LECCIÓN No 2 (regresar
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LECCIÓN 2: “TE ME HAS VUELTO SARMIENTO DE VID EXTRAÑA” Jeremías 2:21
LA APOSTASÍA DE JUDÁ
Propósito de la lección: Mostrar el
reclamo que hace Dios del adulterio espiritual de
Judá, Su
vano llamado al arrepentimiento y los detalles del castigo que por ello le
vendría.
Capítulos para preparar la lección: Jeremías caps. 2 a 9.
Lectura antes de comenzar la clase: Salmo 115.
Versículo para enfatizar y recordar: “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí,
fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen
agua.” Jer. 2-13.
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A. La triste infidelidad de Israel y de Judá. Jeremías 2:1 hasta 3:5.
Dios le recuerda a Jerusalén los tiempos de Israel en el desierto,
cuando a pesar de sus fracasos, le era aún leal: “la fidelidad de
tu juventud... el amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí.”
Llama a Israel “santo” que ofrecía las “primicias” de su nueva vida
como nación. Entonces Dios juzgaba y castigaba a quienes le hacían
daño.
Dios pregunta con dolor: “¿Qué maldad hallaron en mí
vuestros padres, que se alejaron de mí y se hicieron vanos?” No preguntaron
por Dios quien los sacó de la esclavitud de Egipto con mano fuerte
y milagros; quien los guardó en el desierto y los llevó
a la tierra que fluía “leche y miel.” Al contrario, contaminaron
la tierra y se depravaron. Sus líderes no habían cumplido con
su deber: los sacerdotes no lo buscaron; quienes tenían la ley no
lo conocieron; los pastores se rebelaron; y los profetas profetizaron en
nombre de Baal. Dios entró en contienda con los judíos, sus
hijos y sus nietos, y trató de persuadirlos llamándolos al
arrepentimiento.
Ni los paganos habían dejado a sus dioses para seguir a otros –aunque
en realidad no son dioses- porque se sentían satisfechos con
ellos. En cambio Israel, y luego Judá, dejaron la gloria de Jehová,
quien es “fuente de agua viva”, para seguir a los ídolos. Esto había
sido como cavar pozos agrietados que no pueden contener el agua; pues los
ídolos son vacíos, sin vida. Dios llama a los cielos a horrorizarse
por esta acción de Israel.
Israel siendo libre, llegó a ser esclavo de las naciones paganas,
las cuales le rugieron, lo devoraron y quemaron sus pueblos. Los egipcios,
quienes fueron humillados por Dios cuando ocurrió el éxodo
de los israelitas, ahora habían llegado para golpearlos en la cabeza.
Muy pronto muchos huirían como refugiados a Egipto a beber agua del
Nilo. Muchísimos miles habían ido ya cautivos a Asiria, y pronto
también irían a Babilonia, a beber agua del Éufrates.
Por su pecado y necedades serían castigados, pues alejarse de Dios
y dejar de temerlo es triste y trágico.
Desde hacía siglos, incontables israelitas habían dejado el
pacto y la obediencia a la ley de Dios. En los lugares altos y en los bosques
se habían contaminado practicando la “prostitución ritual”,
con la que adoraban a Baal y a Aserá, y se habían comportado
como rameras. Dios los había plantado como “vid escogida, simiente
verdadera”; pero ellos se habían tornado en ramas de uvas silvestres.
Israel fue como dromedaria alocada que se sale del sendero; y como asna salvaje
que en su celo huele el viento buscando pareja para ayuntarse. Los
paganos hallaban a Israel siempre presta a prostituirse adoptando sus falsas
y lujuriosas religiones.
Dios los llamaba a ser prudentes, pero Israel respondió que había
amado a dioses extraños, que no podía ya cambiar, y que seguiría
haciéndolo. Como el que roba y se avergüenza al ser sorprendido,
así sería la afrenta que sufrirían los israelitas, sus
reyes, príncipes, sacerdotes y profetas que habían caído
en la idolatría. En su apostasía tomaban un madero y hacían
un ídolo; labraban una piedra y fabricaban otro ídolo; y luego
se postraban ante ambos honrándolos como sus dioses. Sin embargo,
en días de angustia cuando sus dioses no les daban ayuda, entonces
sí rogaban a Jehová que los librara. Dios se burla de los ídolos
y los desafía a que defiendan a sus adoradores del inminente castigo.
Había tantos dioses como ciudades en Judá.
Los israelitas se comportaron neciamente. A pesar de las tristes historias
de apostasía, tragedia y castigo en el pasado, en tiempos de los jueces
y de la monarquía, no aprendieron la lección de que la idolatría
traía tristes consecuencias. Habían sido azotados sin escarmentar;
antes bien mataron a espada a los profetas que los exhortaban al arrepentimiento.
Dios los había perdonado repetidamente y les había revelado
Sus planes de hacerles bien. Pero ellos dejaron Sus santas leyes y se sintieron
libres para hacer cuanto querían. Una virgen no olvida su vestido
de bodas, pero Judá olvidó su pacto con Dios a quien prometió
serle fiel. Se hizo liviana y buscó el libertinaje sexual en las religiones
cananeas; y fue tal su depravación, que enseñó a pecar
aun a las mujeres ya descarriadas.
Además de su idolatría, Judá había derramado
sangre inocente. No sólo los asesinatos por venganzas, política,
robo o mera violencia, como los cometidos por Manasés, quien llenó
a Jerusalén de sangre de extremo a extremo, sino también
la muerte de muchos inocentes sacrificados en el fuego a Moloch. Los
judíos habían acusado a personas pobres que no tenían
culpa, y aun así se creían sin pecado. Por ello Dios
los traería a juicio.
Dios usaría a Egipto para traerles vergüenza, como ya había
usado a Asiria. En aquellos días unos apoyaban la alianza con Asiria,
y otros, la alianza con Egipto, buscando seguridad ante sus enemigos. Por
su rebeldía contra Dios, Judá saldría avergonzada con
las manos en la cabeza, porque tanto asirios como egipcios serían
a su tiempo también castigados y caerían junto con ellos. La
única solución era volver a andar en las leyes de Dios, quien
podía protegerlos de cualquier poder hostil.
Judá había fornicado física y espiritualmente, siendo
infiel a Jehová; se había prostituido con muchos amantes. Sin
embargo, Dios le ruega aún: “!Vuélvete a mí!”
No había lugar donde no se hubiera prostituido; se había ofrecido
en los caminos y había contaminado la nación. Tenía
frente de ramera que no mostraba vergüenza alguna por lo que hacía.
Un castigo inicial había sido la sequía, que hasta entonces
había afectado sólo las lluvias tardías al final del
invierno, pero aún no a las lluvias fuertes. Judá ya
no podría llamar a Dios: “Padre mío, guiador de mi juventud”,
porque sus maldades habían llegado al colmo.
B. Dios llama a Israel y a Judá al arrepentimiento. Jeremías 3:6 a 4:4.
Jeremías recibió esta palabra en días del rey Josías.
Aunque oficialmente ya se había hecho una reforma religiosa, el pueblo
no era sincero en su fe. Dios le preguntó al profeta si había
visto a la rebelde Israel, que había fornicado bajo todo árbol
frondoso y sobre todo monte alto. Esto lo vio su hermana, la rebelde Judá,
e hizo también lo mismo. No se arrepintió al ver el castigo
a Israel por medio de Asiria: invasión, destrucción, exilio
y pérdida de su identidad. Dios le dio carta de divorcio a Israel
y la desechó. Pero Judá no aprendió; antes bien “adulteró
con la piedra y con el leño.” Judá no se volvió
a Dios de corazón, sino “fingidamente”, hasta el punto que parecía
“justa la rebelde Israel en comparación con la desleal Judá.”
Dios mandó a Jeremías a clamar hacia el norte, a Israel, para
que se arrepintiera, pues Él es misericordioso y no guarda el enojo
para siempre; le pide que regrese porque Él es su esposo.
Dios dio promesas para estos hijos apóstatas si se convertían,
aunque fueran sólo unos pocos. Ofrecía volverlos a Sion y continuar
con Su plan para ellos como nación: “os daré pastores según
mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia.”
Al pueblo de Dios le fallaron sus líderes: se habían desviado
y dado mal ejemplo, en vez de guiarlo e instruirlo contra la idolatría.
Después que Judá sufrió la invasión y el exilio,
la profecía de su retorno se cumplió sólo parcialmente
al volver los judíos de Babilonia después de 70 años
de cautiverio. La nación renació, revivió por casi seis
siglos más. Pero de nuevo, después de rechazar a Jesucristo
como su Mesías, Israel fue de nuevo destruida como nación,
Jerusalén fue destrozada y su Templo quedó demolido hasta hoy.
Los romanos esparcieron a los judíos por el mundo en 70 d. C. y luego
definitivamente en l35.
Esta promesa se ha estado cumpliendo cada vez más ante nuestros ojos:
en 1948 el nuevo Estado de Israel fue fundado, y, después de 57 años,
hoy cuenta con varios millones de judíos que han retornado desde todos
los rincones del mundo. Israel, sin estar consciente de ello, recibirá
pronto al Mesías, quien volverá para establecer Su glorioso
Reino Milenial. Entonces Israel, sinceramente arrepentido, aceptará
a Jesucristo como el Ungido, su Mesías, y cumplirá finalmente
su misión de ser luz y guía a todas las naciones de la tierra.
Dios le recordó a Judá que si dejaba las abominaciones no andaría
más “de acá para allá” y sería bendición
a las naciones.
C. El castigo se aproxima. Jeremías 4:5-31; 7:32 a 8:2.
El profeta describió
el castigo sobre Judá, al ser pronto invadida por Babilonia, así:
“Huid / quebrantamiento grande / el destruidor de naciones / desolación
/ tus ciudades quedarán asoladas y sin morador / vestíos
de cilicio / endechad y aullad / desfallecerá el corazón del
rey y el corazón de los príncipes / los sacerdotes estarán
atónitos / miré...el campo fértil era un desierto /
toda la tierra será asolada / se enlutará / te menospreciarán
tus amantes, buscarán tu vida / angustia como de primeriza...”
Concluye diciendo: “!Ay ahora de mí! Que mi alma desmaya a causa de los asesinos.”
“Cíñete de cilicio, y revuélcate en ceniza; ponte
luto como por hijo único, llanto de amarguras; porque pronto vendrá
sobre nosotros el destruidor.” (Los hebreos de luto vestían
tela áspera de cilicio y rociaban ceniza sobre sus cabezas)
D. Corrupción moral y obstinación de Jerusalén y Judá. Jer. 5:1-31; 6:6-30.
Dios retaba a recorrer Jerusalén y hallar al menos uno que hiciera
justicia y buscara la verdad, y por él sería perdonada la ciudad.
Estas expresiones revelan la condición moral de la gente de Judá:
“Juran falsamente / los azotaste y no les dolió, los consumiste y
no quisieron recibir corrección / no quisieron convertirse /
han enloquecido / no conocen el camino de Jehová / los grandes....
también quebraron el yugo / juraron por lo que no es Dios /
los sacié y adulteraron / en casa de rameras se juntaron en
compañías / como caballos bien alimentados, cada cual relinchaba
tras la mujer de su prójimo / pusieron trampas para cazar hombres
/ sus casas llenas de engaño / así se hicieron grandes y ricos
/ se engordaron / sobrepasaron los hechos del malo / no juzgaron la causa...
del huérfano / se hicieron prósperos / la causa del pobre
no juzgaron / los profetas profetizaron mentira / toda ella está llena
de violencia / injusticia y robo se oyen en ella / cada uno sigue la avaricia
/ desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores / andan
chismeando / son corruptores... ”
Dios les aconsejó: “Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad
por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él,
y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: ‘No andaremos.’
”
E. El profeta sigue describiendo el pecado de Judá y su inminente juicio. Jeremías caps. 7-9.
7:18. “Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego,
y las mujeres amasan la masa, para hacer las tortas a la reina del cielo
y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira.”
7:33. “Serán los cuerpos muertos... para comida
de las aves del cielo y de las bestias de la tierra; y no habrá quien
las espante.”
8:1. Sacarán los huesos de los reyes de Judá, ...príncipes...
sacerdotes... profetas... moradores de Jerusalén fuera de sus sepulcros;
y los esparcirán al sol y a la luna y a todo el ejército del
cielo... en pos de quienes anduvieron, a quienes preguntaron, y ante quienes
se postraron.”
9:11. “Reduciré a Jerusalén a un montón de ruinas,
morada de chacales; y convertiré las ciudades de Judá en desolación
en que no quede morador.”
Por tanta necedad y obstinación, Dios dijo: “¿No castigaré
esto?... ¿Y de tal gente no se vengará mi alma?”
“Estoy cansado de contenerme.”
Dios los sentenció: “Servisteis a dioses extraños en vuestra
tierra, así serviréis a extraños en tierra ajena”; pero
les tuvo misericordia y dijo: “no os destruiré del todo.”
Le advirtió
a Jeremías, 7:16: “No ores por este pueblo... ni me ruegues;
porque no te oiré.”
F. Hoy también debemos hablar valientemente como Jeremías.
Como en los días de Jeremías, los cristianos de hoy debemos
denunciar la apostasía predicha por Pablo en I Tim. 4:1 y II Tes.
2:3, donde y cuando sea necesario. Tendremos gran oposición, pero
Dios ofrece protegernos y poner palabras en nuestra boca. Los ejemplos de
Jeremías y Elías pueden inspirarnos.
En los días de Jeremías habían fallado los guías
del pueblo: sacerdotes, profetas, los que conocían la ley y quienes
eran llamados sus pastores: los ancianos y los levitas. Tenían también
responsabilidad los que ocupaban posiciones de liderazgo: reyes, príncipes
y demás nobles, gobernantes de ciudades, padres de familia, amos de
los siervos y esclavos, dueños de plantaciones y negocios, etc. Hoy
tienen gran responsabilidad de cuidar las ovejas que constituyen la Iglesia:
los pastores, los predicadores, los maestros, los padres de familia y todos
los que ejercen algún tipo de liderazgo, para que ellas no se extravíen
tras las enseñanzas falsas disfrazadas como creencias y prácticas
cristianas, pero que no se basan en las Escrituras.
Hay dos maneras en que un líder puede hacer que las ovejas caigan en la apostasía:
a. enseñarla consciente y deliberadamente a los que están bajo su cargo; o
b. no prevenirlos contra ella en forma sistemática y periódica, por:
• negligencia, o
• falta de información
Es imperativo y urgente que todo líder se mantenga alerta y constantemente
bien informado y actualizado sobre todas las corrientes que hoy presionan
a la Iglesia de Jesucristo para descarriarla de la fe bíblica.
Preguntas para discutir:
1. ¿Para qué fechas de este año ha
programado el Concilio de su iglesia las pláticas de advertencia sobre
las prácticas y enseñanzas falsas difundidas
por los medios de comunicación: radio, TV, literatura, música,
etc.?
2. ¿Está usted informado y actualizado sobre
las corrientes peligrosas que afectan a los cristianos actualmente?
3. ¿Quién en su iglesia se ha especializado
el tema de las falsas enseñanzas ya apologética?
(Apologética es la defensa de la fe)