LECCIÓN 11  (regresar al índice)

LOS PROVERBIOS II

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  2. Estudiar esta lección y completar todos los puntos en el “Manual de Trabajo”, lección 11, páginas 38 al 41.
 LA FORMA LITERARIA

    Todo el libro de los Proverbios está escrito en forma rítmica, y está arreglado en líneas como poesía.  En la Biblia de la revisión de 1960, está impreso en la forma correcta, y es así más fácil de estudiar.

    Una de las características sobresalientes de la poesía hebrea es el uso del paralelismo.  Esta es la forma de poesía en la que el segundo verso corresponde, contradice, o completa el primero.  En el libro de los Proverbios el paralelismo consiste en la acción de pesar o equilibrar un pensamiento contra otro.  Se puede ilustrar esto en forma gráfica:
 

    La segunda declaración o idea es similar a la primera en forma, y muchas veces en sonido también, de tal modo que llega a ser el eco de la primera.  El segundo pensamiento puede ser equivalente al primero o en contraste con él.  Básicamente, esta es la estructura de un proverbio.

    El proverbio más común tiene solamente dos líneas, pero puede tener tres, cuatro, o aún más líneas.  Es así que vamos a notar varias formas de proverbios.

  1. El Dístico.  Es la forma más sencilla, de dos líneas equilibradas una contra la otra:
    1. “El hijo sabio alegra al padre,
      Pero el hijo necio es tristeza de su madre” (10:1).
       

  2. El Trímetro.  Algunas veces el sentido completo del proverbio comprende tres líneas.  Esta forma se llama el trímetro.  A veces el pensamiento en la primera línea se repite en la segunda antes de llegar a la conclusión en la tercera:
    1. “Aunque majes al necio en un mortero
      Entre granos de trigo majados con el pisón,
      No se apartará de él su necedad”  (27:22).

      O se desarrolla la idea en la segunda línea por un contraste en la tercera:

      “El que hace errar a los rectos por el mal camino,
      Él caerá en su misma fosa;
      Mas los perfectos heredarán el bien” (28:10).

      O la tercera línea confirma lo declarado en las primeras dos:

      “No dejes a tu amigo, ni al amigo de tu padre;
      Ni vayas a la casa de tu hermano en el día de tu aflicción.
      Mejor es el vecino cerca que hermano lejos” (27:10).
       

  3. El Tetrámetro.  Este es un proverbio de cuatro líneas, donde las últimas dos líneas hacen una aplicación de la enseñanza en las primeras dos líneas: 

    1. “Quita la escoria de la plata,
      Y saldrá alhaja al fundidor.
      Aparta al impío de la presencia del rey,
      y su trono se afirmará en justicia”  (25:4,5).
       
  4. El Pentámetro.  En unos pocos casos, el proverbio consiste en cinco líneas.  En estos casos, las últimas dos o tres líneas añaden o desarrollan el pensamiento de las primeras líneas:
    1. “No te afanes por hacerte rico;
      Sé prudente, y desiste,
      ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas?
      Porque se harán alas
      Como alas de águila, y volarán al cielo” (23: 4, 5).
       

  5. El Hexámetro.  Este proverbio tiene seis líneas.  Hay muy pocos ejemplos de este tipo en los Proverbios:
    1. “Libra a los que son llevados a la muerte;
      Salva a los que están en peligro de muerte.
      Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos,
      ¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones?
      El que mira por tu alma, él lo conocerá,
      Y dará al hombre según sus obras” (24:11, 12).
       

  6. El Heptámetro.  Sólo hay un ejemplo de esta clase de proverbio que tiene siete líneas:
    1. “No comas pan con el avaro,
      Ni codicies sus manjares;
      Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.
      Come y bebe, te dirá;
      Más su corazón no está contigo.
      Vomitarás la parte que comiste,
      Y perderás tus suaves palabras”  (23:6-8).

 LOS PARALELISMOS
 
    La forma del proverbio es básicamente el paralelismo, donde se equilibra un pensamiento contra otro, o donde se pesa una declaración contra otra.  El proverbio puede tener varias formas –como ya hemos visto —de la más sencilla de dos líneas hasta la forma complicada de siete líneas.
 
    Ahora queremos dar atención a las distintas clases de paralelismos que se emplean en los proverbios.
  1. El Proverbio Sinónimo.  Este tipo de proverbio es el más sencillo.  En este tipo de proverbio la segunda línea es igual a la primera.  Es decir, la segunda declaración repite la idea que se expresó en la primera, solamente usando distintas palabras:
    1. “El alma generosa será prosperada;
      Y el que saciare, él también será saciado”  (11:25).

      “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte;
      y el que se enseñorea de su espíritu,
      que el que toma una ciudad”  (16:32).
       

  2. El Proverbio Antitético.  En este tipo de proverbio la segunda línea presenta un contraste a la primera.  En otras palabras, la primera línea presenta una declaración, y la segunda hace una declaración opuesta:
    1. “La obra del justo es para vida;
      Mas el fruto del impío es para pecado” (10:16).

      “Los pensamientos de los justos son rectitud;
      Mas los consejos de los impíos, engaño”  (12:15).

      Es fácil distinguir este tipo de proverbio, porque casi siempre la segunda línea empieza con la palabra “mas” o “pero”.  La mayor parte de los proverbios son de este tipo.  Algunas veces se presenta en forma interrogativa:

      El ánimo del hombre soportará la enfermedad;
      Mas ¿Quién soportará al ánimo angustiado?.
       

  3. El Proverbio Sintético.  Este tipo de proverbio contiene dos distintas ideas conectadas por algún distintivo común.  Las dos ideas pueden ser independientes una de la otra, pero siempre tienen en común una cosa.  Por ejemplo, en el siguiente proverbio la idea del futuro es el eslabón que conecta las dos declaraciones:
    1. “Lo que el impío teme, eso le vendrá;
      Pero los justos les será dado lo que desean”  (10:24).

      En el siguiente ejemplo, la miseria que resulta en ambos casos es el punto de unión:

      “También el que es negligente en su trabajo
      Es hermano del hombre disipador”  (18:9).
       

  4. El Proverbio Integro.  En este tipo de proverbio la segunda línea completa la idea que sólo fue introducida en la primera:
    1. “La Ley del sabio es manantial de vida
      Para apartarse de los lazos de la muerte”(13:14).

      “Los ojos de Jehová están en todo lugar,
      Mirando a los malos y a los buenos”  (15:3).

      Este tipo de proverbio también se presenta en forma progresiva, donde la idea de la segunda línea aumenta o disminuye en grado a la idea de la primera línea:

      “Ciertamente el justo será recompensado en la tierra;
      ¡Cuánto más el impío y pecador” (11:31).

      “El Seol y el Abadón están delante de Jehová;
      ¡Cuánto más los corazones de los hombres!”  (15:11).
       

  5. El Proverbio Parabólico.  Este tipo de proverbio es quizá el más interesante, y el que tiene más amplitud de expresión.  En este tipo de proverbio, la primera línea hace una declaración referente a la naturaleza o a la vida común, y la segunda línea hace una aplicación ética o moral basada en ella.
    1. “Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos,
      Así es el perezoso a los que lo envían” (10:26).

      “Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo
      Es la mujer hermosa y apartada de razón”  (11:22).

      “Cómo el agua fría al alma sedienta,
      Así son las buenas nuevas de lejanas tierras”  (25:25).

      A este tipo de proverbio también se agrega el proverbio numérico, donde se menciona un número en la primera línea, y se agrega al número en la segunda;

      “Seis cosas aborrecerá Jehová,
      Y aun siete abomina su alma” (6:16).

      Tres cosas me son ocultas;
      Aun tampoco sé la cuarta” (30:18).

    En todos estos casos, como en estos ejemplos, el proverbio numérico es de más de dos líneas.  Las primeras dos líneas son solamente la introducción para el resto del proverbio que aclara las “seis cosas y aun siete” o las “tres cosas y aun la cuarta”.

    En esta forma hemos visto algo del aspecto literario del libro de los Proverbios.  En la poesía de este libro hallamos grandes contrastes –desde lo más común, hasta las alturas de lo sublime.

    El cuadro de la sabiduría es un tipo del eterno Hijo de Dios que invita a todos a compartir sus riquezas inescrutables.  La “mujer extraña” es más que solamente una representación de la inmoralidad; ella es un tipo del gran opositor de Cristo, el anticristo que se opone a la verdad.  También la “mujer virtuosa” es más que solamente un ejemplo de la esposa perfecta y la madre ideal; es una figura de la Iglesia de Jesucristo en toda su nobleza y gracia sobrenatural.
 

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