LECCIÓN 10 (regresar
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LOS PROVERBIOS I
TAREA:
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Estudiar las citas mencionadas en esta lección.
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Estudiar esta lección y completar todos los puntos en el “Manual
de Trabajo”, lección 10, páginas 35 al 38.
INTRODUCCIÓN:
El libro de Proverbios toma su título de
las palabras introductorias en el hebreo original –“Los Proverbios de Salomón”.
La mayor parte de este libro fue escrita por el sabio Salomón, pero
hay dos otros autores nombrados, Agur y Lemuel, más dos apéndices
que contienen “dichos de los sabios”, que no son de Salomón.
La palabra “Proverbio” tiene un significado más
amplio en el hebreo que en nuestro idioma. El sentido general de
la palabra es de comparación y similitud, y se aplica a muchos discursos,
oraciones, y dichos que nosotros no clasificaríamos como proverbios.
Así que, hay varias clases de proverbios, muchos de ellos en otras
partes del Antiguo Testamento.
Los proverbios en la Biblia han sido divididos en
cinco categorías generales según el contenido:
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Proverbios Históricos. (1 Samuel 10:12).
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Proverbios Metafóricos (Proverbios 17:12).
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Enigmas (Jueces 14:14).
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Proverbios Parabólicos (Proverbios 9:1-6).
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Proverbios Didácticos (Proverbios 1:8).
UN ANÁLISIS DEL LIBRO
El Bosquejo Del Libro:
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Introducción, Prov. 1:1-7.
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La Sabiduría, Prov. 1:8 al 9:18.
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Proverbios de Salomón.
(Primera compilación), Prov. 10:1 al 22:16.
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Dichos de los Sabios, Prov. 22:17 al 24:34.
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A. Primera parte, Prov. 22:17 al 24:22.
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B. Segunda parte, Prov. 24:23-34.
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Proverbios de Salomón,
(Segunda compilación), Prov. 25:1 al 29:27.
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Palabras de Agur, Prov. 30.
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Palabras de Lemuel, Prov. 31: 1-9.
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La Mujer Virtuosa, Prov. 31:10-31.
Los primeros nueve capítulos tienen como tema,
“La Sabiduría”. La Sabiduría a que se refiere el autor
no es solamente una adquisición filosófica. Por cierto
incluye esta, pero es mucho más. La Sabiduría es “el
temor de Jehová”, y ella nos enseña lo que Dios requiere
del hombre, cómo el hombre debe de portarse en todas las circunstancias
de la vida; nos enseña la piedad, el deber, y la justicia.
Debemos decir que el hebreo, en su búsqueda
de la sabiduría, no es como el filósofo pagano, buscando
ciegamente al “dios no conocido”, y procurando formular un dios que satisfaga
sus instintos morales. El filósofo hebreo empieza su búsqueda
donde el filósofo pagano terminó. El israelita ya conocía
a Dios –lo conocía por medio de la revelación, y su meta
era de reconocer y entender la voluntad de Dios en todas las relaciones
—en la naturaleza, en la vida, en la moralidad, y en la religión.
Este concepto tan profundo de la supereminencia de Dios domina todo el
libro, y en esta manera el escritor puede poner su confianza completa en
la justicia del Supremo Soberano en todos sus tratos con la humanidad.
En esta forma se presenta La Sabiduría, y el hombre inteligente
sabe estimar las enseñanzas que ella le da.
La próxima división del libro contiene
la primera gran compilación de los Proverbios de Salomón.
Hay entre 375 y 400 proverbios en esta sección. Más
adelante haremos un estudio de los temas tratados en estos proverbios,
y también veremos algo de la forma literaria de los proverbios.
Seguidamente, tenemos dos apéndices que se
conocen como “los dichos de los sabios”. El primer apéndice
es del capítulo 22:17 al 24:22, y el segundo que se introduce con
las palabras “también estos son dichos de los sabios”, es del capítulo
24:23 al fin del capítulo 24.
Entonces llegamos a la segunda gran compilación
de los Proverbios de Salomón –una serie de algunos 120 dichos.
Se cree que esta segunda compilación se hizo durante el reinado
del rey Ezequías.
El libro de los proverbios termina con tres suplementos
más. El primer suplemento contiene las palabras de Agur (Prov.
30); el segundo (Prov. 31:1-9) se titula “palabras del rey Lemuel”, y es
una breve lección dirigida a los reyes sobre la imprudencia de la
inmoralidad y la borrachera; el tercer suplemento es una descripción
muy ilustre de la mujer virtuosa. Es de mucho interés notar
que este elogio está en forma acróstica como los “salmos
alfabéticos”. (Véase páginas 11, 12).
En el hebreo original, esta sección contiene 22 versos –uno por
cada letra del alfabeto hebreo —y cada verso empieza con la próxima
letra en orden alfabético.
LOS TEMAS DE LOS PROVERBIOS
Los temas tratados en los proverbios pueden ser divididos
en cinco agrupaciones generales:
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Deberes para con Dios. El deber principal, y la base de toda moralidad
y religión, es el temor de Jehová. (1:7). Debemos confiar
en él y no en nosotros mismos (3:5), y no debemos descuidar nuestra
relación con Dios, porque Él mira al corazón (17:3).
El estado del corazón delante de Dios es lo más importante
(4:23). Si pecamos, tenemos que confesar nuestro pecado para alcanzar
el perdón (28:13). Estos son unos pocos ejemplos del trato
que se hace en los Proverbios de este tema tan importante.
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Debemos para con nosotros mismo. El primer deber, y el más
importante, es de evitar las concupiscencias de la carne y los malos compañeros
(1:10; 13:20; 6:32). Otros pecados que debemos evitar son: la soberbia
(16:18), la avaricia (23:4-6), la envidia (14:30), el enojo (14:17; 15:1),
la pereza (13:4; 6:6), y la borrachera (23:29-35). Todas estas cosas
traen destrucción sobre el mismo hombre.
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Deberes para con nuestros prójimos. Debemos tener compasión
por los afligidos (12:25), ayudar a los pobres en su necesidad (3:27; 14:31),
y vivir en paz con todos (3:29; 17:13). Además debemos ser
honestos en todos nuestros tratos (11:1; 22:28).
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Deberes domésticos. Los padres deben enseñar a sus
niños la justicia (22:6), corregirlos cuando hacen lo malo (23:13,
14), y ser padres piadosos que dan el ejemplo delante de sus hijos (20:7).
Por su parte, los hijos deben ser obedientes y vivir por los de sus padres
(10:1; 23:15). La esposa debe ser la corona de su marido (12:4) y
edificar su casa (14:1). No debe ser renegona y contenciosa (19:13;
25:24).
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Deberes civiles. El rey debe gobernar en justicia, misericordia,
y verdad (16:12; 20:28). El pueblo tiene el deber de obedecer a las
leyes y evitar el castigo (20:2; 19:12). Siempre habrán ricos
y pobres en la tierra (22:2), pero el rico debe ayudar al pobre (14:21).
También hallamos por todos los Proverbios un
tema general que hace contraste entre el justo y el impío.
Algunos de los contrastes son los siguientes:
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Comparaciones generales:
“La memoria del justo será bendita;
Mas el nombre de los impíos se pudrirá” (10:7).
“Los tesoros de maldad no serán de provecho;
Mas la justicia libra la muerte” (10:2).
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Entre la conducta con los vecinos:
“El peso falso es abominación a Jehová;
Más la pesa cabal le agrada” (11:1).
“Al que acapara el grano, el pueblo lo maldecirá;
Pero bendición será sobre la cabeza del que lo vende”
(11:26).
“El justo cuida de la vida de su bestia;
Mas el corazón de los impíos es cruel” (12:10).
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Entre la vida social y doméstica
“La mujer virtuosa es corona de su marido;
Mas la mala, como carcoma en sus huesos” (12:4)
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Entre el uso que hacen de los bienes.
“Las riquezas de vanidad disminuirán;
Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta” (13:11).
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Entre sus relaciones con los ricos y pobres, sabios y necios.
“Peca el que menosprecia a su prójimo;
Mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado” (14:21).
“Los necios se mofan del pecado;
Mas entre los rectos hay buena voluntad” (14:9).
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Entre su relación con Dios.
“Jehová está lejos de los impíos;
Pero él oye la oración de los justos” (15:29).
Hay también ejemplos de diversos temas que tratan
con varios aspectos de la vida:
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La diligencia en el trabajo.
“No ames al sueño, para que no te empobrezcas;
Abre tus ojos, y te saciarás de pan” (20:13).
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La benevolencia.
“A Jehová presta el que da al pobre,
Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar” (19:17).
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La humildad.
“Riquezas, honra y vida
Son la remuneración de la humildad y del
temor de Jehová” (22:4).
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El dominio propio.
“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte;
Y el que se enseñorea de su espíritu,
que el que toma una ciudad” (16:32).
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Contra la pereza, la borrachera y la glotonería.
“Hombre necesitado será el que ama el deleite,
y el que ama el vino y los ungüentos no se enriquecerá”
(21:17).
“Un poco de sueño, cabeceando otro poco,
poniendo mano sobre mano otro poco para dormir;
Así vendrá como caminante tu necesidad,
Y tu pobreza como hombre armado” (24:33, 34).
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