LECCIÓN No 3 (regresar
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LECCIÓN 3: “INVALIDARON MI PACTO” Jeremías 11:10
LA INFIDELIDAD DE JUDÁ
Propósito de la lección: a) Describir los dioses que sedujeron a Israel y a Judá.
b)
Describir el neopaganismo que hoy seduce a la humanidad.
c)
Presentar el sufrimiento de Jeremías al predicar a Judá.
Capítulos para preparar la lección: Jeremías caps. 10-13.
Lectura antes de comenzar la clase: Salmo 5.
Versículo para enfatizar y recordar: “Mas
alábese en esto el que se
hubiere de alabar: en
entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia,
juicio y
justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová. Jer.
9:24.
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A. Consejos a los expatriados. Jer. 10:1-16.
Dios aconseja a los ya deportados a Babilonia y a los que pronto irían
al exilio, que no aprendan las costumbres de las naciones paganas, ni tengan
temor de las señales del cielo (astrología) creyendo que les
presagian el futuro. La astrología y demás creencias de los
idólatras son vanidad, crean sus propios dioses tallando un leño
y labrando una piedra. Aunque los adornen con oro y plata para que luzcan
mejor, tienen que ser clavados para evitar que se caigan al transportarlos,
pues ni eso pueden hacer para ellos mismos. No pueden hacer ni bien ni mal.
Jeremías prorrumpe en adoración y alabanza a Jehová,
diciendo que no hay como Él, que Su nombre y poderío son grandes.
El profeta no entiende cómo existen personas que no temen a Dios,
si Él es el Rey de las naciones, el único Dios vivo y eterno.
Jehová hizo la tierra, ordenó el mundo, extendió los
cielos, mueve las nubes, manda la lluvia, crea los relámpagos y el
viento. En Su furor tiemblan la tierra y las naciones no pueden resistir
Su indignación. Dios manda a Jeremías a proclamar: “Los dioses
que no hicieron los cielos ni la tierra, desaparezcan de la tierra y de debajo
de los cielos.”
Los idólatras están embrutecidos e infatuados, pero un día,
aun ellos y los fabricantes de ídolos, se darán cuenta
de que no sirven para nada, que son sólo obra de talla y de fundición.
No es así para quienes confían en el Hacedor de todo; ellos
se gozan permanentemente con su Dios y Él se complace con Sus hijos,
que son Su preciosa heredad.
B. Asolamiento de Judá. Jer. 10:17-25.
Una vez más Dios aconseja a quienes aún viven en Judá
como en una fortaleza, a prepararse para ir también al exilio, porque
serán lanzados como con honda y con gran aflicción. Judá
llora por su quebrantamiento y el dolor de su llaga; a la fuerza ha tenido
que reconocer que tuvo la culpa de su castigo y que debe sufrirlo. Lamenta
estar destruida y llora el abandono de sus hijos. Se queja de que sus pastores
– sus líderes- se envanecieron y dejaron a Jehová, y que sus
rebaños -sus discípulos- se desbandaron por falta
de instrucción en la ley de Dios.
Ya se oye el rumor de la inminente invasión del norte, y Judá
sabe que se convertirá en morada de chacales. Jeremías, en
nombre de Judá, pide que el castigo sea con misericordia y amor; sólo
lo suficiente para arrancar la raíz del mal; no conforme a lo que
merece, sino conforme al propósito de Dios en Su gracia. Pide
también que sean castigados sus castigadores paganos.
C. El Pacto entre Dios e Israel fue violado. Jer. 11:1-17.
Dios le recuerda a Judá que Él los llevó desde Egipto
hasta la Tierra Prometida que fluía leche y miel, e hizo un pacto
con ellos que incluía hermosas promesas si obedecían sus leyes,
y ominosos castigos si no las cumplían. Desde el principio y sin cesar
les repitió: “Oíd mi voz”, pero ellos no oyeron, sino siguieron
la imaginación de sus perversos corazones, sirvieron a dioses extraños
e invalidaron así el pacto. Dios los había castigado y perdonado
repetidas veces, pero esta vez trae un castigo muy grande. Ellos le clamarán,
pero Él nos los oiría. Judá había sido
para Dios como “olivo verde, hermoso en su fruto y en su parecer”, pero esta
vez será quemado y sus ramas quebradas, pues lo habían provocarlo
a ira al “incensar a Baal.”
a. La triste historia de la apostasía en Israel.
Dios, nuestro Creador y Redentor, demanda ser el único a quien debemos
adorar. Así nos lo manda en Sus Diez Mandamientos: “No tendrás
dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen ni ninguna
semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra,
ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas ni las
honrarás, porque yo soy Jehová, tu Dios, fuerte, celoso...”
Ex. 20:3-5.
Dios también advirtió a Israel: “Guárdate de hacer alianza
con los habitantes de la tierra donde has de entrar, para que no sean una
trampa en medio de ti. Derribaréis sus altares, quebraréis
sus estatuas y destruiréis sus imágenes de Aserá.
No te inclinarás ante ningún otro dios, pues Jehová,
cuyo nombre es Celoso, es un Dios celoso. Por tanto, no harás alianza
con los habitantes de aquella tierra, no sea que cuando se prostituyan siguiendo
a sus dioses y les ofrezcan sacrificios, te inviten y comas de sus sacrificios;
o que tomen de sus hijas para tus hijos, y al prostituirse ellas tras sus
dioses, hagan que tus hijos se prostituyan también yendo tras los
dioses de ellas,” Ex. 34:12-16.
Desde sus inicios como nación en el desierto, mientras Moisés
recibía las Tablas de la Ley, hicieron un becerro de oro al cual adoraron
con las orgías sexuales de los paganos. Ya en la Tierra Prometida,
“Israel sirvió a Jehová durante toda la vida de Josué,
y durante toda la vida de los ancianos que sobrevivieron a Josué y
que sabían todo lo que Jehová había hecho por Israel,”
Josué 24:31. Pero después, “los hijos de Israel comenzaron
a habitar entre los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos.
Y tomaron a sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos,
y sirvieron a sus dioses,” Jueces 3:5-6.
Durante el período de los jueces, la historia de Israel fue repetir
el ciclo de: idolatría, opresión extranjera, clamor a Jehová
por liberación, surgimiento de un libertador, restauración,
reposo y, de nuevo, la apostasía. Este lamento se repite una y otra
vez: “Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de
Jehová y sirvieron a los baales,” Jueces 2:11.
Durante el período de los reyes, hubo algunos tiempos de liderazgo
positivo con David (y unos cuantos más: Asa, Josafat, Josías...).
Pero su mismo hijo Salomón, a pesar de su singular sabiduría,
fue un mal ejemplo; en su vejez sus muchas mujeres lo llevaron a la idolatría:
“Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios,
y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas.
E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, pues no siguió
cumplidamente a Jehová como su padre David. Entonces edificó
Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en
el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc, ídolo
abominable de los hijos de Amón.” Por ello Dios dijo: “no ha andado
en mis caminos para hacer lo recto delante de mis ojos, ni mis estatutos
ni mis decretos, como hizo David, su padre,” II Re. 11:5-7, 33.
Al morir Salomón, el reino se dividió en dos: su hijo Roboam
retuvo dos tribus: el reino de Judá; mientras Jeroboam separó
diez tribus al norte: el reino de Israel. Jeroboam llevó a Israel
a la idolatría: “Después de tomar consejo, hizo el rey dos
becerros de oro, y dijo al pueblo: ‘Ya habéis subido bastante a Jerusalén.
Aquí están tus dioses, Israel, los cuales te hicieron subir
de la tierra de Egipto’. Entonces puso uno en Bet-el y el otro en Dan,”
I Re. 12:28-29.
El colmo de los reyes de Israel, casi todos malos e idólatras, llegó
con Acab y su perversa esposa fenicia Jezabel. Entonces los israelitas mezclaban
el culto a Jehová con los elementos idolátricos del culto a
Baal. Por ello Elías les dijo: “¿Hasta cuándo vacilaréis
vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; si Baal,
id en pos de él,” I Re. 18:21. Elías contendió
con ellos y los venció, tras lo cual ejecutó a 450 profetas
de Baal, según lo mandaba la Ley.
Israel fue invadido por Asiria y llevado a otra tierra donde perdió
su identidad étnica y espiritual. En Judá, donde alternaron
algunos reyes buenos con muchos malos, Manasés fue el peor en la historia
de ambos reinos. Cuando el buen rey Josías llevó a cabo su
gran reforma espiritual, su tarea fue eliminar todo lo hecho por Manasés,
II Re. 23:4-24:
V. 4. Sacó del Templo los utensilios para adorar a Baal y Aserá, y al ejército de los cielos.
V. 5. Quitó a los sacerdotes que quemaban incienso a Baal, el sol, la luna, los signos del zodíaco
y todo el ejército
de los cielos, en Jerusalén y demás ciudades.
V. 6. Quemó y pulverizó la imagen de Aserá que estaba en el Templo.
V. 7. Derribó los lugares de prostitución idolátrica
en el Templo, donde las mujeres tejían tiendas
para la prostitución con que adoraban a Aserá.
V. 10. Destruyó el templo de Moloc en Tofet, en el valle de Hinom, donde se sacrificaban
humanos. (En
tiempos de Cristo éste era un lugar despreciable llamado Gehenna).
V. 11. Quitó los caballos y carros con que rendían culto al sol a la entrada del Templo.
V. 12. Quitó los altares sobre la terraza de la sala de Acaz, y los
altares que Manasés puso en los
atrios del Templo para todo el ejército del cielo.
Vs. 13-14. Destruyó los lugares altos donde
Salomón edificó altares a Astoret,
a Quemos y
a Milcom, y
quebró las estatuas y las imágenes de Aserá. (¡Después
de tres siglos!)
V. 15. Quemó el altar en el lugar
alto de Betel construido por Jeroboam, y su imagen de Aserá.
(¡Después de tres siglos!).
v. 19. Demolió los templos en los lugares altos en Samaria.
v. 20. Mató a los sacerdotes de los lugares altos.
v. 24. Barrió con encantadores, adivinos y terafines (espiritistas; Deut. 18:11).
b. Descripción de los dioses falsos que adoraron los israelitas en su apostasía.
Baal: dios cananeo de la fertilidad. En sus templos en los lugares altos
había imágenes de él y otros dioses cananeos. Su religión
era una mezcla de fe, magia y superstición; su culto era la fornicación,
la sodomía y la prostitución de hombres y mujeres, para asegurar
la fecundidad de los humanos y de la tierra. Sus seguidores debían
cumplir muchísimos preceptos difíciles para atraer el favor
de los dioses y lograr la prosperidad material.
Aserá, Astarté (en plural Astarot): diosa cananea de la fertilidad,
el complemento femenino de Baal, con quien siempre aparece asociada. Se le
representaba con imágenes de madera y su culto era esencialmente prostitución
en los bosques o lugares altos.
Moloc o Milcom: el dios sol de Amón, cuyo culto incluía sacrificios
humanos, especialmente de niños tiernos. Unos eran quemados y otros
sólo pasados por el fuego. Las víctimas vivas eran puestas
sobre los brazos del ídolo, al rojo vivo por el fuego en el interior
de la estatua hueca de bronce con cabeza de becerro. Al caer las víctimas
al vientre, sus gritos eran ahogados por el sonido de tambores y flautas.
Dios había mandado: “No darás un hijo tuyo para ofrecerlo por
fuego a Moloc; no profanarás así el nombre de tu Dios. Yo,
Jehová,” Lev. 18:21.
Quemos: dios abominable de Moab, con características muy similares a los anteriores.
Tamuz: dios de la vegetación de Mesopotamia. Según su mitología,
cuando el sol del verano secaba las plantas, Tamuz bajaba al mundo subterráneo
y se celebraba su “muerte” con ritos especiales, como el llanto de las mujeres,
mencionado en Ez. 8:14: “Me llevó a la entrada de la puerta de la
casa de Jehová, que está al norte; y vi a unas mujeres que
estaban allí sentadas llorando a Tamuz.”
D. Jeremías es amenazado de muerte. Jer. 11:18-23.
Dios revela a Jeremías un complot para quitarle la vida. Él
va a su tierra Anatot, como cordero manso e inocente, ignorando que los varones
de Anatot planean destruirlo y acallar su mensaje. Jeremías se queja
ante Dios y le pide juzgar su causa y Él le responde que los jóvenes
de aquellos que lo amenazaban morirían a espada y sus hijos de hambre
y no les quedaría remanente. Muchos en Anatot eran sacerdotes como
Jeremías, sus compañeros de profesión.
E. Cuando Jeremías flaquea y se queja, Dios le responde. Jer. 12:1-17.
Aunque Jeremías confía en que Dios es justo y que no debe argüir
con Él, algo inquieta su corazón y pregunta: ¿Por qué
prosperan los impíos y viven bien los infieles? David había
preguntado lo mismo, Salmo 37:1-13. Parece que el castigo no les viene. Aunque
hablan piadosamente, Dios esta lejos de sus corazones. Jeremías
dice que Dios conoce su justicia y ha probado que su corazón le es
fiel. Entonces, ¿por qué sufre persecución? Por ello
pide a Dios que aplique su justicia pronto, pues por los impíos se
sufre la sequía por la que ya han muerto el ganado y las aves.
Dios le responde que si lo que ha sucedido hasta entonces lo ha cansado ya,
cómo será al llegar lo peor: la persecución de los príncipes
y los sacerdotes de Jerusalén, por lo cual tendría que huir.
Dios reconoce que él ha sufrido a manos de sus hermanos, de los que
no se debe fiar aunque le hablen amigablemente.
El Señor dice que Él ha abandonado su Templo porque fue profanado;
y también ha dejado a Judá y a su pueblo amado, por lo cual
ha decretado el castigo. Él culpa a los pastores por destruir Su viña
y hollar su heredad, convirtiéndola en desierto y en soledad.
F. La señal del cinto podrido y la señal de las tinajas llenas. Jer. 13:1-14.
Jeremías recibió de Dios dos lecciones objetivas más:
a. Fue enviado a comprar un cinto de lino y ceñirse con él,
cuidando de no mojarlo. Así lo hizo. Luego Dios lo envió
hasta el río Éufrates a esconderlo en la grieta de una roca.
Pasado un tiempo, Jeremías fue enviado a recuperar el cinto y lo halló
podrido. (No sabemos si literalmente hizo dos veces el camino de ida y vuelta
hasta el Éufrates: unos 2000 kilómetros en total. Talvez haya
tenido una visión, o experiencia interior; o sólo fue a un
lugar cercano simbólicamente). De todos modos, la lección fue
que así como el cinto se lleva apretado íntimamente al cuerpo,
así había acercado Dios a Israel y a Judá para tener
íntima comunión con ellos; para que fueran su pueblo escogido
y le dieran fama, alabanza y honra; “pero no escucharon.” Por lo tanto, así
como el cinto se pudrió, así se podriría la soberbia
de Judá y de Jerusalén.
b. Dios envió a Jeremías a decir al pueblo que toda tinaja
se llenaría de vino y que ellos le dirían burlándose
que ya lo sabían. El profeta habría de responderles que Dios
embriagaría al pueblo, a los reyes, sacerdotes y profetas, para
destruirse el uno al otro, y que Él no tendría misericordia.
G. EL NEO-PAGANISMO DE LA NUEVA ERA CONDUCE OTRA VEZ A LOS ANTIGUOS DIOSES.
Muchas gentes, incluyendo cristianos, están acercándose o volviéndose
a los antiguos dioses y a la idolatría atraídos sutilmente
por el Movimiento de la Nueva Era. Esta última trampa satánica
es una moderna visión del mundo, que es muy ajena y hostil al cristianismo.
Es una síntesis de las religiones místicas del lejano oriente
- hinduismo, budismo, taoísmo y el ocultismo occidental, disfrazada
con bellos ropajes atractivos, que ha penetrado en casi todas las áreas
de la vida humana: sociología, medicina, gobierno, ecología,
ciencia, artes, educación, negocios, comunicaciones, entretenimiento,
psicología, cursos de motivación, deportes
y aun la iglesia.
Su objetivo es convencernos de que:
1. Somos dioses, sólo tenemos que despertar a la consciencia de que lo somos.
2. Panteísmo: todo es Dios; y a la vez, monismo: todo es uno.
3. Todos tenemos al ‘Cristo’ en nosotros, hay que descubrirlo (el Cristo de la Nueva Era)
4. Evolucionismo: primero de los animales inferiores al hombre; ahora de hombre a dios.
5. Jesús: uno de tantos guías enviados por Dios al mundo, como Buda, Confucio y Mahoma
6. Creencia en Dios como Padre y Madre” y se ora: “Padre-Madre que estás en los cielos....
7. Creencias de la religiones de la India: hinduismo y budismo, principalmente; y también de Egipto, Mesopotamia, China, Grecia, Roma, Persia, de los mayas, incas, celtas, africanos.
8. Del hinduismo: viajes fuera del cuerpo a otros
lugares y para sanar a otros; meditación al estilo yoga, éxtasis,
reencarnación, karma (herencias ancestrales), desprecio del cuerpo
físico, risa como terapia para el alma, chakras, etc.
9. Esperanza del amanecer de un Nuevo Orden Mundial: la Nueva Era.
10. Movimientos ecologistas o ambientalistas exaltando a Gaia, la madre tierra en abril 22.
11. Artes marciales como puerta de penetración a la espiritualidad del Lejano Oriente.
12. Medicina holística: contacto con fuerzas del cósmicas: acupuntura, iridología, etc.
13. Tolerancia a formas aberrantes de conducta sexual: homosexualismo, bisexualismo, etc.
14. Creencia en ovnis y extraterrestres. Interpretación de la Biblia incluyendo extraterrestres
15. Familiarización con los demonios: búsqueda de ángeles guardianes y espíritus guías.
16. Canalización de espíritus: servir de receptor para mensajes dictados por demonios
17. Astrología y adivinación: horóscopos, signos del zodíaco, tarot, lectura de manos, etc.
18. Percepción extrasensorial, clarividencia, adivinación, tarot, quiromancia.
19. Promoción del ultrafeminismo. Corrientes que tienden al culto a la “diosa”
20. Exagerada defensa de los “derechos humanos” para promover el humanismo secular
(Sugerencia:
Haga fotocopias de la lista anterior y distribúyala entre sus alumnos)
Preguntas para discusión en clase:
1. ¿Qué dioses y religiones paganas se esconden detrás de los atractivos de la Nueva Era?
2. ¿Cuáles prácticas de la Nueva Era
están afectando a los hermanos en su iglesia?
3. ¿Cuánta orientación recibe usted de sus pastores y maestros acerca de estos peligros?