Capítulo V
Discerniendo el Sentir de la Junta
Es un poco parecido al equipo mecánico en mi carro, o en mi refrigerador.
¡No se le pone mucha atención hasta que se descompone, entonces
somos conscientes de lo importante que es que trabaje! Las formas rutinarias
de dar mantenimiento también son importantes, y con frecuencia
al descuidárseles descubrimos que los malos funcionamientos mecánicos
son detectables, ya sea para descartarlos ó descubrir que algo “dentro
de ellos” se desgastó.
Cuando la iglesia esta “funcionando” bien, creciendo, trabajando, y adorando
a Dios en armonía, no se pone mucha atención a cómo
la “junta de negocios” se desarrolla. Puede que haya preguntas curiosas
de parte de los nuevos, especialmente de aquellos que vienen de otra denominación
que conduce los asuntos de la iglesia de una manera muy diferente, o de alguien
que es activo en la vida de organizaciones comunitarias que hacen de las
“Reglas de Orden de Roberto” (Robert’s Rules of Order) una herramienta
útil y necesaria
[NOTA: La primera edición de las Reglas de Orden de Roberto
fue realizada en el año de 1876 en Inglaterra. Las Reglas de Orden
de Roberto han sido una autoridad a través de los años basadas
en el Procedimiento Parlamentario. Han sido utilizadas por organizaciones
no legislativas. Estas reglas fueron escritas por el Ingeniero del Ejercito
Americano Henry Martyn Robert. Quién fue además el autor
de Parliamentary Practice (1921) Practica Parlamentaria (1921) y Parliamentary
Law (1923) Ley Parlamentaria (1923). Parecido a la mayoría de
los textos parlamentarios americanos, el procedimiento de Roberto se basa
en las Reglas de Casa, las cuales a su vez se derivan de la Ley Parlamentaria
Británica. Muchas organizaciones a través del mundo, tienen
procedimientos basados en las leyes parlamentarias Británica y Americana.]
Pero lo que muchos dan por sentado en la conducción
de los negocios puede llegar a ser motivo de sospecha o de abuso cuando una
decisión “importante” surge en la iglesia – como puede ser el cambio
de pastores, la entrada a un programa de servicio, o la planificación
de un presupuesta. Repentinamente el enfoque de atención se centra
en cómo decidimos acerca de estos asuntos, y también sobre
las razones del “sistema” de los Amigos en el proceso de toma de decisiones
local o denominacional.
¿Es esto una doctrina? ¿Es útil? ¿Práctica?
¿Correcta? ¿O es sencillamente una curiosidad anacrónica
de los Cuáqueros que está desgastada o es impráctica?
Como una práctica normal nosotros no votamos; no levantamos mociones
y las secundamos en una sesión de negocios de la iglesia, no tenemos
campañas para ocupar puestos... y además utilizamos varias
expresiones que parecen inentendibles idiomas extranjeros tales como “discerniendo
el sentir de la junta”, “aprobado”, o esperamos sin pronunciar palabra reflexionando
sobre un asunto hasta que el “clerk” (presidente) aparentemente decide que
el asunto ha sido resuelto y lo dice. Para aquellos no familiarizados
con el procedimiento puede ser confuso. Puede ser frustrante si se
percibe que no está funcionando bien cuando algo “anda mal,” lo cual
es otra manera de describir la desunión en el cuerpo de la iglesia.
Para acercarnos a este asunto positivamente es importante primero dirigir
nuestra atención a ciertos conceptos básicos de lo que la iglesia
realmente es y no a no contar con las Reglas de Orden de Roberto. ¿Cómo
difiere esto de otras organizaciones en las cuales estamos involucrados?
¿Por qué? Esto es muy diferente de intentar determinar
por qué somos diferentes. Como cuestiones distintivas examinadas,
esto no es como si los Amigos trataran de ser únicos tomándolo
como una especie de meta; por el contrario, es una respuesta práctica
a una interpretación escritural de la verdad discernida examinando
como la iglesia es diseñada en el Nuevo Testamento.
Así que, regresemos por un momento para mirar a la Iglesia, no sólo
a los Amigos como denominación. La Iglesia no es parecida a
cualquier otra organización o agencia. La Iglesia tiene un propósito
único para su existencia. Jesús declaró dirigiéndose
a Pedro y a los otros discípulos “Edificaré mi Iglesia” Mateo
16: 18. Muchos volúmenes han sido escritos respecto a si la iglesia
de tal declaración iba a ser construida sobre Pedro mismo o sobre
una fe expresada por Pedro; “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.”
Los Amigos comparten la convicción, con otros Protestantes de que
la Iglesia es construida sobre el Cristo que Pedro reconoció.
Esta es una verdad profunda la cual es sagrada y eterna. Esto significa
que el acercamiento de uno al propósito y al funcionamiento de la
Iglesia es hecho reverentemente, en oración, jamás caprichosa
u ocasionalmente.
La iglesia organizada utiliza a la gente y a los métodos de la sociedad
en general pero está fundada sobre una base espiritual. Todo
lo que sucede en la vida de la iglesia brota de la adoración, nuestra
interacción y la guianza de Dios a través del Espíritu
Santo. Las decisiones, la acción, la adoración, las sesiones
de negocios, y todos los ministerios de cualesquier naturaleza serán
bajo la guianza de Cristo y la autorización de Su Espíritu.
En términos prácticos, esto significa entonces, que los pastores,
los presidentes de juntas, los comités, las decisiones, y los programas
son espiritualmente inspirados bajo la guía del Señor.
De acuerdo a esta premisa, la misma nos conduce a un acercamiento específico
sobre como las decisiones pequeñas y grandes (desde nuestro punto
de vista, aunque todas las decisiones pueden ser espirituales en naturaleza),
se logran bajo la guía del Espíritu. ¿Cómo se
disciernen las mismas? ¿Cuál es la mejor forma de hacerlo,
a través de votos mayoritarios o a través de procedimientos
de gobiernos democráticos? ¿O existe una forma mejor?
Ya se ha explicado que el pastor, o cualquier otra persona en la iglesia,
es un ministro, dotado por el Señor para honrarle y servirle a Él
y para vivir una vida de preocupación amorosa por otros. Nadie
tiene poderes autocráticos. Cada Cristiano tiene el privilegio
de hablar en la adoración cuando es dirigido por el Espíritu,
aunque algunos están especialmente dotados para predicar, enseñar,
o administrar al dárseles la oportunidad. Esto es igualmente
cierto en una junta donde se toman las decisiones de negocios. La expresión
“reunión de adoración para la conducción de los negocios”
describe esto. Todas las acciones tomadas se convierten en una extensión
de la experiencia de adoración.
Para constatar cómo sucede esto, es lo mas útil mirar con detenimiento
como fueron hechas las decisiones de la iglesia en el Libro de los
Hechos. Sería bueno recordar que la comunidad Cristiana que
se estaba desarrollando funcionó mucho antes que Las llamadas Reglas
de Orden de Roberto fuesen instituidas. El modelo de la iglesia no
es el de “la municipalidad,” o cualquier otro sistema similar, aunque
estos modelos funcionan bien al cumplir los propósitos para los cuales
el gobierno o el grupo de acción son necesarios en la mayoría
de las organizaciones. Sin embargo, hay aquellos que han experimentado
en organizaciones seculares un abordamiento de “consenso” para la toma de
decisiones, creyendo que el mismo a menudo ocasiona menos divisiones
y da más libertad en el intercambio de ideas.
Uno se maravilla del “poder” de la iglesia primitiva. Este poder vino
no del modelo de “la estructura de poder” común con el cual estamos
familiarizados, sino del poder de Dios sobre todo. Cuando la iglesia está
en un total acuerdo uno con el otro, y con el Espíritu Santo, no hay
casi nada que no pueda hacer. El trabajo del Señor se convierte
en testimonio de belleza, amor, y poder.
Por contraste, consideren la devastación y el daño que se produce
cuando la gente de Dios discute (¡pelea!) en la iglesia. Si cuando
los asuntos tienen que ser resueltos, se presentan desacuerdos y conflictos
de individualidad, estos pueden ser llevados al control del Espíritu
Santo y armonizados en un acuerdo unánime a través de Su guía.
Las divisiones, la discordia, y el “espíritu partidista,” aunque sea
mínimo, amenazan la estabilidad de la iglesia y la armonía.
En un clima de desunión, todo tipo de problemas surgen. Cuando
una iglesia es gobernada por bien, mayorías ó minorías
en lugar de ser gobernada en un sentido de unidad en el Espíritu,
el “rebaño” es vulnerable, algunas veces es devastado por el enemigo.
Viendo que los métodos humanos dividen congregaciones, fragmentan
compañerismos, y alienan Cristianos, ¿Se puede confiar en ellos
como el plan de Dios para la toma de decisiones en la iglesia?
No sólo los Cuáqueros han encontrado que la iglesia no debe
operar como un negocio ni ser manejada como una rama de gobierno. La
revista Moody Monthly recientemente publicó un artículo escrito
por un pastor bautista titulado “¡Detengan el Voto- están haciendo
naufragar a mi Iglesia!” Él insiste que Dios ofrece un camino mejor.
Por precepto y ejemplo, Dios ha diseñado otro patrón para guiar
a Su iglesia que se convirtió en el procedimiento establecido para
avanzar en unidad y alcance en el Nuevo Testamento.
Otro ejemplo contemporáneo de esto es encontrado en una Iglesia de
la Comunidad cerca de Portland, Oregon, cuya membresía es cerca de
mil y cuenta con varias iglesias – hijas. El pastor anunció
en una Conferencia de Crecimiento de la Iglesia: “Hemos aprendido más
de los Cuáqueros, que de otros grupos acerca del secreto de la unidad
y el crecimiento de la iglesia. Nunca votamos en nuestras sesiones
de negocios. Esperamos hasta que somos guiados en unidad total por
el Espíritu del Señor.” Él pastoreó esta iglesia
por más de 25 años.
La unidad es más que un mero ideal. La armonía en una
iglesia es más que una simple emoción derivada de una nueva
experiencia. Esto refleja la presencia del Señor entre nosotros,
ya que la sabiduría y la luz vienen de Él. Desde luego
que debe ser dicho claramente que no es el “sistema” el que trae unidad,
sino el Señor. Y un sistema de no votación que no está
sometido al Espíritu en humildad y obediencia por todos los que están
involucrados, falla en liberar el poder y el amor que caracterizó
a la iglesia primitiva, o cualquier otra iglesia, en su mejor desenvolvimiento.
El tan llamado “procedimiento democrático” es preferido en el gobierno
civil por sobre el dictatorial. Pero en la iglesia, nuestro “dictador”
es el benevolente, todo sabio, tierno, comprensivo, entendiendo Uno
que usa instrumentos y habilidades humanas para cumplir Su propósito
humano, en tanto que sus seguidores finitos están bajo Su liderazgo.
Un procedimiento verdaderamente democrático requiere por lo menos
de un sistema bipartidista. Esto no puede ser propuesto seriamente
como un buen modelo para una iglesia local, aunque frecuentemente se ha insistido
en ello.
La votación, entonces es una invitación a la división.
Cuando se lleva a cabo una votación, alguien pierde. ¿Es esto
bueno? El plan de la boleta secreta, asumido por algunos como la máxima
forma para una honesta expresión de la gente, simplemente da lugar
al anonimato, no a la unidad. Cuando tal procedimiento es puesto en
práctica en la iglesia, los Cristianos sensitivos y discernidores,
con frecuencia regresan a sus hogares confundidos, y algunas veces enfermos
por lo que han experimentado. Este no es un buen substituto para seguir
los dictados del Espíritu.
Sin lugar a dudas, algunos de los que leen esto, que han estado muchos años
en la Iglesia de los Amigos, están pensando, bueno, ésta no
es la manera como se hace en mi iglesia, aún y cuando hemos intentado
la toma de decisiones sin votar. Debe de reconocerse que la no - votación
automática tampoco es la respuesta. Hay un más profundo
principio espiritual que tiene que ser descubierto. Uno podría
también observar que muchos matrimonios parecen no estar funcionando
bien, pero no es la idea del matrimonio la que está mal, sino que
el matrimonio no está siendo propiamente practicado por la pareja.
Se ha declarado que, en la iglesia Cuáquera se cree,
dos tipos de asambleas sean las deseables: las reuniones de adoración
que tienen que ver con el ser, y las juntas para la transacción
de los negocios que tienen que ver con el hacer. Lo que está
implícito en la adoración se hace explícito en la acción.
La estrategia del procedimiento organizacional de los Amigos está
diseñada para canalizar las preocupaciones y testimonios Cristianos
individuales hacia una posición elevada, es decir, de una persona
a través de la iglesia local, a la junta anual, y al mundo, como puede
ser intentado apropiadamente. Esto, obviamente, es muy diferente de
un “sistema jerárquico” estrictamente observado. Cuando sólo
la autoridad de una persona, o la decisión unánime de un grupo
es reconocida, la supremacía de una mayoría por sobre una minoría
está completamente disculpada. Lo que realmente se quiere es
discernir la voluntad de Dios. Y Dios no está dividido.
Votando o politizando solamente pone en evidencia el tamaño de una
división sobre un asunto en particular.
Antes de seguir analizando las formas específicas en las cuales la
reunión de negocios de los Amigos funciona, es interesante descubrir
como el procedimiento se desarrolló históricamente. Primero,
las juntas de adoración Cuáqueras en donde se condujeron negocios
y se tomaron decisiones, fueron para cuidar de los pobres, los enfermos,
y los prisioneros. Se nombraron comités, se recabaron fondos,
y se dictaron planes sobre como manejar estos asuntos... no en un tiempo
diferente ni en un lugar diferente, sino directamente de la adoración
júntos. El mismo principio sigue funcionando al cuidar de los
asuntos de la iglesia, pero desde luego es más complejo sino es que
más íntimamente trágico como lo fue en otros tiempos.
Reportes financieros, contabilidades, acción de comité, planeación
departamental, y presupuestar para misiones, esfuerzos evangelísticos,
ministerios para jóvenes, programas de música, preocupaciones
sociales- de hecho, toda la gama de una iglesia bien organizada es revisada
y promovida en un espíritu de adoración (en sesión)
dedicado a la conducción de los negocios. Este modelo es usado
por los comités administrativos locales de la iglesia y por otros
comités. Esta filosofía básica y el principio
operativo de una profunda conciencia espiritual a través de una simultánea
dependencia individual y de grupo en la guía del Espíritu es
una práctica y herencia sostenida en una confianza sagrada.
“En nuestras juntas para los asuntos de la Iglesia los negocios no deben
ser dejados a unos cuantos. Se trata de tener reuniones en el Espíritu
de Cristo para la totalidad de su Membresía.” Esta es una cita de
una de las cartas de George Fox a William Penn. Penn mismo declaró:
“Ninguno preside a la manera de las asambleas de otra gente; siendo sólo
Cristo su presidente, se complace de mostrarse en sabiduría
en cualquiera de los miembros o en muchos mas [miembros]... para llegar a
una firme unidad de convicción...” En 1725 el Cuáquero
Thomas Chalkley escribió, “Considerando el gobierno de la Iglesia
de Cristo, de la cual Él es la cabeza santa y el dador de la ley...
nosotros estamos para buscar y esperar el consejo y la sabiduría
de Él en todas nuestras juntas mensuales y trimestrales para el beneficio
de nuestra Sociedad (Cuáquera)... El Espíritu de Cristo debe
gobernar la Iglesia de Cristo.” Nuevamente George Fox parece resumirlo al
decir: “Los Amigos no son como una compañía de gente interesados
en los negocios de la parroquia o de la aldea, sino más bien (son)
un grupo interesado en esperar en el Señor.” (Del Diario de George
Fox y de los Escritos de William Penn en Algunos Frutos de la Soledad.)
(George Fox´s Journal, and William Penn’s writings in Some
Fruits of Solicitude.)
Más importante que la historia Cuáquera son los ejemplos de
la toma de decisiones observados en las Escrituras. Cómo funciona
la toma de decisiones en la iglesia primitiva es mostrado en el libro de
los Hechos de los Apóstoles y en otras partes y merece nuestro
cuidadoso estudio. Ciertamente estos ejemplos no son demasiado idealistas
o elevados para nosotros hoy; más bien, son percibidos como la norma
para desarrollar estrategias y programas.
Consideren lo siguiente: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de
nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa,
y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente
unidos en una misma mente y en un mismo parecer.” 1ª de Corintios
1: 10.
El Apóstol Pablo anima a lo mismo cuando escribe a otra iglesia: “solícitos
en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.”
(Efesios 4: 3) “Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos,
consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de
amor estará con vosotros.” 2ª de Corintios 13: 11. “Finalmente,
sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente,
misericordiosos, amigables.” 1ª de Pedro 3: 8.
Estas repetidas exhortaciones a “ estar en armonía,” a “estar perfectamente
unidos en un pensamiento,” a “estar todos de acuerdo,” “estar en un solo
pensamiento,” no se dan coincidental ni rápidamente. Uno observa
una espera en oración sin prisa hasta que estas descripciones
pudieran ser cumplidas con precisión. Con frecuencia, hoy día
“breves oraciones de apertura” son usadas en la discusión de las juntas
de negocios. Cuando hay tanto en juego para estar seguros de una completa
unidad y armonía, una propia prioritización de tiempo para
permitir el esperar en el Señor, siempre es correcto. Algunas
veces es más fácil simplemente designar un comité para
recomendar o para votar sobre una decisión. En tanto que el
nombramiento de un destacamento especial ó un comité de estudio
es a menudo un procedimiento aceptable, esto no debe convertirse nunca en
un trueque para encontrar la voluntad de Dios. El trabajo espiritual es hecho
mejor espiritualmente. Este es el punto. Los métodos adaptados o copiados
del mundo, sin el sello de la aprobación de Dios sobre ellos, nunca
son tan satisfactorios como un acercamiento espiritual.
Antes de examinar algunas situaciones específicas de toma de decisiones
como precedentes de la iglesia del Nuevo Testamento atisbaremos en el formato
tradicional generalmente seguido en una junta de negocios de los Amigos.
El presidente quien preside después de un periodo de adoración,
no en un devocional “rapidito” o en unos cuantos momentos de silencio,
sino más bien dando una oportunidad adecuada para “centrarnos” en
un espíritu de comunión- el presidente presentará a
la junta una agenda de asuntos para ser considerados. La agenda se
abre y se cierra para revisión y adiciones. Se da tiempo para
una cuidadosa examinación, en la cual todos los miembros que se sienten
interesados pueden expresar un juicio que puede ser oído. Es
apropiado insistir que todos hablen y respondan de alguna manera, aún
si no tienen un interés específico en el tema tratado para
que los Amigos sepan que ellos no tienen interés en el asunto.
Si en el curso de la reunión, el presidente discierne que se lleva
mucho tiempo en argumentos no productivos, él o ella debe llamar a
un tiempo de espera delante del Señor, o a la posposición de
la decisión. Cuando es notorio para el presidente que la junta ha
llegado a un acuerdo, él o ella declara claramente lo que parece ser
“el sentir de la junta.” Si los miembros entonces dan su aprobación
a la declaración del presidente con el simple pronunciamiento de “aprobado”
o con una inclinación de la cabeza, entonces se escribe y se lee una
minuta delante de la junta. Subsecuentemente se cuida que se notifique
a aquellos que están involucrados en las acciones, quienes pudieron
haber estado ausentes de la junta en el momento en que la decisión
fue tomada, los cuales son hechos conscientes de las acciones aprobadas.
El grado de unidad necesaria para una decisión depende en cierta forma
de la importancia de la pregunta y del carácter y la profundidad de
sentimiento de aquellos que al parecer se oponen (o están intranquilos)
con la tendencia general de las opiniones expresadas. En asuntos rutinarios,
muy poca o ninguna expresión es necesaria. Aún el silencio
puede dar el consentimiento. Pero, en asuntos más importantes,
se cuida de asegurar la total participación de todos los que están
presentes.
Una minoría opositora, aún y cuando sea pequeña, no
es desatendida. El “peso” de un miembro de la junta en la determinación
de una decisión depende de la confianza que la junta tiene en la validez
de su juicio. Sobre algunos temas, ciertos Amigos son más conocedores
que otros. Sobre un problema financiero, la opinión de un financiero
podría determinar el sentir de la junta, aunque su opinión
podría poseer menos peso en otro asunto. Dios utiliza la pericia
de cualquier discípulo si este está dedicado a Él a
través de la vida y el trabajo de la iglesia.
Si un individuo trae una inquietud a la junta, mucho depende del grado en
el que la inquietud le ha tomado a él o a ella. Si la inquietud
es sostenida profundamente o es traída vez tras vez a pesar de la
previa inactividad o aún de la oposición, la junta puede finalmente
ceder aunque cierto grado de duda fuese sentido al principio por algunos.
Si existe una seria diferencia de opinión en un asunto que no puede
ser pospuesta, la decisión puede ser delegada a un pequeño
comité. No es infrecuente que una minoría retire su oposición
para que la junta pueda llegar a una decisión. Sin embargo,
es sorprendente como es obtenida una unidad real, a pesar de que las discusiones
en las primeras etapas muestran una amplia variedad de opiniones, o de división
pronunciada.
Si el método Cuáquero para llegar a decisiones no tiene éxito,
la dificultad generalmente se debe a la participación de algunos miembros
que no han alcanzado la correcta actitud de mente y corazón.
Personas dogmáticas que hablan con un aire de irrevocabilidad o asumen
el tono de una persona en debate determinada a ganar pueden ser un serio
obstáculo. La elocuencia para apelar sólo a la emoción
queda fuera de lugar. Aquellos que vienen a la junta no tanto para
encontrar la voluntad de Dios sino para ganar la aceptación sobre
sus propias opiniones pueden darse cuenta que sus puntos de vista llevan
poco peso. Las opiniones deben ser siempre expresadas con humildad
y tentativamente en la aceptación de que ninguna persona ve la verdad
total, y que la junta por entero, como el Cuerpo de Cristo, puede ver con
más exactitud que lo que una persona puede ver, cualquier parte de
la totalidad.
Algunas veces funciona así: Al hablar Smith, después de Jones,
Smith considera la opinión de Jones. Brown pudiera seguir con
una declaración que probablemente hubiera sido diferente si es que
Smith como Jones no hubiesen hablado. Cada miembro de la junta reconoce
a otros sinceros miembros que tienen por lo menos algo de inspiración.
Finalmente se toma una decisión la cual recibe la aprobación
de todos. Entonces un buen número de personas dice “aprobado,”
“yo estoy de acuerdo,” o alguna otra expresión equivalente.
El resultado es más que meras dinámicas de grupo o diálogo
cortés, aunque el Espíritu puede utilizar ambos.
Lo ideal de todas las discusiones de negocios es llegar a una acción
unificada como un sentido de la guía del Espíritu Santo.
Si esto puede ser encontrado sin división y en la calidez de una guía
espiritual, el ideal es concretizado.
Este método no resulta un compromiso. Un compromiso parece no
satisfacer por completo a nadie. El objetivo del método Cuáquero
de negocios es descubrir la voluntad de Dios, la cual si es reconocida y
aceptada satisfará a cada persona más completamente de lo que
satisfizo cualquier otra posición previamente sostenida. Cada uno
puede entonces decir, “Aquello es lo que realmente quería, pero no
me di cuenta.” Este abordamiento a la toma de decisiones intenta producir
una síntesis de la acción y la inquietud, en las cuales cada
parte hace algunos ajustes a la totalidad, y como en toda vida, el todo es
más que la suma de las partes. Una nueva visión emerge
a través de la búsqueda de la dirección del Señor,
y cuando la junta es una en este propósito, se encuentra la respuesta.
Esto es un logro. Cada punto de vista parcial, fragmentario, contribuye
al punto de vista general. El nuevo miembro es animado a estudiar este
plan y a aprender a través de la preparación de un corazón
humilde y un pensamiento lleno de oración a cómo contribuir
efectiva y cooperativamente en la búsqueda fructífera de la
voluntad de Dios en los asuntos de la iglesia.
Sin embargo el logro de este tipo de unidad dentro de la iglesia no es lo
mismo que uniformidad. La unidad es espiritual; la uniformidad es mecánica.
Por esta razón debe ser difícil, y con frecuencia lo es, descubrir
una imagen distintiva de la Iglesia de los Amigos. Como ven, todos
somos individuos determinados a ejercitar los dones de Dios en las personalidades
únicas que nos han sido dadas, y en la iniciativa individual que viene
de Dios.
Con este repaso de la junta de negocios Cuáquera sobre los “cómos”
y los “por qués” regresemos a unas fascinantes e impresionantes historias
del Nuevo Testamento en donde se trabajó en decisiones difíciles
en la iglesia. Aquí tenemos una. Un dilema se ha originado
(un problema a resolver): dos opiniones doctrinales opuestas de dos grupos
Cristianos en donde ambos están seguros que tienen la verdad revelada
de Dios. Esto no es solamente Smith en contra de Jones, sino Smith
y Jones insistiendo en que ambos están hablando a nombre de Dios.
¿Quién puede discutir eso? El primer round ha sido
un acalorado debate en el cual cada lado trató de convencer al otro
lado de sus errores, sin éxito. Hubo una manera de salir de este estancamiento;
ellos tuvieron que ir a la “Junta Anual” en Jerusalén en busca de
una decisión. (Estamos en deuda con Charles A. Beals por este ejemplo,
primero preparado como un ensayo para una reunión de ministros Cuáqueros
y después publicada en (The Evangelical Friend, July, 1982).
(El Amigo Evangélico, Julio, 1982.)
Hechos 15: 1- 3 marca el escenario:
“Entonces algunos que venían de Judea enseñaban
a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés,
no podéis ser salvos. Como Pablo y Bernabé tuviesen una
discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que
subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos,
a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión.
Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia
y Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran
gozo a todos los hermanos.”
Esta es una situación seria. Algunos Cristianos Judíos
fueron enviados de Jerusalén para aconsejar a los hermanos de la Iglesia
de Antioquía que habían sido engañados y por ende estaban
perdidos espiritualmente, ya que, ellos decían que la salvación
se basa en el creer en Cristo y en la circuncisión de acuerdo a las
enseñanzas de Moisés. ¿Cómo puede tal diferencia
en teología ser resuelta por una junta de mentes sin comprometer la
verdad bíblica ni la lealtad a Cristo? Cuando hombres fuertes
tales como Pablo y Bernabé, quienes con su celo misionero, no están
de acuerdo con otros que tienen tanto celo como el de ellos, la armonía
de la iglesia seguramente es amenazada.
Un análisis posterior del argumento nos conduce a la conclusión
de que ambos están de acuerdo en que, uno debe creer en Cristo para
ser salvo, y que la circuncisión por sí sola no puede asegurar
la salvación. Aquello fue bueno y justamente el primer paso
hacia la solución. Otro factor favorable fue el que ambos grupos aparente
y fervorosamente quisieron la voluntad del Señor, y también
el que los Judíos y los Gentiles fueran salvos. Así que,
aún en lo que se presenta como un callejón sin salida, se encuentran
muchos puntos de unidad como pasos iniciales hacia la resolución de
las diferencias.
Regresando a la historia como se desarrolla en los siguientes versículos,
uno tiene la impresión de que una junta de asamblea ha sido convocada:
“Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia
y los apóstoles, y los ancianos, y refirieron todas las cosas que
Dios había hecho con ellos. Pero algunos de la secta de los
fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario
circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés.” Hechos
15: 4-5.
Los misioneros que regresaban están haciendo sus reportes. Al estar
desarrollándose la junta, una facción organizada de la iglesia,
conformada por Fariseos que se habían convertido en creyentes,
que con toda probabilidad había enviado la delegación de Antioquía,
llegó a estar tan enojada y preocupada que hizo una protesta pública.
Ellos declararon que los Gentiles, aún los creyentes, no podrían
ser salvos, sin haber sido primero circuncidados.
Aquí llegamos al meollo del asunto en la toma de decisiones.
Si la junta pública terminó en un alboroto o no, el registro
no nos lo dice, pero fue evidente para todos, que este asunto debía
solucionarse, de manera que se convocó a una junta de negocios.
Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer
de este asunto. Y después de mucha discusión, Pedro se
levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis como
ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen
por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. Y Dios, que conoce
los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo
lo mismo que a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos,
purificando por la fe sus corazones. Ahora, pues, ¿por qué
tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos
un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes
creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de
igual modo que ellos.” Entonces toda la multitud calló, y oyeron
a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales
y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles.
Hechos 15: 6- 12.
Ahora, la junta de negocios se desarrolla. “La Asamblea completa” estaba
allí. La junta principió con el debate. La Versión
de Phillips lo acota: “después de un exhaustivo debate”; la versión
(Standard Revised Version) (Versión Revisada Estándar) dice
que hubo “mucho debate” la versión (The Jersualem Bible) (La Biblia
de Jerusalén) lo tiene así: “después que la discusión
duró un largo tiempo.” Leyendo entre líneas, por ambos
lados han sido expresadas muy fuertes opiniones, sólo para lograr
llegar a un punto muerto.
¡Es casi humorístico, y ciertamente sorprendente, que durante
toda esta larga discusión, aparentemente Pedro no había dicho
una sola palabra! ¡Aquello también debió haber sido el
trabajo del Espíritu Santo! Pedro estuvo escuchando, meditando,
esperando, y buscando al Señor para obtener sabiduría.
Finalmente se pone en pie. Toda la Asamblea lo escucha. Sin ningún
argumento posterior o debate, Pedro simplemente aporta un hecho y una deducción.
El hecho: que cada uno de los presentes supo, que él fue enviado por
Dios para predicar a los gentiles (Cornelio fue uno de ellos), y al hacerlo
había visto a hombres no circuncidados ser llenos con el Espíritu
Santo. La deducción: es sólo a través de la gracia
de Nuestro Señor Jesucristo que tanto Gentiles como Judíos
son salvos. Sin rituales, ni ceremonias; las leyes antiguas no son
aplicables ahora.
Siguiendo los comentarios de Pedro, cualquiera en “Toda la Asamblea” tuvo
la oportunidad de hablar. Nadie lo hizo. Ellos “estuvieron en
silencio.” Queda la impresión de lo extraordinario del caso. ¿Qué
deben haber estado (todos ellos) pensando? “Estas explicaciones de
Pedro fueron lógicas. Encuentro una respuesta en mi propio corazón.
Ellos tienen el grupo de la sabiduría divina.”
Entonces Bernabé y Pablo relatan de caso tras caso donde Dios revela
Su aprobación de su ministerio tocante a que los Gentiles pueden ser
salvos solamente a través de la fe en Cristo Jesús sin el beneficio
de los ritos, ceremonias, o costumbres Judías de cualquier tipo.
Recogemos la siguiente escena:
“Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones
hermanos, oídme, Simón ha contado cómo Dios visitó
por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre.
Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
Después de esto volveré y reedificaré el tabernáculo
de David, que está caído; y repararé sus ruinas, y lo
volveré a levantar, para que el resto de los hombres busque al Señor,
y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el Señor,
que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.
Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten
a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de
los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.” Hechos
15: 13- 20.
Jacobo, el ahora portavoz, el presidente de la Junta, ha puesto en palabras
lo que se ha convertido en el sentir de la junta. Ellos estaban unidos.
Ahora no estaban debatiendo. Después de los discursos de Bernabé
y de Pablo la asamblea por entero nuevamente permaneció en silencio,
incluyendo la secta Hebrea que previamente había hablado muy vehementemente
en oposición a los puntos de vista ahora expresados. No hubo
necesidad de votar, todo lo que ahora se necesitaba era alguien que pusiera
en palabras lo que era la evidente voluntad de Dios. Jacobo lo hizo.
Otra decisión significativa siguió hecha por “la iglesia completa”:
“Entonces pareció bien a los apóstoles y a los
ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos
a Antioquía con Pablo y Bernabé: A Judas que tenía por
sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos;
y escribir por conducto de ellos... salud... porque ha parecido bien al Espíritu
Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas
necesarias... [Esto se reitera nuevamente como ha sido citado arriba.]
Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía,
y reuniendo a la congregación, [en una reunión de negocios
de adoración] entregaron la carta; habiendo leído la cual,
se regocijaron por la consolación.” Hechos 15: 22- 31.
En un recuento de la historia completa vemos lo que realmente ha pasado.
¿Qué si hubiese sido demandada una votación y llevado
a efecto al principio del debate y la discusión? ¿Qué
si Jacobo que estaba dirigiendo la junta, hubiese cedido ante la presión
del elemento tiempo, decidiendo tomar una decisión arbitraria sólo
para ajustarse a la agenda? ¡Lo qué se le hubiera hecho
no sólo a la Iglesia en Jerusalén, sino a la Iglesia Cristiana
en Antioquía tal vez impactando a la iglesia hasta el día de
hoy!
Después de esperar, después de haber tomado un tiempo adecuado,
“toda la iglesia,” no una mayoría de dos tercios, ni una minoría
quejosa, ni solamente el pastor, sino todos los agricultores, trabajadores,
amas de casa, todos se sintieron con claridad en la decisión alcanzada.
Un punto más es crucialmente importante. La crónica continua:
“pareció bien al Espíritu Santo y a nosotros.” No fue suficiente
tener una mayoría, ni siquiera tener un acuerdo al cien por ciento
a menos que el Espíritu Santo pusiera Su sello sobre las acciones
y las decisiones hechas.
Esto implica mas que un consenso. El Espíritu Santo bendice
y autoriza cuando una unidad completa es alcanzada. También,
la deliberación por entero fue llevada al cabo en un contexto de adoración.
Escucharon a Dios cuando Él habló al cuerpo.
Una observación posterior sobre el desarrollo completo de la historia.
La decisión final no fue precisamente lo que ninguno de los dos lados
había estado diciendo. La decisión no fue ni “Todos los
Gentiles deben observar la Ley de Moisés,” ni “ningún Gentil
necesita observar la ley,” asuntos sobre los cuales los dos grupos estaban
en conflicto. La elección de la circuncisión, fue solamente
eso, una elección, con la admonición hecha para satisfacer
a las conciencias sensitivas de la facción Farisea, a saber la abstención
de comer sangre y de las cosas estranguladas además de una clara instrucción
no mencionada previamente pero que todos entendieron que estaba bien - que
la inmoralidad sexual no es una práctica Cristiana bajo ninguna circunstancia.
Otros ejemplos tan específicos de acciones de grupo a través
del mismo proceso que se acaba de describir se encuentran en el libro de
los Hechos en los capítulos seis y trece.
Resumiendo un análisis de estos precedentes en la Escritura, se pueden
trazar varias conclusiones:
1. La forma congregacional de gobierno fue utilizada exclusivamente
para decisiones pequeñas y grandes.
2. Los apóstoles y ancianos actuaron como consejeros y guías
en sus papeles de liderazgo, pero no funcionaron como obispos o con un poder
autoritativo. Las voces de los “miembros de peso” como Pedro, Bernabé,
Pablo y otros en la junta de Jerusalén pudieron haber poseído
más influencia que una docena o más de los otros.
3. No hay indicación de que se efectuó una votación.
La acción se llevó a cabo después de una aprobación
al cien por ciento incluyendo la confirmación del Espíritu
Santo.
4. El Espíritu Santo revela Su voluntad tanto a un grupo corporativo
como a individuos dentro del mismo grupo.
5. Ellos corroboraron sus decisiones con la Escritura.
6. Una minuta de la acción fue preparada por el oficial que
presidía y fue leída para su aprobación.
7. Según fue necesario, la decisión fue comunicada
por escrito a otros Cristianos o iglesias afectadas por la reunión
de Jerusalén.
En esta crónica se descubren lineamientos adicionales. La junta
por entero fue conducida en un espíritu de amor, de mutuo respeto
y de verdad. En otra enseñanza dada a la iglesia, hay consejo
indicando que esta conducta y actitud es importante: “No reprendas al anciano.”
1ª de Timoteo 5: l. “Sé amante de lo bueno, sobrio, justo,
santo, dueño de sí mismo.” Tito 1: 8. “Amaos los unos a los
otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos unos a
otros... practicando la hospitalidad... estad en paz con todos los hombres...
no altivos... no paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante
de todos los hombres.” Romanos 12. Estas son cualidades y características
que permiten a una junta de adoración proceder armoniosa y efectivamente
en la conducción de los negocios. Cualquier rompimiento en este
modelo puede ser dañino a la iglesia en su totalidad.
Es obvio que sólo por la gracia de Dios y el arte aprendido de laborar
juntos el trabajo de la iglesia puede ser hecho. Este es un método
para ser aprendido. Se ha dicho de los Amigos que en nuestra adoración
en las sesiones de negocios, “el miembro menor en la iglesia tiene un oficio
y es servicial, y cada miembro necesita el uno del otro.” (George Fox’s Journal)
(Diario de George Fox.) La Junta Anual o una Junta Regional mayor no existen
para ejercer autoridad sobre los grupos pequeños, ni un pequeño
compañerismo intenta dominar a un grupo mayor. Cada uno es un
medio y un fin. La junta anual existe en su extensión para ampliar
el límite de actividades que son demasiado grandes para grupos pequeños.
A través de esta las partes constituyentes proveen organización,
dirección y dinero para apoyar los proyectos de la iglesia tales como
universidades, misiones nacionales y extranjeras, programas juveniles, extensión
en la iglesia, acción social, publicaciones- cualquier número
de esfuerzos pueden intentarse mediante un esfuerzo cooperativo. La
junta anual también “registra” ministros, expide credenciales para
Amigos que viajan, designa comités para resolver una variedad de asuntos
e inquietudes más allá del alcance de las juntas pequeñas
tales como los testimonios por la paz, la legislación nacional, los
asuntos sociales, el evangelismo, y las publicaciones.
El apóstol Pablo una vez dijo, “El amor no busca lo suyo.” 1ª
de Corintios 13: 5. Esta es la más elevada fuerza que une dentro de
cualquier grupo religioso y la única fuerza real que hará de
nosotros una Iglesia Cristiana verdadera , un miembro de iglesia verdadero,
o un líder verdadero. Dios es amor. En el Evangelio de
Juan se nos recuerda nuevamente que “nadie tiene mayor amor que éste,
que uno ponga su vida por sus amigos.” Juan 15: 13.
La Iglesia de los Amigos ha sido conocida como una “iglesia de amor.” Si
esta fuerza unificadora de obediencia a Cristo, la unidad del amor, y el
significado de la verdadera adoración continúan caracterizando
nuestro compañerismo, un avivamiento espiritual de la iglesia está
asegurado.
“Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente,
misericordiosos, amigables.” 1ª de Pedro 3: 8.
Estos son más que ideales, son realidades que deben ser experimentadas.