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PREGUNTA No. 6

LAS DIVERSIONES Y LOS NEGOCIOS ILÍCITOS

    ¿Está dispuesto a evitar todos los centros de diversiones mundanas donde se practica cualquier tipo de vicio que pueda dañar su reputación como cristiano? (II Corintios 6:17-18; I Timoteo 6:9-10).

INTRODUCCIÓN

    La diversión no es mala.  El problema está en las formas mundanas en que muchas veces se realizan.  Se refiere a aquellos lugares en donde nuestra reputación como hijos de Dios queda dañada, y no se puede dar buen testimonio.

    Amado lector, creo que usted estaría de acuerdo con lo siguiente: no se miraría bien que un cristiano que es fiel asistente a nuestra iglesia, canta, ora y testifica de gozar de una nueva vida, lo veamos en un baile y participando con los que se gozan según la carne, o sea, personas en quienes no mora el Espíritu del Señor.

    Queda claro que las diversiones no son malas cuando nos divertimos en forma sana.  La diversión sana es necesaria para mantener un espíritu descansado de las tensiones de la vida.  La recreación es importante porque contribuye al descanso del espíritu; físicamente nuestro cuerpo lo necesita, ya que cuando cambiamos de actividad, nos sentimos relajados.  La sonrisa espontánea es muestra que estamos pasando un momento de gozo y de olvido de las tareas diarias.  Además, la Biblia es un libro de gozo.  El consejo del apóstol Pablo a todos los cristianos es: "estad siempre gozosos".  La alegría sana y el gozo se llevan bien con la vida cristiana.  El cristiano demasiado serio sufre y muestra falta de vida espiritual.  ¿Cómo saber si una diversión es mala o buena?  La oración y el estudio de la Biblia nos ayudarán a encontrar la respuesta.

    Podemos aplicar las siguientes pruebas:

  1. Que no comprometa nuestra salud física y espiritual.
  2. Que en nuestro interior no tengamos ninguna reprensión.
  3. Que no afecte nuestra comunión con Dios.
  4. Que se pueda realizar en el hogar y en la iglesia.
  5. Que participen aquellas personas a quienes consideramos muy espirituales.
    En el segundo pasaje se nos amonesta a ser cabales en nuestros negocios.  Tenemos que ser cumplidos, decir la verdad con relación al precio de las cosas.  La Biblia enseña a no mentir, sino a decir la verdad, porque la verdad tiene valor eterno (Apocalipsis 21:27).  La mentira es condenada en todas sus formas.  Lea las siguientes citas: Levítico 19:11; I Timoteo 1:9-10; Apocalipsis 22:15.

    Los que mienten son hijos del diablo, porque él es padre de mentiras.  Mentir es ser diabólico; mientras que decir la verdad es ser cristiano.

    No olvidemos estas dos recomendaciones, porque cada miembro de la iglesia es llamado a dar buen testimonio ante todas las personas que le rodean.
 

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