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Todo el libro de los Proverbios está escrito en forma rítmica, y está arreglado en líneas como poesía. En la Biblia de la revisión de 1960, está impreso en la forma correcta, y es así más fácil de estudiar.
Una de las características sobresalientes
de la poesía hebrea es el uso del paralelismo. Esta es la
forma de poesía en la que el segundo verso corresponde, contradice,
o completa el primero. En el libro de los Proverbios el paralelismo
consiste en la acción de pesar o equilibrar un pensamiento contra
otro. Se puede ilustrar esto en forma gráfica:
La segunda declaración o idea es similar a la primera en forma, y muchas veces en sonido también, de tal modo que llega a ser el eco de la primera. El segundo pensamiento puede ser equivalente al primero o en contraste con él. Básicamente, esta es la estructura de un proverbio.
El proverbio más común tiene solamente dos líneas, pero puede tener tres, cuatro, o aún más líneas. Es así que vamos a notar varias formas de proverbios.
“El hijo sabio alegra al padre,
Pero el hijo necio es tristeza de su madre” (10:1).
“Aunque majes al necio en un mortero
Entre granos de trigo majados con el pisón,
No se apartará de él su necedad” (27:22).
O se desarrolla la idea en la segunda línea por un contraste en la tercera:
“El que hace errar a los rectos por el mal camino,
Él caerá en su misma fosa;
Mas los perfectos heredarán el bien” (28:10).
O la tercera línea confirma lo declarado en las primeras dos:
“No dejes a tu amigo, ni al amigo de tu padre;
Ni vayas a la casa de tu hermano en el día de tu aflicción.
Mejor es el vecino cerca que hermano lejos” (27:10).
“No te afanes por hacerte rico;
Sé prudente, y desiste,
¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas?
Porque se harán alas
Como alas de águila, y volarán al cielo” (23: 4, 5).
“Libra a los que son llevados a la muerte;
Salva a los que están en peligro de muerte.
Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos,
¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones?
El que mira por tu alma, él lo conocerá,
Y dará al hombre según sus obras” (24:11, 12).
“No comas pan con el avaro,
Ni codicies sus manjares;
Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.
Come y bebe, te dirá;
Más su corazón no está contigo.
Vomitarás la parte que comiste,
Y perderás tus suaves palabras” (23:6-8).
“El alma generosa será prosperada;
Y el que saciare, él también será saciado”
(11:25).
“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte;
y el que se enseñorea de su espíritu,
que el que toma una ciudad” (16:32).
“La obra del justo es para vida;
Mas el fruto del impío es para pecado” (10:16).
“Los pensamientos de los justos son rectitud;
Mas los consejos de los impíos, engaño” (12:15).
Es fácil distinguir este tipo de proverbio, porque casi siempre la segunda línea empieza con la palabra “mas” o “pero”. La mayor parte de los proverbios son de este tipo. Algunas veces se presenta en forma interrogativa:
El ánimo del hombre soportará la enfermedad;
Mas ¿Quién soportará al ánimo angustiado?.
“Lo que el impío teme, eso le vendrá;
Pero los justos les será dado lo que desean” (10:24).
En el siguiente ejemplo, la miseria que resulta en ambos casos es el punto de unión:
“También el que es negligente en su trabajo
Es hermano del hombre disipador” (18:9).
“La Ley del sabio es manantial de vida
Para apartarse de los lazos de la muerte”(13:14).
“Los ojos de Jehová están en todo lugar,
Mirando a los malos y a los buenos” (15:3).
Este tipo de proverbio también se presenta en forma progresiva, donde la idea de la segunda línea aumenta o disminuye en grado a la idea de la primera línea:
“Ciertamente el justo será recompensado en la tierra;
¡Cuánto más el impío y pecador” (11:31).
“El Seol y el Abadón están delante de Jehová;
¡Cuánto más los corazones de los hombres!”
(15:11).
“Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos,
Así es el perezoso a los que lo envían” (10:26).
“Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo
Es la mujer hermosa y apartada de razón” (11:22).
“Cómo el agua fría al alma sedienta,
Así son las buenas nuevas de lejanas tierras” (25:25).
A este tipo de proverbio también se agrega el proverbio numérico, donde se menciona un número en la primera línea, y se agrega al número en la segunda;
“Seis cosas aborrecerá Jehová,
Y aun siete abomina su alma” (6:16).
Tres cosas me son ocultas;
Aun tampoco sé la cuarta” (30:18).
En esta forma hemos visto algo del aspecto literario del libro de los Proverbios. En la poesía de este libro hallamos grandes contrastes –desde lo más común, hasta las alturas de lo sublime.
El cuadro de la sabiduría es un tipo del eterno
Hijo de Dios que invita a todos a compartir sus riquezas inescrutables.
La “mujer extraña” es más que solamente una representación
de la inmoralidad; ella es un tipo del gran opositor de Cristo, el anticristo
que se opone a la verdad. También la “mujer virtuosa” es más
que solamente un ejemplo de la esposa perfecta y la madre ideal; es una
figura de la Iglesia de Jesucristo en toda su nobleza y gracia sobrenatural.