será el engañador número uno (Daniel 8:25).
5. Se exaltará a sí mismo pretendiendo ser adorado como Dios” (Daniel 8:4,10).
6. Será matado por el poder de Dios.
Los hijos de Dios debemos estar preparados esperando
al Señor, porque la apostasía vendrá sólo sobre
los infieles. Dios es poderoso y fiel. Él nos guarda
con su poder para no caer y así esperar de los cielos a Cristo.
Así que a la Iglesia le esperan días de gloria y bendición;
mientras que a los malos les esperan los más terribles castigos.
Estos juicios vendrán sobre los que no se arrepintieron cuando el
Señor nos llame a su presencia.